Me Rindo!

Capítulo 1. Janice, acepta la mano de mi nieto en matrimonio. A duras penas logré terminar la escuela, mi madre no tenía dinero para pagar mi educación sin embargo trabajó duro para conseguir que yo termine mis estudios. Ella estaba enferma y no quiso que yo lo supiera, mamá acaba de morir en mis brazos en el hospital de solidaridad, no pude hacer nada para ayudarla, todo por no tener el dinero para hacerlo. Ahora camino rumbo a casa para recoger el único juego de ropa decente que tiene, para que se lo pongan en su velorio, como si conociéramos a mucha gente, solo de pensar que seré la única al lado de ella, me hace sentir tan insignificante. Estoy por cruzar la calle cuando veo que un auto sin control va directo para arroyar a un anciano que caminaba con su bastón de espaldas a mi, sabía que si gritaba, el pobre viejecito no podría oírme, también supe que no tendría mucho tiempo de reaccionar por su edad, así que corrí con la poca fuerza que me quedaba, y me lance sobre él, logré sacarlo del lugar del impacto y protegerlo con todo mi cuerpo, para que no sea atropellado, obviamente yo terminé raspada y magullada, sentí un fuerte dolor en la nuca al caer y un líquido caliente correr por mi rostro, pero debía asegurarme de que el pobre hombre se encuentre bien, -- ¿Señor está usted bien? – veo el rostro del anciano y puedo ver como comienza a cerrar sus ojitos, no puedo creer que él también se esté muriendo, yo estoy segura de que lo protegí bien, no soy grande ni muy fuerte, pero estoy toda adolorida por haberlo hecho, -- ¡Por favor señor despierte! – le suplico, -- ¡Por favor no se muera! – estoy comenzando a ponerme nerviosa, -- ¡No me haga esto!, por favor, mamá acaba de morir, no necesito que otra persona más muera frente a mi – termino susurrando, solo tengo dieciséis años y ahora debo convertirme en una adulta, las lágrimas que había contenido por la muerte de mamá comenzaron a salir de mis ojos sin que pueda controlarlas, mi cuerpo entero comenzó a temblar, comencé a entrar en shock, no podía creer que fuera tan inútil, no pude salvar a mamá y tampoco he podido salvar a este hombre, todo a mi alrededor comenzó a ponerse n***o, mis pocas fuerzas me fueron abandonando y no recuerdo nada más. **** **** **** -- Ella fue quien lo salvo señor Romano – -- ¿Por qué no despierta todavía? – pregunta el viejo mientras observa el rostro de la hermosa niña, -- Recibió varios golpes por la caída al protegerlo, además se encuentra desnutrida, según los doctores su peso está por debajo del rango en varios kilos señor. Su cuerpo se encuentra demasiado débil e imagino que su estado de ánimo también – -- ¿Averiguaste lo que te pedí? – -- Si señor, la señorita se llama Janice Fabbri, tiene 16 años, su madre falleció esta mañana, ya me he encargado de todo, al parecer la señorita iba en busca de ropa para que la vistan y preparen para los servicios funerarios – -- ¿Te encargaste de eso? – sí señor, ya nos encargamos de eso también señor, los de la funeraria esperaran a que la señorita despierte para que se realicen los servicios. Al parecer ellas no tiene familia en el país, eran solo su madre Alicia y ella, según averigüé, su madre la trajo cuando ella tenía solo seis años, no existe apellido paterno, las dos cuentan con el mismo apellido, han vivido solas desde ese momento. La casa en la que viven no es propia, la señora se encuentra debiendo medio año de renta, están a punto de ser arrojadas a la calle señor – -- Ya veo – el viejo observa a la joven y no puede creer como una niña con tantos problemas encima haya tenido la bondad de arriesgar su vida por él, -- ¿Quiere que me encargue de eso también? – el asistente del viejo se está refiriendo