Tras la sombra

1723 Words
Al llegar la noche mi primo Fernando me llamó, quería que lo invitara a cenar, al parecer no se sentía muy bien emocionalmente. Como siempre yo estaba ahí para apoyarlo, no dudé en decirle que podía llegar a mi casa siempre que quisiera, pues era bienvenido siempre. Cuando Fernando llegó Luciano ya se encontraba en casa, tenía un poco de estrés por toda la situación que había vivido en el día y me decía que no se sentía muy bien para recibir visitas, no obstante le obligué a estar en la cena con mi primo, sentía que se lo merecía, pues hace días no compartían. Cuando todos estábamos en la mesa ellos dos empezaron a hablar de negocios, yo ni siquiera sabía que Fernando se había involucrado en la empresa de los cárnicos, pero me parecía una excelente idea, pues le gustaba hacer grandes inversiones y tenía el dinero para hacerlo. Sin embargo, notaba un poco de indiferencia por parte de mi primo, como si algo de Fernando le disgustara. —¿Qué te pasa, primo? —le pregunté. —No es nada, solo que las cosas no van bien ahora, la persona que me gusta es muy distante conmigo y eso me tiene un poco triste, pero son cosas que se me pasarán, no te preocupes, prima —contestó. No conocía muy bien sus gestos, no sabía cuando me estaba diciendo la verdad, pero evidentemente eso tenía algo de cierto. Nada desgasta tanto a los hombres como lo es la fuerza del amor, por más fuertes que seamos, más dinero que tengamos o más bellos que seamos, cuando el corazón no se siente bien la vida parece gris. Valiente quien es capaz de seguir a pesar de esas adversidades, quien deja de lado sus sentimientos para continuar con su vida racional. Para otros es muy difícil y es ahí cuando muchas vidas se pierden, pues persiguen eso que nunca van a poder tener: un amor real, fiel, sincero y perfecto. Siempre he pensado que es verdad cuando dicen que lo malo no es el amor sino las personas que no son capaces de darle el verdadero valor que se merece. Si tan solo nos enfocáramos en hacer todo de la mejor manera nadie tendría que sufrir, simplemente si quieres estar con otra persona aparte de tu pareja le dices que ya no quieres estar a su lado, puede que le duela mucho en el momento, pero va a ser más soportable que sentir que no eres suficiente para alguien, que por más que te esfuerces en dar lo mejor de ti nunca alcanzará para que seas la única persona en su corazón. Realmente admiro mucho a quienes descubren algo que no les gusta e inmediatamente abandonan el barco, nosotros simplemente nos quedamos para sufrir más o seguimos aguantando por miedo a salir del círculo vicioso en el que ya estamos metidos. Luciano manifestó sentirse muy cansado, dijo que se iría a su cuarto a descansar un poco, que podíamos quedarnos y hacer todo el ruido que quisiéramos, pero que él estaba a punto de estallar. Me pareció muy extraño que en cuanto subió las escaleras Fernando le siguió, me dijo que habían cosas pendientes de la empresa que no daban espera. Yo me quedé abajo, estaba organizando los platos, limpiando la mesa y guardando las sobras de comida que quedaron para al día siguiente dársela a los perros callejeros que se acercaban a la esquina. Era muy lindo ver que ellos ya sabían que siempre me quedaba algo de la cena, me esperaban en la mañana, eran tres, todos eran grandes y estaban un poco flacos, pero estoy segura que con los días iban a mejorar. Los dejé solos en el cuarto para que hablaran tranquilos, no le vi nada de malo, aunque no me parecía muy normal, pudieron hablar todas las cosas de su trabajo en la mesa, pero no quisieron, tal vez eran cosas de las que, raramente, yo no podía darme cuenta. Mientras tanto llamé a María, quería ver cuál era su versión de todos los hechos. Lamentablemente ella solamente me dijo que Luciano a veces se comportaba extraño, que linda no le daba confianza y la verdad no le gustaba esa relación. A mi parecer eso sonaba más como un reclamo, a ella no le gustaba que él estuviera cerca de esa mujer. ¿Se estaba enamorando de mi esposo? ¿Qué estaba pasando exactamente entre ellos dos? ¿Por qué simplemente no me decía que ya se había enamorado de él y que quería ocupar mi lugar? Era evidente la envidia que tenía hacia mí, el mayor error que pude cometer fue haberla involucrado, ahora temía que Luciano sintiera lo mismo por ella, no obstante solo de esta forma puedo darme cuenta quién es verdaderamente mi esposo y mi mejor amiga. Terminé de hacer todos mis deberes, Fernando aún no había salido de la habitación y yo tenía sueño, así que me fui directo hacía donde estaban. Olvidé tocar la puerta porque estaba tan acostumbrada a que casi nadie me visitaba que entre de improvisto. Pude observar que Luciano y Fernando estaban abrazados, Fernando lloraba en el hombro de mi esposo, era una escena realmente