La luz que se filtraba por la ventana le lastimo los ojos, todo su cuerpo le dolía, ¿Qué había pasado? Un desfile de flashazos con los recuerdos del día y la noche anterior le golpearon la cabeza provocando un dolor insoportable, era verdad, apenas el día anterior había sido abandonada en el altar por Ángelo, y este, se había fugado junto a Ciara y su dinero, apretando los puños sobre las sabanas blancas que apenas acababa de apreciar con la vista nublada, sintió nuevamente aquel odio atroz y deseo de venganza quemarle el pecho, pero entonces, ¿La visión y palabras de aquel demonio hermoso habían sido solo un sueño? Eros, ese era el nombre que recordaba ese hermoso ser le había dado, Por supuesto que debía ser así, esos seres no podían ser reales, aunque no lograba recordar demasiado de ello, tan solo, que había estado a punto de lanzarse al vacío desde el rascacielos de su compañía, no tenia idea de donde se encontraba, pero sentía el cuerpo como si le hubiese pasado un camión por encima.
– ¡Virginia! ¡Por fin despiertas, dios mío que angustia!, déjame llamar al doctor –
Intentando enfocar a la figura femenina, la única que podía tener esa chillona y molesta voz, finamente pudo ver a Laura, su amiga de infancia y quien, junto a la traidora que huyo junto a su ex prometido, era casi como una hermana.
– Laura, dime en donde estoy, diablos, ¿Qué me paso? Seguramente Ángelo y Ciara deben de estar por despegar con rumbo desconocido y yo aquí – la pelirroja se quejo y pudo ver que se encontraba en un hospital.
Laura guardo silencio por un momento antes de responder, Virginia lucia increíblemente hermosa, mucho mas de lo que siempre había sido, no había rastro alguno de heridas en su cuerpo, casi había muerto, ¿Cómo era posible aquello?
– Virginia es…es que acaso ¿No recuerdas nada? – cuestiono la joven de cabello castaño y ojos del mismo color.
La pelirroja la miro con curiosidad, ¿Qué tenia que recordar?
– ¿De qué hablas? Anda, ayúdame a quitarme estas cosas, no voy a dejar que se larguen y se salgan con la suya llevándose lo que es mío, el dinero de mi familia – respondió Virginia intentando arrancarse los chupones de su pecho.
Laura se estremeció en demasía al verla como si no hubiese caído de una altura de más de 150 metros. – Gina, ¿Estas bien? – le cuestiono con una mezcla entre asombro y horror.
– si Laura, estoy bien, ¿Por qué la maldita insistencia? ¡Ayúdame! Necesito darle alcance a ese imbécil infiel a esa perra traidora – la pelirroja miro con enojo a su mejor amiga.
Acercándose a ella, Laura la recostó sobre la cama del hospital de su familia, parecía estar demasiado desorientada y decía incoherencias.
– Cálmate, ya llamé al médico, debe de llegar en un momento – insistió la joven.
– ¿Qué es lo que ocurre contigo? ¿Acaso piensas permitir que se burlen de mí? – grito con enfado la pelirroja.
– ¡No Gina, por supuesto que no! Pero no tiene caso que los persigas, ellos ya se han ido, se fueron hace días – dijo Laura con angustia y coraje.
Virginia se quedo petrificada, ¿Días? Ángelo y su zorra traidora, ¿Se habían marchado hacia días?
– Se fueron el mismo día de la boda, se llevaron una de las avionetas de tu padre, por supuesto, todos los están buscando, pero nadie ha ido demasiado lejos porque estábamos al pendiente de ti, llevas casi una semana en coma, por dios Gina, ¿Por qué lo hiciste? Morir por ese infeliz no merece la pena, se que lo que te hizo fue horrendo, pero…
– ¿Una semana en coma? – cuestiono la pelirroja interrumpiendo a su amiga – dices que yo, ¿Me intente suicidar? – cuestiono casi con incredulidad, por supuesto, sentía el cuerpo molido, pero no veía en sus brazos o piernas señales de haber hecho algo como aquello, además, se había arrepentido en el último segundo.
– Si, te arrojaste del ultimo piso del edificio de Black Grimoire, pero veo que en realidad no te ocurrió nada considerando esa tremenda altura…quizás el vestido…no lo sé, pero lo único que importa es que estas bien, no quiero que pienses en ninguno de esos dos por ahora, Dante ya se ha hecho cargo de bloquear todo acceso a tus cuentas, así que lo que se llevaron, es lo único que tendrán, por ahora descansa, te lo ruego – suplico la castaña con seriedad.
