Capitulo 26- Demetry

4205 Words
Odio esta situación necesito hablar con Liah y darle una explicación, pero tampoco pensé que lo tomara tan mal para no querer verme ni hablarme. No pensé que estaría dolida, tampoco fue que creamos un vinculo tan estrecho para que me odie. - Aquí estas – escucho a Guille - ¿viste las reseñas del evento? Fueron un éxito. - Sí, las vi. Me alegra que algo nos este saliendo bien después de todo. - ¿Qué te está saliendo mal? De mi punto de vista todo esta perfecto para ti. - Tenemos un traidor en la empresa, los de Alemania no responden y el señor Meser tampoco es que este muy feliz con mi compromiso con Kira. Además de eso Liah aun no quiere verme para aclarar todo el malentendido. - No veo el malentendido; se fue siendo tu prometida y al regresar te encuentra con su hermana; y no se enteró por ti. - Pero no fue por mí, tu sabes que intente hablar con ella, pero el señor Meser no me dejo, dijo que el lo hacía, que era su deber no el mío, lo cual me parece estúpido; yo fui quien la ofendió, aunque no fue mi intención. - La culpa fue tuya por aceptar lo que dijo el señor Meser, hubieras ido hablar con ella. - Guille aquí las cosas se manejan diferentes que en la ciudad; es molesto, pero son sus costumbres y Kira me dice que esta tan deprimida y molesta que no ha salido de casa; y no quiere ni que mi nombre se mencione en casa. - ¿Qué piensas hacer? - No lo sé, pero esta situación no me gusta. Me siento impotente, entre las costumbres de esta gente y lo que estamos acostumbrados; no quiero que Liah me odie, ni piense que soy un cobarde que no le quiere dar la cara o que jugué con ella. Quiero explicarle las cosas, pero me siento atrapado entre lo que dice mi abuelo y Meser, de que la deje en paz que ellos como los mayores se encargan de resolver el asunto y mi instinto de ir a esa casa, agarrar a Liah y hablar con ella sin importar lo que digan. - Trata de calmarte, no te había visto enojado en mucho tiempo. - Guille ¿Cómo no voy a estar molesto? Siento que los demás están manejando mi vida y este es un problema de dos; Liah y mío, debemos resolverlo nosotros no intermediarios. - En eso te apoyo, insisto que debes ir hablar con ella, pero no le preguntes a sus padres; simplemente ve pregunta por ella y listo. - No quiere verme, la lastime, no pensé que de verdad sintiera tanto aprecio por mi con lo callada y reservada que es; pensé que iba estar feliz. - ¿Feliz? ¿Qué mujer esta feliz que la hagan el hazme reír de un pueblo y con su propia hermana? - Guille, todo eso eran rumores- me mira con burla – hablo de que si era verdad que estábamos juntos, pero el pueblo no lo sabía, solo se rumo-raba que estaba con una Meser y como me veían con Liah asumieron que era ella. - Ahora saben que es Kira, pero todos nosotros sabemos que no era así, hasta Leandro cree que te vas a casar con Liah Meser. - Ese es otro asunto, no le he dicho a Leandro que es Kira mi prometida. - ¿Por qué? - ¿De verdad me preguntas eso? ya lo conoces, no estaba de acuerdo que viniera a este pueblo, tampoco que estuviera de novio con una señorita de aquí y cuando le dije que me iba a casar, si no es porque estaba un teléfono de por medio me golpea; imagínate que le diga que cambie de hermana. – se queda pensando – dirá que soy un inmaduro, idiota que no sabe lo que quiere. - ¿Y si sabes lo que quieres? – le golpeo por la cabeza - ¡auch! ¿Por qué me pegas? - Necesito apoyo no alguien que me reclame. - Yo te di mi consejo y lo ignoraste. Demetry, te lo repito, te estas apresurando, no has tratado a Liah bien, te has hecho una idea de ella por lo que te ha dicho Kira, tu abuelo y tú tía, no te has creado tu propia idea sobre ella excepto que es bonita, tierna y sumisa, pero debe haber más detrás de ella. - Puede que tengas razón, pero he tratado a Kira y es la que me gusta, la veo y me sudan las manos, me gusta su temperamento, su coquetería, su sonrisa, su manera de ver la vida y al mismo tiempo es como una niña que quiere ser mimada, querida y disfrutar del mundo. - Esta bien que pienses eso, aunque yo tenga otra perspectiva de las cosas, pero sigo pensando que te des tiempo de tratar a las dos, no tienes por qué correr, darte tu tiempo no sea que más adelante lo