Capítulo 4

2140 Words
Narra Marlon No esperaba sentir una descarga de electricidad hormonal en la ingle cuando vi a Flora antes, en mi hora de almuerzo. No esperaba ver a una mujer alta, delgada pero con curvas, de cabello oscuro y ojos verdes, con pechos grandes y labios aún más carnosos. Flora ha crecido mucho desde la última vez que la vi. Antes de irse, parecía una adolescente. Ahora, es una mujer fenomenal con los atributos de una diosa. –Oye Siri, llama a Javier. Quiero invitarlo a él y a Flora a cenar esta noche. Me digo a mí mismo que es para hablar sobre el puesto, pero en el fondo, es porque quiero ver más de Flora. Me siento mal por desear a la hija de mi mejor amigo, pero ¡hombre! ¡Está buenísima! —Marlon, ¿qué pasa hermano?—responde. —Hola, Javier. ¿Cómo estás? —Acabo de llegar de una reunión de negocios. Por fin puedo sentarme y relajarme. —Genial—dije—. Me encontré con Flora antes en mi hora de almuerzo. Te llamo porque salgo de la oficina y quería invitarlos a cenar. Para darle la bienvenida a Flora a la ciudad y hablar un poco más sobre su puesto. Todavía tengo imágenes de ella atrapadas en mi cabeza. La forma en que se movía mientras se alejaba, incluso la lujuria que vi en sus ojos por mí. Tal vez los dos nos estemos adelantando a los acontecimientos, pero sentí una chispa de interés entre nosotros. —Sí, claro —dice Javier —. Nos encantaría cenar juntos esta noche. Estoy seguro de que a ella le encantaría salir de casa esta noche. Solo dime dónde y nos vemos allí. —¡Está bien! Suena bien. Podemos encontrarnos en nuestro lugar habitual. El restaurante de carnes. Me propuse encontrar a Kevin una vez que terminara mi llamada. Me gustaría que estuviera en la cena para poder hacerle saber en el momento que tengo otras opciones en mente para el puesto. No estoy seguro de cómo se tomará el hecho de competir con alguien nuevo, pero son negocios. Al menos eso lo entenderá. —Hola, hijo—entro en su oficina justo cuando está apagando su computadora para la noche—¿Qué tienes en tu agenda para esta noche? —No mucho. Probablemente me detenga a comprar algo para llevar. Los chicos están jugando Call of Duty esta noche, así que… Call of Duty; el juego al que le encanta jugar toda la noche en lugar de concentrar su energía en promocionar la empresa. —Bueno, ¿qué tal si vienes a cenar con Javier y conmigo? Su hija está en casa y también estará allí. Recuerdas a Flora, ¿verdad? —Sí —asiente—. La recuerdo. Vaya. Ha pasado mucho tiempo desde que la vi por última vez. —Sí. ¿Qué te parece? De todas formas, hay algunas cosas de las que quiero hablar contigo. Relacionadas con el trabajo. Parece estar medio emocionado por ir. Sé que preferiría estar en su mejor momento esta noche, pero puedo decir que también está interesado en volver a ver a Flora. —Está bien. De acuerdo —concuerda—¿Un restaurante de carnes? —Ya lo sabes. Déjame tomar mi chaqueta y nos vamos. El restaurante de carnes no está muy lejos del concesionario. Son unos quince minutos en auto con tráfico, pero no puedo llegar lo suficientemente rápido. Javier y Flora están de camino hacia allí. Me pregunto qué llevará puesto, algo revelador o sutil. También me preocupa que Javier me pille con la mirada perdida. —¿Es ella? —Kevin se arregla las gafas cuando entramos y vemos a Flora sentada con Javier en nuestra mesa habitual—. Maldita sea. Parece muy distinta a como la recuerdo. —Sí, ¿verdad? —pregunto, casi babeando—. Ya es una mujer adulta. El interés de Kevin es tan intenso como el mío. Probablemente ninguno de los dos tenga una oportunidad con ella. Ni siquiera debería querer una oportunidad con ella porque es la hija de mi mejor amigo, pero el alboroto de mis hormonas me hace sentir como si fuera veinte