El sol brillaba intensamente esa mañana en que todo parecía relativamente normal. La mujer que alcanzaba a ver desde el balcón, aún estaba durmiendo plácidamente en su cama. Los nervios comenzaba a sentirlos a flor de piel, y es que, después de aquella presencia que sintió emanando desde aquel hombre que acompañaba a su ex prometida, se sentía oprimido y asustado. Estaba seguro, aquel poder oscuro no era cualquier cosa, además, no se suponía que Virginia Adatto siguiese con vida, para ello era que la había abandonado. El viento soplo con mayor fuerza presagiando una presencia ya conocida. Habían sido ya muchos años desde aquel día cuando aun era un niño en que lo conoció. Su padre le había enseñado todo lo que tenia que saber sobre la hechicería blanca y como trabajar con los “ángeles