lamentes. - No lo haré, se que te dije que Liah era la mujer perfecta y si tiene muchas cosas que me gustan, tiene un ángel que provoca es arroparla, encerrarla en una cajita de cristal para que nadie la lastime, y tiene esos ojos hermosos, con esa piel que seguro es suave como la seda, pero no tiene coraje para luchar por lo que quiere, fue criada para obedecer. - ¿No es así que la querías? - No, digo quiero una mujer que me obedezca pero que también de su opinión, que me pelee y Liah esta muy lejos de eso, es una muñeca que hace lo que los demás quieren sin pestañear. - ¿Te das cuenta de que eso lo piensas por qué es lo que los demás te han dicho? Mejor dicho, lo que te ha dicho Kira y se contradice. - ¿No sé de qué hablas? - Demetry, de verdad cuando estas con esa mujer es como si te idiotizaras. - ¡Oye no me ofendas! Me gusta ¿Qué puedo hacer? - Kira te ha dicho que Liah es aburrida, tonta, sin criterio propio y que hace lo que sus padres dicen. - Y yo me he dado cuenta de que es así, excepto lo tonta y aburrida, que no me parece. Solo es seria, y eso no me parece mal. - También te ha dicho que es malcriada, caprichosa, mentirosa e intrigante. No se puede ser las dos cosas al mismo tiempo; ¿Cómo no te das cuenta de eso? - Claro que me doy cuenta; pero siento que esta celosa de Liah porque es la que ha estado bajo el cuidado de sus padres mientras que ella ha estado viajando con sus tíos. Ella misma me ha dicho que siente que quieren y complacen más a Liah que a ella; que la mandaron lejos porque no la quieren. - Una mujer que hable mal de su propia hermana no es alguien en quien confiar ¿Qué pensarías si Leandro hablara mal de ti o yo? - Entiendo lo que dices y se lo hecho ver, pero si no se expresa conmigo ¿con quién lo hará? Esta dolida porque sienten que sus padres no la quieren ni la apoyan. - Si no la apoyaran no hubieran aceptado que dejaras de tonta a una hermana por otra. – cuando dice eso me hace sentir mal. - Ya cállate – debo resolver esto de una vez, porque mi alma no va a estar tranquila. - ¿A dónde vas? – me pregunta cuando estoy saliendo de la casa. - Hablar con Liah, y si el señor Meser y mi abuelo se molestan pues ni modo; pero me canse de esperar que ellos digan cuando debo hablar con ella y si Liah no me quiere ver lo entiendo, sin embargo, quiero decirle que lo siento. - Ya empiezas hablar como tú, este pueblo no te ha quitado toda la razón después de todo. Voy camino a la casa de los Meser cuando veo a Liah entrar a la tienda de su tía; por lo menos ya salió de su casa, bueno te toca ser un hombre y aguantar lo que te tenga que decir. Entro a la tienda y veo a la hija de Don Juan. - Buenos días, te vuelvo a encontrar. - Buen día señor Koller ¿Qué se le ofrece? - ¿Siempre eres tan seria y distante? – me mira sin comprender mi pregunta – soy un buen amigo de tu padre, lo mínimo es que también seamos amigos ¿no? - Los amigos de mi padre son los de él y los míos son míos, no hay porque mezclarlos, aunque el señor Leandro es muy amable, respetuoso y leal. - ¿Leandro mi hermano? – afirma – no sabía que lo conocías. - Cada vez que vamos a la ciudad, nos quedamos en su casa y cena con nosotros, es muy atento y gracioso. - ¿Mi hermano? Si ese no sabe reírse, no recuerdo cuando fue la última vez que lo vi con una sonrisa. - Será con usted, pero con nosotros es distinto. - Tal vez, el es bastante coqueto con las mujeres. - ¿Qué hombre no lo es? – muy certera esa pregunta, es una niña muy linda - ¿tengo algo en la cara? - ¿Qué? no. ¿Por qué lo preguntas? - Porque me está mirando muy raro. - Lo siento, solo veía lo hermosa que es. - Gracias, ¿Qué necesita señor Koller? - Necesito hablar con Liah, y no me la niegues porque la vi entrar. - No tengo porque negársela, pero la verá si ella lo desea. No se mueva de aquí que lo estoy observando. – levanto mis manos en rendición, esta chica es una loquita. Doy vuelta por la tienda, hay muchas cosas hermosas, eso explica por que Liah siempre se ve muy bien vestida y con estilo, Kira debería usar esta ropa, se ve más cómoda y hermosa. - Demetry – escucho a Liah, al volearla me ve con esos ojos verdes tan trasparentes. - Hola, pensé que no me ibas a recibir. - No debería, pero ya que viniste no me voy