CAPÍTULO 19. MÓNICA MORETTI. ¡RECHAZADO! Le permito a Marcos darle rienda suelta a sus deseos, mismo deseo que también me hace querer más de él. Él sigue dentro de mí, empleando suaves movimientos de entrada y salida; el ritmo es lento y delicioso que me hace jadear. Ambos nos devoramos, nos adoramos, entre caricias y besos, sus manos y las mías unidas, con los dedos entrelazados arriba de mi cabeza, mientras sus embestidas firmes y deliciosas me hacen delirar de placer. Me abro más a él para tenerlo todo, su grande y grueso pene supera mis expectativas. Mis pliegues lo arropan cubriendo con mi calor de mi interior sin gana de soltarlo. Y así pasamos lo que queda del resto de la madrugada, hasta que el cansancio domina nuestros cuerpos satisfechos y sudorosos. Marcos quería más y