CAPÍTULO 1.

2048 Words
Julían. Los jadeos de mi chica de hoy estaban presentes en mi oído gracias al placer que le estaba proporcionando y no era para menos siempre lograba mi objetivo. ─ ¿Te gusta? ─pregunté en su oído, ella asintió ─Eres una chica mala. ─ ¡Ah! Stone me voy a… No termino la frase, ya había acabado. ─ ¿Soy tu dios? ─pregunté, ella asintió regulando su respiración. ─Muchas gracias por venir ya puedes retirarte ¿Te llamó un taxi? Ella abrió sus ojos como platos ─ ¿No vas a llevarme a mi casa? ─preguntó después de arreglar su camiseta de tirantes. ─ ¿Te dije que vinieras? ¿No cierto? eso pensé. ─ Eres un idiota Stone. ─ Esa frase me la dicen unas diez veces al día ─dije con una sonrisa. Se terminó de arreglar caminó por el pasillo llegando hasta la puerta principal sin voltear a mí y estrelló la puerta al salir ─ ¡La próxima vez llévatela! ─grité. Entré a la ducha y me mantuve con el agua cayendo en mi cuerpo, tomé el jabón de baño y enjaboné mi cuerpo de dios. Luego de salir de la ducha miré al espejo con una sonrisa ─Vaya que chico tan apuesto, eres un diez de diez─ guiñé un ojo a mi reflejo. Tomé mi iPhone revisando algunas de los mensajes de distintas chicas, los ignoré hasta dar con un mensaje de Bruno, miré la hora eran las nueve de la mañana. ─ Nada como un buen sexo mañanero ─dije a la nada. Fui hasta mi clóset, tomé un pantalón gris de chándal deportivo, una camiseta gris. Pasé por el espejo mirando mi look y peiné mi cabello n***o hacía atrás. Salí de la habitación en dirección a la cocina para prepararme mi batido del día. Nada como vivir en un apartamento soló. Hace dos meses me gradué de la universidad ¿Por qué no estoy trabajando? Estamos en un año de relajación, luego empezaré con el funcionamiento de mi empresa. Mi teléfono vibró en la encimera de la cocina, era un mensaje de Kriss, mi mejor amiga. Kriss: ESTAMOS A UN DÍA DE TU CUMPLEAÑOS Julián: ¿Por qué mierda escribes en mayúsculas? Respondí y le di a enviar. Kriss: Es la costumbre de pelear con Aarón :) PD: Mañana saldremos a la mejor discoteca de la zona a celebrar tus veinticuatro años loco de mierda. Julián: Prefiero ir a un prostíbulo. Salí del apartamento y en el pasillo estaba una rubia muy sensual con una mini falda tratando de recoger sus llaves del suelo, en sus manos llevaba unas bolsas de supermercado. La chica volteó a mí y sonrió ─Oye, me ayudarías a abrir la puerta, la llave está ahí ─señalo con su boca hacia el suelo en donde se encontraba la llave. ─Si abro tu puerta me pierdo el placer de ver el color de tus bragas con esa mini falda que te queda espectacular. ─Eres un imbécil. Solté una carcajada pasando por su lado en dirección al ascensor, al llegar a la recepción encendí un cigarro caminando hacia la puerta de salida. ─ ¡Eh Stone! Tardas más que una mujer─ soltó Bruno chocando su puño con él mío. ─Lo siento, estaba idolatrándome en el espejo, una belleza como la mía es digna de admirar. ─ ¿Estás seguro que te gustan las chicas? ─ Sí, pero si me gustaran los chicos tú serías mi primera opción bombón ─dije guiñándole un ojo y él soltó una carcajada. ─ ¿Kriss te avisó de nuestra salida para celebrar tu cumpleaños? ─preguntó llevando un cigarro a sus labios ─Pero por favor para mañana necesitas un buen corte hermano ¿Hace cuánto no te cortas el cabello? ─ Esto es porque estoy en depresión. ─ ¿Qué pasó? No me contaste nada. ─Estoy algo deprimido por no ser el modelo de la revista play boy. ─expliqué ─O sea, mira mi cuerpo, mi rostro y no soy el modelo ¿Puedes creerlo? Bruno soltó una carcajada negando con la cabeza ─Alto ego que te traes. Continuamos nuestro camino