a negar. - ¿Podemos hablar en la oficina o en otro lugar? - La oficina esta ocupada y no esta bien salir juntos, este pueblo es experto en malinterpretar las cosas y ya bastante estamos en boca de todos o por lo menos yo. - Lo sé, y lo lamento. No pensé que las personas ya daban por sentado que estábamos comprometidos. - ¿No era así? Recuerdo que me dijiste que no te molestaba que lo dijeran porque era verdad – las palabras pesan. - Tienes razón. – miro alrededor y le pido que se siente en uno de los muebles mientras estamos solos en la tienda. - ¿Qué deseas Demetry? - Ante todo, he de decirte que quería hablar contigo en persona y ser yo el que te dijera lo de Kira. - ¿Y por que no lo hiciste? No respondiste mis mensajes. - Lo sé, pero no me parecía correcto decirte lo que sucedía por mensaje, no es de hombre, aunque ahora todo se maneja por teléfono. Y si te respondía seguía dándole esperanza a esto. - Cuando llegue, tampoco me lo dijiste. - Quise hacerlo, cuando me enteré de que llegaron fui hablar contigo y tu padre; le dije de mis intenciones y lo que cambio en mí, le pedí hablar contigo, pero no me dejo, dijo que el se encargaba de decírtelo, no me pareció que fuera lo debido; en la ciudad nosotros mismo resolvemos las cosas sin que haya intermediarios, sin embargo, tú padre estaba bastante molesto como para echarle más leña al fuego y luego Kira me dijo como has estado. - ¿Y según ella como he estado? - Odiándome, deprimida, encerrada en casa y llorando porque te sientes humillada por lo que hice. – me volteo a verla – escúchame, no quise lastimarte, no fue mi intención que esto sucediera, creía que mis sentimientos por ti eran los correctos, todo lo que te dije era cierto Liah. – respiro profundo – pensaba que podíamos tener un futuro, sin embargo, ahora sé que no era posible. Somos muy diferente y sé que te sentías obligada a casarte conmigo porque eso es lo que decidieron tus padres. - ¿Quién te dijo eso? - Kira, ella fue honesta conmigo y me dijo que el señor Meser te dijo que debías aceptar mis halagos y atenciones, aunque no quisieras, pero es lo que se está acostumbrado en este pueblo. Ahora que llegas y veo tu reacción, lo que me dijo Kira de que no querías verme, ni saber de mi porque te lastimé, que estás enamorada de mí, me desconcierta, nunca vi una muestra de cariño – la miro y esta pensativa – se que te gusto, uno sabe esas cosas, pero estar enamorada me parece algo apresurado. - ¿Crees que mi hermana te ama? – me sorprendió esa pregunta - ¿tú amas a mi hermana? Respóndeme. - Si, creo que estamos enamorados. - ¿No te parece algo apresurado? – no se como responder a esa pregunta, la veo sonreír – los sentimientos son algo curioso, cuando los sientes te alegras y dices cosas como “no lo pude evitar” pero cuando es otra persona que no está en tu campo visual te sorprende y dices cosas como: “no es posible, es apresurado” – cuando lo dice de esa forma. - Liah, no quiero que piense que menosprecio tus sentimientos, considero que eres una mujer extremadamente hermosa, inteligente, tranquila y amable; harías a cualquier hombre feliz. – la observo y no dice nada - simplemente conviví con Kira, hemos compenetrado muy bien y nos enamoramos; ninguno de los dos quiso hacerte daño. - No lo hicieron – ¿Cómo? – eres un hombre guapo, cualquier mujer de aquí se sentiría halagada y feliz que la pretendas, yo no era la excepción; sin embargo, no soy una mujer romántica que cree en cuentos de príncipe azul; y un par de días es ilógico que uno se enamore. Se necesita más que el permiso de un padre para compenetrarse con una persona. Ejemplo: Kira y usted; no necesitaron permiso de mis padres para tratarse y establecer una relación y me alegra que se hayan enamorado – no le puedo creer – lo digo en serio. Mi hermana jura que esta enamorada de usted desde que lo vio y usted no le era indiferente. - ¿Tan evidente fui? No te mentí cuando decía que me gustabas. - Lo sé, pero Kira y yo somos diferentes en todos los sentidos. Usted es un hombre de ciudad que encaja con las características de mi hermana, y yo soy una chica de este pueblo muy diferente a lo que usted seguro está acostumbrado. - No es cierto, creo que si hubiéramos tenido la oportunidad nos