−Como puedes darte cuenta, estoy muy ocupado, Lillian. −No tanto como para no poder hablar conmigo, Selwyn. −¿Consideras necesario que hablemos? En realidad, tenemos muy poco que decirnos. −Yo sí tengo mucho que decir, mas no voy a echarte en cara tu deslealtad al no comunicarme tus propósitos antes de hacerlos públicos. Para sorpresa de Lord Kiniston, hablaba de manera agradable; sin embargo, por la expresión de sus ojos supo que estaba haciendo un gran esfuerzo por dominarse. −Me alegro mucho de saberlo− respondió él−, y espero que seas amable con mi futura esposa. −Tú sabes lo que pienso de ella sin necesidad de decírtelo− respondió Lillian−. Pero lo que realmente me interesa, querido Selwyn, es saber qué será de nosotros. −Sólo puedo darte las gracias por la felicidad que me has