POV Zeus Entre esas últimas palabras de Madeline, con la invitación a disfrutar de las vistas y las pocas ganas que tengo ahora mismo de mantener mi autocontrol, termino gruñendo cuando vuelvo a caer en la tentación. Paso mi mano por encima de la erección ya latente, presiono hacia abajo para intentar que la escasa fricción me calme un poco, pero estoy descontrolado. Desde que esa sirena de ojos grises llegó a mi vida no ha habido forma en que yo pueda mantener mis manos quietas y mi v***a relegada dentro de mis calzoncillos. Y como en este momento sé que solo satisfaciendo mis ganas podré regresar a mi rutina, me zafo el cinturón, el botón y bajo la cremallera del pantalón en tiempo récord. Estoy a punto de gemir con alivio al rodear mi m*****o, cuando llaman a la puerta. El sonido rep