años más joven y libre de todos los lazos con ella. —¡Ah! Ahí están—Javier se pone de pie para saludarnos a Kevin y a mí— ¿Cómo estás, Kevin? —Estoy bien —le estrecha la mano a Javier, pero sus ojos están fijos en Flora. —Es genial —dice Javier— ¿Te acuerdas de mi hija, Flora? Flora ¿te acuerdas de Kevin? Se levanta para saludar a Kevin y el aroma de su perfume me excita inesperadamente. Es dulce con un matiz atrevido, como ella. Y le sienta muy bien. Tomo asiento rápidamente, para que nadie vea el bulto que crece en mi pantalón pero no me olvido de saludarla. —Flora gracias por acompañarnos —le dije—. Me alegra tenerte de vuelta en la ciudad. —Me alegro de estar de vuelta—se ríe y vuelve a tomar asiento. —¿Qué te trajo de vuelta? —pregunta Kevin—¿Sentiste mucha nostalgia? Antes de responderle, toma un sorbo de su cóctel y mira a Kevin con una mirada cínica. Probablemente esté harta de que los chicos la acosen y ya puede sentir que Kevin será el próximo. —Algo así— dice—.Las cosas simplemente no me salieron tan bien como esperaba. Pido una botella de champán para la mesa y hacemos nuestros pedidos de platos principales. Durante todo el rato, no puedo evitar que mis ojos se dirijan a Flora. Lleva un vestido de cóctel n***o que abraza sus curvas como yo quiero y un tono de lápiz labial rojo que resalta la profundidad de sus ojos. No puedo creer cuánto ha crecido. Sigo diciéndolo porque el efecto sorpresa es absolutamente asombroso. Puedo ver más de sus pechos ahora que no usa nada para cubrirlos, también puedo ver más del interés que tiene en mí. —Marlon dice que ustedes dos hablaron brevemente sobre la entrevista—dice Javier. No quería sacar el tema tan pronto, porque Kevin está aquí, pero Javier no va a dejar que pase desapercibido. Sé que está emocionado por tener a Flora de vuelta en casa y quiere ayudarla a despegar de nuevo, así que no me desvío. Además, a mí también me encantaría ayudarla a despegar de nuevo. —Sí—dice ella—.Le dije que me encantaría saber más sobre lo que implica antes de tomar una decisión firme. Kevin está sentado en su silla como un pájaro que acecha a su presa. Ha sido el único vendedor que he utilizado durante un tiempo, pero en cuanto sus cifras empezaron a bajar, empecé a buscar otras alternativas. —Por supuesto—añado—.Podemos fijar una entrevista para el lunes por la mañana y, si todo va bien y te gustan los requisitos para el puesto, todo debería ir bien. —Espera un momento —Kevin finalmente lo entiende—¿Estás hablando del trabajo como especialista en marketing para el concesionario? Pensé que estaba trabajando duro para conseguir ese puesto. Allá vamos, suspiro. Me resulta difícil decirle a mi hijo que no le ha ido muy bien en su camino hacia el éxito. Incluso con la capacitación práctica que le he organizado, no está captando el mensaje tan bien como yo necesito. Necesito a alguien que sea autosuficiente y que tome la iniciativa sin que le tengan que decir lo que tiene que hacer. Flora ya tiene la experiencia, mientras que Kevin apenas está aprendiendo. —Eso es lo que quería hablar contigo, hijo —le digo—. Los números han bajado un poco y quiero conseguir a alguien para el puesto de forma permanente antes de que bajen aún más. Te va muy bien como representante de ventas principal. Ese podría ser el puesto perfecto para ti. —Papá —se burla—. La razón por la que me dieron la nueva oficina es porque se supone que me voy a hacer cargo del departamento de marketing. ¿Ahora me invitas a cenar para decirme que vas a contratar a otra persona para el trabajo? Tanto Javier como Flora parecen confundidos. No es una posición en la que deba estar para mí e independientemente de si es mi hijo o no, los negocios son los negocios. —Lo