Me levanto tan rápido como puedo, vuelvo al cristal por el que se ve todo el exterior y al retirar las persianas con una rabia apenas contenida, la veo. Mi corazón golpea fuerte contra mi pecho, siento cómo la sangre se me sube a la cabeza y cómo todo mi sistema se altera ante la vista que tengo al frente. La veo. Jodidamente, la veo y siento que me va a dar algo porque, en efecto, es Madeline Phil quien está posando con una diminuta ropa de encaje, seguramente siendo vista por todo el maldito edificio de la clínica. —¡Esto no puede ser! ¡Tengo que estar en medio de un brote psicótico! —Me froto los ojos, aun en mi estado de negación, porque esto tiene que ser una maldita alucinación, yo tengo que estar viendo mal. Pero no pasa nada, al contrario, de tanto presionar mis ojos ahora veo d