Steven se acercó al taller, todos lo quedaron viendo y el se quedó parado en la puerta.
— ¿Que haces parado ahí muchacho? Ven entra ya.
—Disculpe, me han dicho que venga hoy acá.
—Agarra un hacha y vendrás conmigo, fabricaremos un lanza arpón desde 0, de nada sirve que te enseñe el mecanismo sino sabes fabricarlo.
Así hizo Steven y luego los dos salieron hacia el bosque.
—Lo primero que tienes que hacer es encontrar el árbol correcto, tienes que buscar el grosor correcto, si es muy delgado necesitarás varios árboles, si es muy grueso te costará manejarlo, pero es lo de menos, para los arpones y flechas preferimos los delgado.
—Entiendo.
—Creo que esté es adecuado, cortalo.
— ¿Yo solo?
—No veo a nadie más aquí que tú y yo, yo soy tu maestro así que si, te toca sólo.
Steven comenzó a darle con el hacha, pero su maestro se lanzó a reír.
—A como cortas tardaremos 100 años en un solo árbol.
En eso le quitó el hacha, y le empezó a dar, en poco tiempo ya tenía una buena herida el árbol.
—Agarras bien y lanzas con fuerza, no es necesario que tengas tanta fuerza, al final tú mismo cuerpo es el que te ayuda, vamos apresúrate.
Steven tomo el hacha y tal como le enseñaron, sentía que el hacha lo golpeaba un poco, pero solo así como pudo avanzar mejor, en cambio Robinson estaba practicando con una espada de madera.
—Vamos muchacho, toma con firmeza esa espada, es solo madera y no pesa tanto como una de verdad, quiero ver cómo la agarras.
Robinson tomo su espada y la agarro con las dos manos.
—Una mano, si utilizas las dos manos eres vulnerable.
En eso su maestro se acercó y le lanzó algunos golpes hacia su espada, pero luego le golpeó los pies, mandando al piso a Robinson.
—Si tienes las dos manos en tu arma, creas inestabilidad en tu cuerpo por lo tanto cualquier golpe te puede derivar, mano derecha al frente y mano izquierda hacía atrás de está manera.
Robinson hizo tal como le dijeron.
—Ahora quiero que te muevas en circulo, moviendo tu espada de arriba hacia abajo.
Así pasaron toda la mañana, solo fueron de correcciones, Steven solo llevaba dos tercios del árbol.
—Dame eso, ya tengo hambre y si sigo aquí me desmayo.
Solo faltaron tres golpes para que el árbol cayera.
—Muy bien, lo dejaremos hoy aquí, mañana lo llevaremos al taller, ahorita comerás y luego irás con Aníbal, tu amigo irá con Raúl.
—Si que nos tienen bien organizado el tiempo.
—En ese aspecto el anciano es muy estricto y nos ha dicho que tú tiempo aquí es bastante limitado, entonces has tu mayor esfuerzo.
En la comida ambos de vieron.
—¿Que hiciste en la mañana? — dijo Robinson.
—Pase cortando un árbol, pero mi maestro es muy estricto, yo nunca había levantado un hacha y peor cortar un árbol de esa manera.
—Mi maestro es muy duro, a cada momento me gritaba que no agarraba la espada con fuerza.
—Pues yo sé un poco, espero que no me haga lo mismo, en la tarde voy con el y tú con Raúl.
—Siento que estos días serán muy pesados.
—Ni modo, sabes que si yo no me hubiera tirado hacia ti, estuvieras sólo.
—Diría el anciano, el destino no deja nada al azar, estaba predestinado que tú estuvieras aquí — dijo Robinson.
—Es bueno que ya vayan aprendiendo, nada pasa al azar — dijo el anciano.
—Si nada queda al azar ¿Porque mueren muchos hombres constantemente?
—Son cosas del destino y ya
Después de decir eso solamente se alejó.
Los días fueron pasando, ambos fueron aprendiendo sobre ataque y defensa, Steven ya tenía el conocimiento para construir un lanza arpones, le estaban enseñando a crear otro tipo de armas, en ese tiempo no hubo ningún ataque de dragón, pero algo que les llamo la atención fue como cortaron la piel de dragón desde adentro y lo hacían en forma de vestimenta.
— ¿Porque ocupan la piel de dragón como ropa? — Pregunto Steven
—La piel de dragón repele el fuego, evita las quemaduras al momento de una pelea contra ellos, pero no significa que estás totalmente seguro, ya que tú fuiste quien mató al dragón puedes pedir algo para protegerte — dijo Raúl.
—Agradezco el gesto, pero mejor que lo ocupé alguien más.
Steven se acordó que cuando viajaron no traía el arco que llevaba en ese momento, tampoco estaba las espada que Robinson había levantado, así que imagino sucedería lo mismo si se pone algo del tiempo.
Llegó el día 13, sabían que en poco regresarían, el anciano los reunió en algo que parecía una arena.
—Ustedes vinieron aquí a recibir entrenamiento, hoy demostrarán sus habilidades, se batirán en duelo contra Carlos y Juan, será una batalla uno contra uno, el primero que logré desarmar al enemigo será el ganador, primero peleará Steven contra Juan.
Ambos tomaron una espada de verdad, aquí era permitido todo, menos matar al adversario, el duelo comenzó Steven había mejorado sus habilidades, pero Juan era uno de los guerreros con mayor experiencia y tenía orden de pelear tal como si fuera un enemigo, todos estaban atento a cada movimiento, pero un descuido que tuvo Juan por confiarse lo llevo a qué Steven aprovechará ese momento para botarlo y desarmarlo.
—Muy bien hecho Steven, has aprovechado el descuido de tu contrincante, es momento de Robinson y Carlos.
Carlos era el segundo mejor guerrero después de Raúl, tenía una gran destreza con la espada, ambos iniciaron su duelo, Carlos no se lo ponía tan fácil a Robinson, lo atacaba con bastante rapidez y varias técnicas.
—Muy bien, te han enseñado muy bien y has aprendido muy rápido — dijo Carlos.
Carlos trataba de llevar a Robinson hacia una piedra, le atacaba de frente para que el tropiece, pero antes de poder llegar a eso, dan aviso de dragón cerca.
—Este duelo se suspende, Robinson no has descepcionado a tus maestros — dijo el anciano.
Todos salieron corriendo hacia sus posiciones