al alquiler atrasado de la muchacha, -- Todavía no, déjame pensar un poco – el patrono de la familia Romano estaba intentando pensar que hacer con aquella excelente muchacha, -- ¿A dónde está mi nieto, por qué no ha venido a verme?, ¿No le avisaste que sufrí un accidente? – le pregunta a su asistente, esté asiente y responde, -- Lo hice señor, pero la señorita Paloma lo llamo cuando venía para acá, parece que sufrió un ataque de pánico y ya conoce al joven Fernando, él … -- -- Esa zorra siempre aprovechándose de ese idiota, cuando va a reaccionar. Le he dicho que voy a desheredarlo y no le importa en absoluto, no entiendo cómo un hombre tan inteligente como mi nieto, no se da cuenta de nada, esa mujer fingió su propio secuestro para aprovecharse de Fernando – dice el viejo zorro del abuelo, -- Señor la solución puede estar más cerca de lo que se imagina – le dice su asistente el señor Joel, el viejo Samuel Romano mira a la hermosa niña dormida frente a él y mueve la cabeza pensando lo mismo que había pensado su gran amigo y asistente, -- Prepara todo cuanto antes, no permitiré que esa víbora se acerque a un solo centavo de mi dinero, antes lo desheredo y le entrego toda mi fortuna a ella – él viejo señala a Janice, luego él y su asistente salen de la habitación donde Janice dormía profundamente, la pobre muchacha había caído en un profundo sueño reparador, ella no dormía después de tres días de haber acompañado a su madre en el hospital, sin nada en el estómago y con solo lo que llevaba puesto de abrigo. Janice Mi nombre es Janice, tengo 16 años, dentro de poco cumplo 17 y no tengo un sol ni para comer, pero a quien le importa. Ahora desperté y estaba en una habitación demasiado grande para lo que estoy acostumbrada, no recuerdo como llegue a este lugar, pero recuerdo que mamá ha fallecido y que debó llevar la ropa para que puedan vestirla, me reincorporo rápido en la cama e intento salir de donde estoy, -- Auch! – me quejo, el cuerpo me duele mucho, de pronto la voz de un hombre hace que me sobresalte, -- Por fin despertaste niña!, estaba comenzando a preocuparme – sigo el sonido de la voz y puedo ver el rostro de un anciano sonriéndome desde la puerta, ahora recuerdo al hombre, es el anciano que salvé de ser arrollado por un auto, ¡ya recordé lo que pasó!, yo iba a casa para recoger la ropa de mamá cuando un auto estaba a punto de arroyar al anciano, -- Auch! – me vuelvo a quejar sin querer, mi brazo tiene una enorme venda. Recuerdo que caí sobre él para salvar al abuelo, agradezco que el hombre se encuentre bien, pensaba que él estaba muerto, -- Gracias a dios que está bien señor, yo pensaba que usted había… muerto – le digo y veo como mueve las manos alejando mis pensamientos, -- No digas eso niña. El señor Romano está bien gracias a ti – me dice el hombre que está a su lado, me siento un poco intimidada con aquellos hombres frente a mí, su ropa y su forma de hablar me hacen ver que son personas importantes, yo a su lado debo verme solo como una chica sin mucha educación, -- Muchas gracias Janice. Si no me hubieras salvado, no estaría acá para contarlo. Por eso quiero agradecértelo y quiero pedirte que aceptes la mano de mi nieto en matrimonio – creo que este señor se volvió loco, como voy a aceptar casarme con su nieto, si ni siquiera lo conozco, -- Señor no es necesario, solo hice lo que era mi deber, usted estaba en peligro y yo solo lo ayudé. Cualquiera hubiera hecho lo mismo, no necesita ofrecerme nada a cambio – le digo, pero él señor se acerca a mí moviendo la cabeza de un lado a otro, veo el rostro del anciano y no logro descifrar lo que veo, parece como si estuviera pidiendo ayuda en lugar de ofreciéndomela, es tan extraño.