Me levanté de mi cama con un hambre atroz, apenas eran las tres de la mañana. Así que fui a la cocina y me acordé que me había acostado sin cenar. Miré en la nevera y saqué un vaso con yogurt de piña (casero, hecho por Damian inventando recetas), le eché un poco de cereales y... > terminé y lave el vaso, me dirigí al baño, salí y mientras subía las escaleras sentí una extraña sensación que no sabría explicar. Me di la vuelta y retrocedí, abrí la ventana y me asome. Todo aquello estaba calmado, solo brisa fría se podía sentir, entonces pensé que no hay nada de que temer y al darme la vuelta Damián estaba parado allí; me asusté por lo inesperado y solté un grito. —Estúpido ¿por qué me asustas? —le di una palmada en el brazo. Sonrió. —¿Qué haces despierta a esta hora? —Anoche dejaste