por la acera tiré el cigarro al suelo y levanté la mirada frente a nosotros se acercaba una pelinegra trotando, me detuve recostándome a una pilastra para esperar que ella pasará. ─ ¿Por qué te detienes? ─ preguntó Bruno deteniéndose a mi lado La chica se estaba acercando a nosotros, asique saque mi artillería que siempre me funcionaba. ─ Te amo ─dije cerca de su oído. La chica se detuvo y volteó a mí con una sonrisa ─ Eres muy bonita. ─ Gracias ¿Me dijiste te amo o escuché mal? ─preguntó y asentí. ─ Es que creo que me enamoré, nunca había visto una chica tan linda como tú─ ella sonrió ─ ¿Quieres ir a mi apartamento? Ella volteó su mirada a Bruno ─ ¿Y tú amigo? Desvié mi mirada a Bruno estaba terminando su cigarro ─ Él puede esperar─ tomé la mano de la chica y caminamos hasta la entrada del edificio. *** Llegamos a mi apartamento, tomé a la chica por su cintura pegándola a la pared, llevé mi boca a sus senos y pasé mi lengua por encima de su camiseta, ella soltó un jadeó y de un movimiento jaló mi cabello. Me agaché frente a ella bajando su licra junto a sus bragas y me metí entre sus piernas dándole placer, soltó un quejido y aceleré el movimiento de mi lengua. La llevé hasta mi habitación, sus labios se dieron pasó a mi boca, pasé mi lengua por estos. La deposité en la cama, bajé mis pantalones de chándal junto a mi bóxer me acerqué a ella llevando mi mano a su boca. Ella lo hizo, pasé mi mano por mi m*****o, me coloqué sobre ella y de una estocada la penetré, soltó un gemido en mi oído y eso solo me llevó a acelerar mis movimientos, sus manos se aferraron a mis hombros, tomé sus manos colocándolas sobre su cabeza. ─¿Que se siente acostarte con un chico a quién acabas de conocer? ─pregunté dejando besos húmedos en su cuello, ella no articulaba palabras gracias a mis movimientos. Pasé mi lengua por el lóbulo de su oreja y ella apretó mi trasero incitándome a acelerar mis movimientos. ─E… eres ¡AH! ─Un dios, lo sé chiquita. Nos mantuvimos en esa posición hasta llegar los dos a nuestro placer deseado. Me levanté de la cama caminando hasta el cuarto de baño ─Ya sabes dónde está la puerta. ─¿Qué? ¿Es una jodida broma? ─¿Tengo cara de payaso o algo así? ─Me acabas de usar. Solté una carcajada caminando hasta quedar frente a ella ─No, tú me usaste a mí, estabas hormonal y falta de un buen polvo solo te ayudé, deberías darme las gracias. ─Eres un idiota ¿lo sabías? ─Mucha charla, por favor sal de mi apartamento ─señalé la puerta principal y dirigí mi mirada a ella. La chica se colocó la ropa a gran velocidad sin dirigir su mirada a mí, llegó a la puerta y se volteó ─¡Imbécil!─ gritó, dando un portazo. ─ ¡Mierda! La próxima vez te la llevas. La puerta se abrió y entró Bruno con una sonrisa en sus labios ─ Eres un hijo de puta. ─ Gracias, me esfuerzo día a día para llegar a mi éxito. ─Entonces vamos a salir a correr o qué? ─preguntó Bruno bebiendo un vaso de agua ─Piensas que tengo ganas de correr con la maratón de sexo que acabo de tener, hermano ya sudé mis calorías de hoy y por partida doble ─solté con una sonrisa en mi boca. ─Eres un hijo de puta, todavía no logro entender porque las mujeres caen, si mas cabrón no puedes ser ─dijo y solté una carcajada. ─Ese es el punto, todas piensan que serán la chica que me logré cambiar, pero eso no pasará, solo puedo ofrecerles una noche de pasión y ya porque no repito, hay mucho Julián Stone para todas ─solté con una sonrisa. ─Y mírame a mí, siendo un caballero y no se me acerca ni una mosca ─dijo tomando asiento en el sofá. ─¿Quieres unas técnicas de seducción? Te puedo enseñar a besar si quieres ─solté con una carcajada. ─Que