POV Madi Mantengo la sonrisa en mis labios, pero no dejo de tragar viéndolo limpiarse la cosota que tiene en medio de las piernas. Se llama pene, ya lo sé, pero me resulta muy gracioso considerarlo como una cosota y no como una cosita, porque realmente es demasiado grande. Y lo bueno de todo es que el Doctor Quisquilloso sabe usarlo muy bien. Mi piel se eriza ante los recuerdos de ese día en su cama, donde hizo y deshizo con mi cuerpo lo que quiso. Me relamo con descaro, viendo semejante espécimen en la pantalla, mientras los recuerdos golpean mi mente. Viéndolo limpiarse con tanta calma me da a entender que este hombre sabe que estoy embelesada con su pene y con los movimientos que hace en él con sus perfectas manos, mientras se limpia. «Hasta con lentitud lo está haciendo el condenado