entenderíamos muy bien, nos enamoraríamos y seriamos uno para el otro, pero… - Viste a mi hermana, la trataste y te distes cuenta que es a ella quien realmente quieres – afirmo – rompiste a tiempo algo que empezó muy mal. - ¿Empezó mal? - Claro. Debiste haber hablado conmigo de tus intenciones antes de hablar con mi padre, como también debiste decirme lo de Kira antes de que todo el mundo me diera su opinión antes de que aclaráramos la situación. - Yo intente hacerlo, pero… - Sí, ya lo dijiste. Mi papá no te lo permitió y lo que Kira te dijo no te atrevías hablarme ¿Qué te hizo cambiar de opinión para que ahora estés aquí? - Ya no podía aguantar un día más sin hablar contigo y aclarar las cosas, no quiero que pienses mal de mí. - ¿Por qué te importa lo que yo piense de ti? - Porque…- es una buena pregunta ¿Por qué me importa? – vamos a emparentar y no quiero que haya malentendidos, quiero que nos llevemos bien, me gusta hablar contigo. Quiero que sigamos siendo amigos. - Está bien, seremos cuñados y amigos. - Liah, ya que aclaramos la situación y estamos bien – afirma – ¿puedo pedirle a Kira que sea mi esposa? - Ahora si tiene sentido porque viniste a verme - demonios no. - ¡No!, vine porque quería arreglar las cosas contigo, no hice las cosas bien con Kira cuando te fuiste a la ciudad, pero quiero hacerlo ahora; como dos adultos sin nadie de por medio. - Esa decisión es de dos nada tengo que ver yo ahí, no necesitan de mi consentimiento ni aprobación para hacer con sus vidas lo que deseen – sonríe – si crees que es el momento de unir sus vidas, aunque es extremadamente pronto, no importa lo que yo diga. – eso no cuadra con nada a la chica que es. - Si no sientes amor por mí ¿Por qué estabas deprimida y encerrada en casa? - Mm ¿Deprimida y encerrada? – vuelve a sonreír – estaba indignada por tu comportamiento, pero ya me explicaste porque no habías hablado conmigo; y encerrada… bueno. - Liah Meser – escucho al señor Meser entrar furioso a la tienda - ¿Qué te dije de volver a esta tienda y de salir de la casa? – Liah lo ve como si esperara a que terminara de decir todo lo que expresa – estas pasada de desobediente, no me hagas usar la fuerza. - Creí haberte dicho que olvidaras esa tonta idea, deja de la terquedad eso no lleva a nada bueno; mejor regresa a casa, pasea con mi madre que bien que le hace falta, ve a la hacienda o reúnete con tus amigos porque yo tengo mucho trabajo que hacer; es más llévate a Demetry, tengan una buena charla de suegro y yerno y nos vemos en la noche. Adiós. - Liah Meser. - Papá, basta. Hablo en serio, deja de tratarme como una niña y no me quiten más el tiempo que tengo cosas que hacer. – no puedo creer lo que estoy viendo. – Demetry, ya que papá esta aquí, por que no le das una buena noticia haber si se le quita ese mal genio que carga. Prácticamente nos está sacando a empujones de la tienda cuando vemos a su amiga Emma entrar a la tienda. - Hola, padrino. - Tú y yo vamos a hablar jovencita, y con tus padres también. - ¿Yo que hice? – pregunta Emma asustada y viéndome, luego ve a Demetry y cambia su expresión a molesta. - Nada, papá se levanto de mal humor por lo de ayer. - Padrino fue algo inesperado. - Si inesperado, las dos están abusando de su suerte. – ¿de que hablara este trío? – voy a hablar con mi compadre y las dos van estar encerrada hasta que se casen o sean viejas – Emma se sorprende y me mira. - Si bueno, mientras que eso sucede nosotras seguiremos trabajando y ustedes en sus que aceres, que tengan un buen día. – termina de sacarnos de la tienda. - ¿Puedes creer esto? Esta niña se volvió loca, se tomo algo que se le dio por volverse rebelde a estas alturas ¡Ya veras cuando llegues a casa! Estoy anonadado con lo que acaba de suceder, parece que entre en un mundo paralelo por unos minutos. El señor Meser me ve, después la tienda y me pregunta. - ¿Qué hacías tú aquí? - Vine hablar con Liah, era justo y necesario. - Te dije que yo lo haría, que te ocuparas de Kira y dejaras a Liah tranquila a que pasara este trago amargo que le hiciste pasar. - Lo sé, pero ya han pasado varios días desde que llegaron y necesitaba aclarar las cosas con ella. No soy hombre de que se siente a que le arreglen la vida y mucho menos si es mi