Llego al salón y todos, excepto Madi, están allí. Papá y mamá están sentados cada uno en un sillón, viendo algo en la televisión. Asher está acostado en el sofá con el móvil en la mano haciendo sabrá solo él qué cosas. Mis pasos llaman la atención de todos, es obvio con estos ruidosos tacones que llevo conmigo. Mi padre entrecierra sus ojos, mi madre lo mira a él, a la espera de que diga algo para regañarlo. Pero es mi hermano quien abre su bocota. —Ve y cámbiate ese vestido, Ariel —exige como si fuera el jefe de familia y todos le rindieran pleitesía. Yo solo levanto una ceja en su dirección, asegurando sin palabras que no haré semejante cosa, porque soy adulta, porque me p**o mi ropa y porque quedé jodidamente conforme con este outfit. No por sus actitudes territoriales voy a ca