Soy Arthur, nacido de un Barón, pariente de un príncipe que fue hijo de un rey. De mis venas corren historias de nobleza, riqueza y ensueños que muchos quisieron tener. Pude ser todo, ahora soy esto, ¿Debo conformarme?
Han dicho que hay algo malo en mí, soy un villano por tomar lo que quiero, soy un malvado por no conformarme con lo que me dieron. Soy todo eso y mucho más. Pero, nunca seré esclavo de mi silencio, ni un pobre malquerido o un hombre de corazón roto, jamás me resignaré a ser algo que no quiero
¿Eso es tan malo?
Llevó en mi alma un dolor que me incendia, una furia que no calma, una tormenta que ahoga. Soy un león que ruge, necesito desquitarme, necesito pelear con fuerza. Hay algo que me falta y que no consigo tener. Huyo a las Tierras altas porque escuché de la vulnerabilidad, que fue libertad de mis antepasados, porque todos vieron la oportunidad y la tomaron ¿Por qué yo no? Cuando todos me hayan maldecido, deberán cuidar sus bocas, ¿Acaso se avergüenzan?
Pudieron luchar por su destino y transformarlo, pero se rindieron, ¡Oh, se han conformado! ¡Malditos cobardes! Han querido que sufra sus propias penas, pero yo, imaginante, he decidió escribir mi propia historia.
Viviré como quiero, haré lo que deseo. Seré todo lo que yo quiera: un corazón sangrante, un fuego infernal, una cruz sin sepultura, un rey sin corona.
Llevó todo el dinero de mi padre, las joyas de mi madre, mi esposa yace muerta en la cama y solo me siento dichoso, al fin he podido apagar la luz en los ojos asquerosos de esa mujer que odio. Sostengo mi maleta, sonrío, soy feliz como nunca. Abandono la alcoba y cierro con llave, que nadie sepa de mi crimen, ya lo sabrán cuando llegue el alba y yo esté muy lejos. Cuando mi ventura se realice esto ya no tendrá sentido, ¿Quién puede acusar de un crimen a un emperador? ¿Quién puede acusar de sus pecados a un mismo Dios? Me siento renovado, hay una esperanza en mi interior, vientos de cambio que me dicen que lo mejor está por venir, salgo al jardín y huelo las rosas, bellas rosas, pero por un instante no son suficientes, pienso en eso y creo que debe haber en el mundo una rosa más hermosa que todas estas, la encontraré antes de irme, podré olerla, podré verla y quizás también amarla, sentirla en mí oscuro corazón
Veo un futuro brillante, aunque miles de cadáveres pavimenten mi triunfo. No permitiré que las voces de mis enemigos hagan ecos en mis entrañas. Soy de hierro, no me quemare en ningún fuego, resistiré y cuando la corona de oro adorne mi cabeza, seré feliz. Miraré a los incrédulos, cuyos ojos brillaran de odio y frustración, mientras escuchan las palabras caóticas salir por mi boca: Yo soy Arthur.