conmovedora, no supe qué hacer en ese momento, pues parecía algo muy íntimo. Toqué la puerta tres veces muy suavemente y los miré fijamente: —Lo siento, olvidé tocar antes —dije mientras entraba lentamente y buscaba mi piyama. —No te preocupes, ya me iba, lamento que me hayas tenido que ver así, es solo que Luciano es un gran amigo —contestó Fernando mientras se retiraba rápidamente del lugar. Cuando Fernando se fue Luciano y yo nos quedamos en silencio por un largo rato, yo me estaba empijamando lentamente mientras él también se quitaba su camisa para organizarse antes de dormir. Quería preguntarle insistentemente qué le había pasado a Fernando, pero de habérmelo querido contar lo hubiera hecho en el mismo instante en que él se retiró. Parecía muy extraño todo, ¿qué tan grave era la situación de mi primo para encontrar sosiego Luciano? ¿Por qué no podía contármelo a mí? Se supone que somos familia y que el vínculo es muy estrecho a pesar de que no mantenemos juntos, pero ahora veía que prefería mucho más a mi esposo. No le veía problema pero me causaba mucha inquietud y curiosidad. En silencio me acosté en la cama, mi esposo se acercó para darme un beso de buenas noches y reiterarme que no le molestaba que yo me entrometiera en su vida, si quería ir a la empresa las puertas estaban abiertas, lo único que me advirtió es que debía avisarle para esperarme como me lo merecía, no era justo que yo llegara y él estuviera ocupado en reuniones, aunque la verdad no podía comprender cuál era mi interés en entrometerme en ese lugar cuando nunca antes lo había hecho. Sentía que yo estaba desconfiando y eso no le gustaba, quiso hacerse el digno y trató de enojarse por mi falta de confianza hacia él. Yo simplemente le decía de manera pretenciosa que estaba aburrida de estar en la casa, de ser solo la chica que se cuida y está bonita para su esposo, ya no era lo que quería, ahora necesitaba encontrar un futuro, una visión diferente a todo lo que había hecho hasta ahora y eso era algo que él no podía comprender, pues cualquier mujer daría lo que fuera por estar en casa y que su marido le diera todo el dinero que ella necesitaba. De hecho, yo me sentía muy bien así hasta hace poco, pero ahora ya no podía retroceder, necesitaba saber todo sobre él. Antes de dormir me recordó que había una fiesta en una hermosa finca estaban invitadas todas las personas de la empresa, quería que se divirtieran sus trabajadores para que se motivaran e hicieran las cosas mejor. Había leído algunas revistas y muchos estudios científicos dicen que cuando los empleados están relajados y en un ambiente tranquilo todo fluye mejor. Pensó que invertir dinero en ello era realmente necesario y personalmente lo apoyaba, muchas de esas personas, principalmente a los que les tocan los trabajos más pesados y con peor paga, siempre necesitan ese tipo de incentivos. Claramente le hice saber que quería estar en la fiesta, nada me haría más feliz que acompañarlo y ver cómo su entorno estaba motivado. Me dijo que no tenía planificada mi asistencia, pero que podía ir, no me había contado porque había tenido muchas ocupaciones. La fiesta era al día siguiente, los empleados salían de trabajar a las 12 del mediodía para que fueran a sus casas a organizarse, la fiesta era a las 7 de la noche en las afueras de la ciudad. Estaba preparada para el encuentro, ya tenía en mi mente lista la ropa que me iba a poner, necesitaba lucir hermosa para que todas las mujeres notaran que tenía una hermosa esposa. También María estaría allí, se me hizo raro que ella no me lo mencionara, tal vez quería estar a solas con él. En cualquier caso le dije a Luciano que no le advirtiera a María sobre mi presencia allí, quería llegar de sorpresa y ver su rostro de “alegría” al verme en el lugar, sin ninguna duda él aceptó guardarme el secreto. Nos acostamos como una pareja perfecta, toda esa situación me hacía dar cuenta que realmente era una mujer muy fuerte. A veces sentía muchas ganas de llorar pero no podía hacerlo, eso solo le advertiría de un problema mayor que yo aun no quería dejar en evidencia. Casi siempre dormíamos ambos hacía el mismo lado, él solía abrazarme por detrás y recostar su cabeza sobre mi cabello. Todavía dormíamos de la misma forma, con la diferencia de que yo ya no sentía lo mismo, era muy difícil seguir siendo la misma de siempre después de saber que se acuesta con otras mujeres y casi por la fuerza con la ayuda de Linda. A pesar del taco en mi garganta fingí que todo estaba perfecto, en silencio limpiaba mis lágrimas y respiraba por la boca muy lentamente para que no se notara que mi nariz estaba muy congestionada, era realmente desgastante continuar en ese proceso y seguir siendo la esposa del hombre exitoso.

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