– ¿Y ese hombre? Estoy segura de que, si en verdad caí, lo hizo un hombre conmigo – cuestiono la pelirroja. – ¿Un hombre? No se de que estas hablando, ya es un verdadero milagro que sobrevivieras a una caída así, dios Gina, nadie sobrevive a eso, pero de alguna manera tu si, todos creen que en realidad te arrojaste del tercer piso, no del último, pero Dante y yo vimos las cámaras, estabas tu sola…en el ultimo piso…te vimos caer en la grabación de allí, ¿Cómo…es posible? No tienen ni un solo rasguño…simplemente no lo puedo creer – dijo la joven mujer.
¿Sería posible? Ese hombre, ese ser…no, de ninguna manera, negando en silencio miro el asombro en la cara de su mejor amiga, tenia que haber una explicación lógica a todo aquello…pero no quería ni tenia tiempo de pensar en eso, encontrarlos, encontrar a ese par de traidores era su prioridad.
– Es posible que únicamente hayan visto como caía, pero hay un balcón mas abajo ¿No es así? Posiblemente la señorita Adatto cayo en el y luego, semi inconsciente, llego por sus propios medios hasta abajo y se derrumbo saliendo de su edificio, me parece algo mucho mas razonable a realmente creer que sobrevivió a semejante altura ¿No lo cree señorita Bridgetown? –
La hermosa pelirroja sintió que su corazón se detuvo en ese instante, cuando, vestido de médico, aquel ser entraba con una apariencia mas humana, pero sin duda, aquellos ojos que castañeaban en un rojizo infernal, eran los mismo que vio esa noche, cuando pensó en suicidarse, no le quedaron dudas al sentir su alma estremecida, ese hombre…era un demonio…uno real, entonces, ¿Él la había hecho caer sin recibir ningún daño? Su mente no lograba entender lo que estaba pasando o lo que ya había pasado, ella… ¿Había vendido su alma?
– E…Eros…
Dijo apenas en un hilo de voz Virginia.
– ¿Cómo? ¿Ya lo conocías? Vaya, esto si es una sorpresa, ¿Como es posible que no haya visto a un médico tan guapo en el hospital? Que guardado lo tenías Gina – dijo la joven castaña intentando aligerar el ambiente que se tornaba pesado.
– Por supuesto, la señorita Virginia y yo nos conocemos demasiado bien…podría decirse que estamos mas que unidos por las coincidencias – respondió Eros sin dejar de mirar a la pelirroja que se había quedado muda.
– Oh vaya vaya, pues los dejo solos, el doctor debe revisarte Gina, entrare de vuelta en un momento –
Cuando Laura salió, Virginia pareció recuperar el habla. – Que… ¿Qué es esto? ¿Quién demonios eres? – cuestiono la pelirroja.
– Vamos, ya te he dicho mi verdadero nombre, aunque por supuesto, no podrás recordarlo, tenemos un pacto por cumplir dulce y pueril Virginia, nos hemos unido con ello, eres mía, tu alma me pertenece y cuando cumpla todo lo que demandes, la devorare completa, por ahora, hacerme pasar por tu socio es lo adecuado, no podrás alejarte de mi aun cuando te arrepientas de nuestro contrato, si lo haces, sufrirás un terrible dolor, ¿Qué dolor? Seguramente te preguntaras, bien, te lo explicare, debiste morir por suicidio, ese era tu destino, en efecto y como dijo tu ruidosa amiga, caíste desde el ultimo piso de ese edificio, no moriste gracias a nuestro pacto, sin embargo, si te alejas, si decides romper conmigo preciosa, cada hueso en tu haber se romperá y deformara como debió ser en esa caída, y no solo será eso, al ser una hermosa suicida, no tendrás cabida en el reino de los cielos que rige ese dios en el que nunca creíste, eres una simple humana aun con tu sangre, si violas la ley sagrada no tendrás el descanso eterno, vagaras sin rumbo eternamente sintiendo el dolor de tu muerte física y buscando una nueva oportunidad para renacer…así que, nos espera un largo tiempo juntos mi hermosa Virginia –
La pelirroja apenas podía creer aquellas palabras, un escalofrió la recorrió desde su nuca para pasar luego por su espina dorsal hasta el ultimo dedo de sus pies, aquello, ¿Era real? ¿Realmente Eros era un demonio? ¿Por qué no podía recordar su verdadero nombre? Una parte de ella se reusaba a creer que eso, era cierto.