siento—dice Flora—. No quiero molestar a nadie ni causar problemas aquí. —No, está bien —le digo—. Todavía no he tomado ninguna decisión final sobre el puesto. Entiendo que Kevin pueda estar confundido por todo esto, pero todavía tengo un negocio que mantener. Kevin no ha demostrado que se tome el trabajo lo suficientemente en serio a pesar del tiempo que le he dado para mejorar. Creo que es hora de buscar otras vías. —He realizado toda la capacitación y he hecho todo lo que me pidieron—dice Kevin—.Entiendo que esta es tu empresa y que tú la diriges. Como tú quieras, pero esto es absurdo. Podrías haberme dicho esto de antemano, en lugar de traerme aquí con mi reemplazo. Sabía que lo tomaría de esa manera. No quise que sonara tan bruscamente o de manera tan inesperada; pensé que sería comprensivo y reconocería el hecho de que no ha sido capaz de mantener el cargo. —Sabes qué —dice sonriendo y asiente como si estuviera empezando a entender—. Es genial. Si tuviera mi propia empresa, también querría lo mejor. Antes de que lo viera venir, Kevin se apartó de la mesa con tanta fuerza que casi tiró nuestras bebidas. Estaba molesto. Sabía que lo estaría, pero no podía seguir mimándolo y permitirle que se balanceara entre un puesto de trabajo serio y ser mi hijo. —Kevin, espera un momento —le grita Javier mientras se aleja. —No, está bien —gruño—. Déjalo ir. Me ocuparé de él cuando llegue a casa esta noche. Javier se disculpa y va a por Kevin de todos modos, dejándonos a Flora y a mí solos en la mesa. Claro, me preocupa que mi hijo esté enojado, pero esta es la oportunidad perfecta para que yo ponga al corriente de lo que se ha estado gestando entre Flora y yo. —¿Le ofreciste el trabajo a Kevin antes que a mí? —pregunta ella, con una sonrisa burlona curvando las comisuras de sus labios. –No le ofrecí necesariamente el puesto, aunque se ha estado preparando para ello— suspiro—.No le ha ido tan bien como esperaba. Aunque es mi hijo, no puedo tener a alguien que no sepa ni la mitad de marketing como jefe de mi departamento de marketing. Así no funcionan los negocios. Ella toma otro sorbo de su copa de cóctel y asiente hacia mí. Sus ojos me miran directamente y siento que se me pone más duro en mi pantalón. Ella ni siquiera está haciendo nada significativo y me excita. El solo hecho de sentarme frente a ella mientras su aroma ilumina el aire a mi alrededor me hace querer tocarla. —Lo entiendo—dice ella—.Simplemente no quiero que haya problemas entre él y yo. —¿Eso significa que lo estás considerando? —pregunto, coqueteando un poco. —Tal vez —sonríe—. Podemos hablar más el lunes y si dices algo que me guste, tal vez me incline a hacerlo. Ahora que está coqueteando conmigo, estoy más seguro que nunca. Lo oigo en su tono y lo veo en la mirada seductora que me dirige. Extiendo mi mano por encima de la mesa y tomo suavemente la suya entre las mías para cerrar el trato sobre la entrevista, luego le doy un beso suave en la punta de los dedos. —Entonces está decidido —le digo—. El lunes diré todo lo que hay que decir. —Y escucharé todas las cosas que haya que decir—dice. —No recuerdo que fueras así —hago una pausa para asegurarme de usar las palabras correctas—. Atractiva. —Y no recuerdo que fueras tan tentador. Antes de decir mi siguiente frase, Javier regresa a la mesa sonando como si estuviera sin aliento y me roba la atención de Flora. —Está muy molesto—dice—.Casi tuve que perseguirlo durante tres cuadras. Me siento mal por haber sacado el tema ahora. —No te sientas mal, Javier. Kevin estará bien —le digo—. Tendré que hablar con él esta noche. Puedo asegurarte que nuestros problemas tienen su origen en algo más que esta noche.
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