CAPÍTULO 6. MÓNICA MORETTI. SUEÑO HÚMEDO Las horas pasan y nada que culmina mi día, estoy tan ansiosa de salir y llegar a casa que siento que las horas pasan lentas, la fluidez de clientes no ha parado desde que inicié mi jornada laboral, el lugar está repleto, más trabajo y más propinas para todas nosotras que trabajamos atendiendo las mesas. Me encuentro en el baño, después de terminar de hacer necesidades, lavo mis manos y rostro. —Necesito vacaciones, expresé con cansancio. Tocan la puerta anunciando que me apresuré. Ruedo los ojos con fastidio, puedo reconocer la voz de Betty, esa mujer es un fastidio. —Ya salgo, grite enojada, siempre es lo mismo con ella, me tiene el ojo puesto, pero no me he dejado, ha buscado motivos para que me despidan, ese gusto no se lo voy a dar, si me