te pasa eres idiota, claro que se besar ─dijo poniéndose de pie. ─Bueno yo solo decía, salgamos quiero conocer a una chica para esta noche no pasarla solo en mi apartamento ─dije caminando hacia la puerta. Salimos de mi apartamento, caminando por el pasillo, llegamos al ascensor y había una chica rubia con un pequeño en sus brazos ─Me encantan los bebés siempre he querido uno ─dije en dirección a la chica, ella esbozó una sonrisa acariciando al bebé, llegamos a un piso y ella salió regalándome una sonrisa ─¿Te gustan los bebés? ─preguntó Bruno a mi lado. ─No, los odios ─dije y él soltó una carcajada. ─Hermano cada día me impresionas más, cuando sea grande quiero ser como tú ─soltó y yo asentí. ─Te enseño cuando quieras nene, pero si caes en mis encantos no hay vuelta atrás ─dije riendo. Llegamos a la acera y vi la carretera vacía, caminé hacía la carretera y me detuve en medio ─Que mierda haces Julián, te quieres morir ─soltó Bruno a mi lado. ─La adrenalina ayuda ─dije sacando un cigarro de mis pantalones. ─Ayuda ¿para qué? Estás loco ─soltó, Bruno caminando hacia mí. ─Si te acercas, subiré al último piso del hotel y me tiraré de ahí y mi muerte quedará en tu conciencia ─dije botando el humo de mi cigarro. ─Eh, te voy a dar una paliza y no tengo intenciones de que parezca un accidente ─soltó caminando hacia mí, inmediatamente comencé a correr por la calle y él venía detrás de mí, cuando choqué con una chica. ─Vaya lo siento preciosa ─dije alzando la mirada cuando me encontré con Kriss, mi mejor amiga. ─¿Porque mierda están corriendo? ─soltó viéndonos a ambos. -─Este idiota tiene tendencias suicidas, estaba en la mitad de la carretera para que lo atropellaran, y yo lo presenciaría todo ─dijo Bruno a mi lado. ─Al parecer no lo conoces Bruno, un día salió del baño y colocó su dedo en un toma corrientes ─exhaló Kriss con una sonrisa en su rostro. ─Necesitas un psicólogo ─soltó Bruno caminando a mi lado. ─No, necesito una chica en mi cama abierta de piernas para mí ─dije botando el humo de mi cigarro. ─No, necesitas una buena chica a tu lado que cambié esa manera de ser tuya ─soltó Kriss a mi lado, crucé mi brazo por su hombro y le di un beso en su cabeza. ─La única chica dueña de mi corazón eres tú, siéntete afortunada ─dije y ella asintió. ─No me importaría compartir el lugar con otra ─soltó y yo sonreí. ─Por cierto Dulce María me dijo que tiene un regalo de cumpleaños muy especial para ti y eso involucra sexo ─dijo ella riendo. ─Y como a Julián no le gusta el sexo, no lo aceptará ─soltó Bruno con una carcajada. ─Yo no repito con nadie ─dije y ella soltó una carcajada. ─Mejor no diré nada ─soltó y asentí. ─Si vuelves a hablar, te juró que subiré al último piso y acabaré con esta patética vida ─dije y ella sonrió. ─Vamos a casa de Aarón, no están haciendo nada e iba a pasarme por allá ─dijo Kriss tomando del brazo a Bruno. ─¿Pretendes que vaya a la casa de tu novio a ver cómo te mete la lengua hasta las amígdalas y te folla frente a nosotros? ─pregunté y ella asintió. ─Vamos entonces. ─Eres un maldito pervertido ─soltó Bruno pasando sus manos por su nuca. ─No, yo soy Julián Stone el Dios del placer ─solté tirando lo que quedaba de mi cigarro al suelo. Una parte de mi creía que siempre me mantendría siendo ese chico con esa gran arrogancia y porte que manifestaba más que una palabra, pero siempre dicen que llega ese campo de luz que pone tu mundo de cabeza y mi campo de luz estaba muy cerca muchísimo más cerca de lo que pensaba. Estaba a punto de convertirme en otro chico aquella noche de mi fiesta de cumpleaños.
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