responsabilidad lo que sucedía; y me alegra haberlo hecho – me mira sorprendido. - ¿Cómo lo tomo mi pichón-águila? – ¿Liah es un pichón de águila?, - Bien, estaba enojada porque no le había dado la cara, pero ya arreglamos la situación y estamos bien, se alegra que Kira y yo estemos juntos. - ¿En serio? – pregunta desconcertado y afirmo – más te vale que no la hayas lastimado ve que ya estoy haciendo un gran trabajo en aceptar lo tuyo con Kira nada más por que tu abuelo tiene razón cuando dice que no se puede esforzar amar a alguien, y es difícil encontrar el amor para dejarlo ir. - Amo a su hija. - A ver muchacho – empezamos a caminar – mis hijas son mi tesoro, una es la luz de mi vida, mi pequeño pichón de águila y la otra es la luz de mis ojos, mi fiera indomable. Mato y doy la vida por ellas, ambas son muy distintas de pies a cabeza. Una es razonable y la otra es malcriada, una es sarcástica y la otra es voluntariosa, una es obediente hasta cierto punto y la otra bueno… no hay mucho que hacer. Pero, las dos son mis hijas, y no quiero que nadie me las lastimes. - Lo sé, es lo que cualquier padre haría. - Lo que hiciste no estuvo bien, me pediste la mano de una y cuando nos fuimos te habías enredado con la otra, no esperaste hablar conmigo, aunque se lo dijiste a Bailey, debiste esperar a que llegáramos, terminar con Liah y no dejarla en ridículo ante el pueblo. - Señor Meser. - Déjame terminar. Esta no es la ciudad que es grande y nadie se mete en la vida de nadie; aquí lo mínimo que hagas se sabe y se riega como pólvora; has dejado mal a mis hijas, no solo dejaste en ridículo a Liah, sino que has hecho que Kira este en boca de todos como la roba novio de su hermana. - Nadie sabia que el compromiso era con Liah. - Los vieron juntos, ya la gente se había hecho una idea y muchas veces agarrados de manos; y aunque para la gente tal vez sea un rumor, nosotros sabíamos que no era así, ahora siempre tendrán el estigma y la duda de que traicionaste a Liah con Kira. Hiciste que este pueblo ahora mire con lastima y pena a mi pequeña águila como también hiciste que vieran a mi fiera como la mala de esta historia. La gente siempre se preguntará ¿es cierto que le robo el novio a la hermana? ¿Qué dejaron Liah por que esta pasada de edad? – eso es absurdo – eso es lo que me llena de indignación. Creaste un conflicto entre mis hijas, los Koller solo traen problemas a nuestras vidas. – no lo había pensado de esa manera. - ¿Por qué dice eso? - La única razón porque acepte que Kira y tu siguieran es porque conozco a mi hija, y si te quiere nadie va a impedirle que este contigo y según tu abuelo tu tampoco eres de dejar ir las cosas; por lo tanto, antes de que hagan una estupidez que arruine nuestras vida, acepto que se amen, que quieran estar juntos; pero de ahora en adelante harás las cosas correctamente. - Eso quiero por eso fui hablar con Liah para dejar todo claro y decirle que si usted me da permiso quiero casarme con Kira – se queda parado en medio de la calle - ¿está bien? - ¿Tu escuchaste lo que dijiste? – afirmo – muchacho una boda es un tema serio, y no es que quiera que juegues con mi hija, pero es muy pronto. Y no te ofendas, pero no confió muy bien en tus decisiones y sentimientos, hasta hace una semana decía que querías a mi hija mayor ahora dices que quieres a la menor, quien me dice a mí que mañana no saldrás que quieres a la hija de otro. - Entiendo su duda, pero estoy seguro de lo que le estoy diciendo. Quiero a su hija, me enamore de Kira y la quiero hacer mi esposa si usted me lo permite. - Ve hablar con tu abuelo y si el esta de acuerdo esta noche los espero en casa para que hables con Kira y según lo que ella diga veremos; no cometeré el mismo error dos veces de dar mi consentimiento sin saber lo que piensan para que luego cometas una estupidez. Ahora como hago para que este hombre confié en mí, pero acepto que fuera a casa y eso es algo. - Hablare con mi abuelo y mi tía, después lo hare con Kira. - Si, ya ve antes de que cambie de opinión. Me voy a la hacienda para hablar con mi familia y organizar todo, no veo el momento de ver que cara de felicidad pone Kira al pedirle que se case conmigo.
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