Capítulo 1

1374 Words
Narra Flora —Papá. Lloro en el teléfono cuando mi padre contesta. Ya sé que me dirá que ya te lo dije. Ésa es una de las razones por las que no le he contado mucho sobre lo que está pasando en nuestra relación. Él ha dejado en claro desde el principio que odia a Sean. —¿Qué pasa, cariño? ¿Qué está pasando? —No puedo más—lloro—.Estoy tan estresada. He estado tratando de aguantar sin pedirte ayuda cada vez que la necesito, pero ya lo superé. Ya superé a Sean y sus engaños. No ha estado trabajando y todas las facturas recaen sobre mí. Además de eso, acabo de descubrirlo en nuestra cama con otra mujer. —¿Qué? Mi padre nunca levanta la voz, así que cuando lo hace, sé que está enojado. Probablemente quiera volar ahora mismo y decirle a Sean lo que piensa. Tal vez incluso darle una bofetada. —Te lo he estado diciendo desde el primer día, ese tipo no es bueno para ti. Solo quiere pasar un buen rato y nada más. Lo vi enseguida en el momento en que dijiste que te mudarías a California.Él quería tenerte solo para él porque pensó que sería una forma fácil de estafar dinero—mudarme con Sean cambió muchas cosas para mi padre y para mí. Él tiene una empresa de construcción que vale mil millones de dólares, pero me cortó el apoyo financiero porque me fui de casa para estar con Sean. Aunque la vida se volvió difícil para mí, no puedo decir que lo culpo—.Haz las maletas —dice—. Te enviaré un vuelo privado mañana por la mañana. Podrás volver a casa y recuperarte sin ese pedazo de mierda de Sean que te agobia. La realidad se impone y me hace llorar aún más. He empezado a gustarme la vida que llevo aquí en el sur de California. Mis amigos, mi trabajo, me encanta todo. Pero volver a casa, a Nueva York, es lo mejor para mí y para mi salud mental. —Está bien, papá —digo, sollozando—. Haré las maletas y estaré lista por la mañana. Solo avísame a qué hora llega el vuelo. —Está bien, cariño. No puedo esperar a que vuelvas a casa. Después de terminar la llamada con mi padre, miro hacia arriba y encuentro a Sean con los ojos. Está de pie en la puerta de la habitación de invitados con una mirada triste en su rostro. Su amante se ha ido y él quiere hablar, pero ¿de qué hay que hablar? ¿De que es un perro mentiroso e infiel que nunca estará satisfecho con ninguna mujer que elija? ¿Cómo arruinó mi vida al traerme hasta California solo para traicionar mi confianza y hacerme querer cuestionar a cualquier hombre que elija en el futuro? O tal vez quiera hablar sobre lo que dijo mi padre, sobre cómo solo me veía como un medio de sustento. —¿Te vas?— pregunta. —Sí —digo con firmeza—. Estoy harta de ser tan estúpida. Deja escapar un profundo suspiro y agacha la cabeza como siempre lo hace. Nada cambia para nosotros. No sé por qué pensé que podría casarme con este tipo. Debería haberlo dejado la primera vez que me dejó plantada. —Flora —dice, en tono de disculpa—. Nunca quise que las cosas fueran así para nosotros. Realmente quería una vida diferente.Simplemente, no sé, no puedo hacer esto bien. Sé que te mereces algo mejor. —Me merezco algo mejor. Mucho mejor —le digo—. No puedo creer que haya desperdiciado tantos años esperando que cambiaras; esperando que finalmente crecieras y fueras el hombre que prometiste que serías cuando nos mudamos aquí. Todo fue una mentira. Todo. Y nunca te perdonaré por esto. Nunca más—me mira fijamente. La seriedad de mi tono debe haber tocado alguna fibra sensible. Parece preocupado, incluso confundido. No sé por qué estaría confundido él. Fue él quien rompió nuestro compromiso. No yo—.Me iré de aquí por la mañana —le digo—. Regresaré a Nueva York para empezar de nuevo y no quiero volver a saber nada de ti. —¿Ni siquiera como amigos?— pregunta. No puedo creer que tenga el descaro de preguntar si todavía podemos ser amigos. ¿Por qué querría ser amiga del hombre que me rompió el corazón? ¿Por qué querría ser amiga de alguien en quien no puedo confiar? Esta es otra de sus tácticas de manipulación y no voy a caer en ella otra vez. Esta vez, hemos terminado para siempre. —Ni siquiera como amigos —me levanto para salir de la habitación—. Comenzaré a empacar mis cosas esta noche y mañana por la mañana me habré ido para siempre. Espero que estés feliz con las decisiones que tomaste y con quién las tomaste porque nunca miraré atrás desde aquí. Me lastimaste por última vez—mientras intento pasar junto a él, me agarra la mano con suavidad y la sostiene por un momento. Está asimilando la realidad de que esta vez sí que estoy acabada. Por mucho que me duela dejarlo y empezar de nuevo, sus acciones me duelen aún más—.Adiós, Sean. Salgo del departamento y me dirijo al bar que está en la esquina de nuestra calle. Es uno de mis lugares favoritos en el sur de California. Mi amiga Melissa trabaja aquí y siempre se le ocurre alguna bebida elegante.Una combinación que te quita el estrés. No soy precisamente una bebedora, pero ahora mismo me vendría bien algo fuerte. —¡Hola! —me saluda con una sonrisa desde detrás de la barra—. Me sorprende verte aquí hoy. ¿Qué pasa? En cuanto me siento, ella lee mi expresión facial y sabe que algo anda mal. No es difícil darse cuenta cuando algo anda mal conmigo. Si mi boca no dice lo que siento, mi cara sin duda lo hará. —Necesito un trago —le digo—. Ha sido un día muy largo. —Tengo justo lo que necesito. Melissa me prepara un Cosmopolitan afrutado y se acerca a la barra para sentarse conmigo. Ha sido mi mejor amiga aquí y le estoy muy agradecida. Si no fuera por tenerla cerca casi todos los días, habría perdido la cabeza hace mucho tiempo. —¿Todo bien?— pregunta—.No pareces tu yo sexy habitual. —Yo tampoco me siento como ella —le digo—. Llegué temprano a casa del trabajo y encontré a Sean en la cama con otra mujer. —¡¿Estás bromeando?! —abre los ojos como platos— ¡Ese imbécil! Eres demasiado buena para estar con alguien como él, Flora. En serio. —Lo sé. Esta vez me voy para siempre. Mi padre me va a mandar un avión mañana por la mañana. No lo puedo creer. Después de todo lo que hemos pasado. Todas las veces que me prometió que cambiaría. Renuncié a toda mi vida en Nueva York para venir aquí y estar con él porque realmente creía que nos casaríamos y viviríamos un final de cuento de hadas... Una ilusión. Me siento muy avergonzada ahora mismo. Sé que no soy la única mujer que está pasando por una ruptura, pero a Sean y a mí nos ha pasado incontables veces. En algún momento tiene que terminar, y ese momento es ahora. —Te extrañaré—Melissa me rodea con el brazo—. Es una lástima que tengas que irte, pero es lo mejor. No puedes seguir agobiándote por Sean. No vale la pena. Y además volver a Nueva York me dará una razón para visitar la Gran Manzana. Siempre he querido ver cómo es allí. Es un final triste en el sur de California, pero me alegra saber que Melissa me visitará. No tengo muchos amigos en casa y estoy segura de que estaré demasiado ocupada buscando trabajo como para encontrar alguno. No sé, el aislamiento podría hacerme bien por un tiempo. Finalmente puedo concentrarme en mi carrera y recuperar mi confianza después de todo esto.
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