Me toma de la mano sin decir nada y me lleva a la mitad de la pista de baile, me abraza y me pega a su cuerpo.
- Nada que un buen baile no anime - este hombre es intolerable.
- ¿No se supone que debería pedirme bailar y si acepto, bailamos?
- Eso es lo que dicen, pero no soy muy bueno con las reglas y los protocolos; además si pregunto me arriesgo a tener una respuesta que no me gustaría.
- ¿Usted es de lo que toma y después pide prestado?
- Yo no pido nada prestado, señorita, a mi es quien me piden, yo trabajo para tenerlo todo.
- Eso es soberbio – aunque baila muy bien
- Tengo razones para hacerlo – me mira con esos ojos verdes y profundo, me mueve por la pista como si fuera una hoja y él mi dueño; sin apartar su mirada en ningún momento, me pone nerviosa que me mire así, es como si quisiera entrar en mi mente – se ve muy hermosa esta noche, pero se vería aún más si se soltara el cabello.
- Algo que no va a pasar, llamaría la atención y el dueño del evento odia a las pelirrojas; prefiero salir caminando por mis propios medios que sacada por los de seguridad por una orden del amargado Koller – se ríe.
- ¿Cómo lo llamaste? – me mira sorprendido.
- Nada, olvídalo.
- No se preocupe, el señor Koller no te va a echar por tener el cabello suelto – me quita la peineta y mi cabello cae.
- ¿Estás loco? Dame eso – trato de soltarme y me agarra más duro.
- Así te vez más hermosa, te luce en vez de tenerlo todo recogido.
Este hombre está loco, yo tratando de que amargado Koller no me vea y este irritante hace esto.
- Dame mi cola, no me gusta tenerlo suelto y no es el momento.
- ¿Por qué no? lo tienes bien cuidado, brillante y realza tu color de ojos y piel.
- Gracias, creo. No debió hacer eso, ¿quiere que me corran de aquí?
- ¿Te das cuentas que hay más mujeres con el cabello rojo? – miro alrededor, pero ninguno es como el mío - Hules rico, estas usando el perfume que te regalo tu hermana ¿no es así? – lo observo y no sé si golpearlo o seguir perdida en su mirada – me gusta tu cabello suelto, úsalo así.
- ¿Por qué lo haría? Estoy harta de que me digan que hacer sin pedirme mi opinión – sonríe.
- Te ves linda enojada, arrugas la nariz muy graciosa.
- Ahora se burla de mí.
- No estas acostumbrada a que te hagan cumplidos ¿cierto?
La música se detiene y empieza hablar Leandro Koller, trato de soltarme y este hombre no me suelta, ni deja de mirarme.
- Suélteme.
- No grites, que interrumpes al señor y odia cuando eso pasa.
- ¿Lo conoces? – afirma - ¿Cómo?
- Trabajamos juntos – no lo puedo creer. – es mi mejor amigo.
- ¿Usted y él? ¿Tú eres el de los ojos de chocolate? – me mira sin decir nada y escucho a Leandro…
- Bueno sin más preámbulos, ya degustado el WK junto a nuestros mejores clientes, medio de comunicación y la empresa L&E por hacer de esta noche algo grandioso…
- No puedo creer que lo dijo, menciono la empresa – estoy sorprendida y emocionada.
- ¿Te sorprende? – miro a Elías, demonios hable en voz alta – pareces emocionada, te brillan los ojos. ¿es por mi o por lo que dijo?
- ¿Siempre es así de creído? Suélteme – se ríe, mientras Leandro sigue hablando.
- Con ustedes los dejo con el creador de este nuevo whishy, el señor responsable de esta noche Leandro Koller.
- ¿Qué dijo? Él no es Koller. - ¿Cómo es posible?
- Te vez hermosa cuando te sonrojas – lo miro – me gusta tu collar, es muy lindo – lo tomo mi relicario como reflejo mirando sus ojos, todos empiezan aplaudir esperando que suba Leandro Koller – creo que puedo cambiar mi manera de pensar de las pelirrojas siempre y cuando lo uses suelto.
Lo observo, sonríe mientras me suelta y me guiña un ojo, se da media vuelta y sube al estrado; no es posible, estoy alucinando; Elías es Leandro Koller, no alucinaba cuando entro a mi habitación, era él ¿Cómo diablos es posible? Demonios el sabe quien soy y yo hable de más.
- Buenas noches – lo escucho, pienso esa noche en mi habitación dijo que se llamaba Elías ¿a que juega?
- No era Leandro Koller – escucho a Emma, mientras escucho al amargado hablar – ¿Liah me estas escuchando? Estabas bailando con Leandro Koller.
- Moriré; nos descubrí. Si el piensa un poco atará cabos y sabrá que yo soy con quien, hablado, así como yo pensé que era él. Estamos arruinadas.
- Tranquila, tal vez no se dio cuenta – miro a Emma – es una posibilidad.
- El lo sabe, entro a mi habitación haciéndose pasar por un tal Elías, coqueteo conmigo, y su amigo se hizo pasar por él ante mi padre y de mí ¿Por qué lo haría?
- No lo sé, debe haber una explicación. Espera ¿dijiste que entro en tu habitación? ¿Es el hombre que preguntaba por una tal Carlota?
- Sí, el mismo. No entiendo nada, lo que sí es seguro es que sabe que soy la hija de su socio y lo más seguro es que sepa que soy el hazme reír de su hermano; además de la dueña de la agencia de publicidad - estoy entrando en pánico.
- Cálmate, no puedes estar segura de eso.
- El señor Nelio dijo que ellos se llevaban muy bien y se contaban todo ¿crees que no le contó que me hizo ver como una tonta ante todo el pueblo? – no dice nada – soy el hazme reír de estos idiotas – ahora estoy muy enojada – y lo peor es que nos delate.
- Liah, respira que estás roja como tu cabello; y cuando te enojas no eres agradable.
- Lo menos que quería hoy era tropezarme con un Koller.
- Y vienes a su evento y bailas con el – me mira con sarcasmo – creo que estas especulando, deja ver que te dice.
Salgo de la sala de eventos y Emma va detrás de mí; junto con Carlos cuando nos ve.
- ¿Sucede algo? ¿tuvo un inconveniente con el señor Leandro? – lo miro desconcertado – la vi bailando con él.
- Carlos ¿sabías que él era Leandro Koller y no me dijiste?
- Pensé que usted lo sabía.
- ¡Aaa! Este día no puede ser peor.
- Liah, respira; pensemos con claridad. Leandro Koller puede saber que eres una Meser y lo que hizo Demetry, pero no significa que sepa que eres una de las dueñas de la empresa.
- ¿No? yo pensé que era el cuándo se metió como un delincuente a mi casa y si cambié de opinión es porque dijo que se llamaba Elías.
- Señorita Liah – escucho a Nio – la vi saliendo como molesta ¿Leandro le dijo algo que la hizo molestar? Discúlpelo, las pelirrojas no son muy de su agrado es como su botón de irritación y ya de por sí, es irritante.
- ¿Su jefe sabe quién soy yo?
- Creo que la confundía con la señorita Emma, pero no se si sepa que es usted.
- Si no lo sabe, no lo saque de su error – le dice Emma – yo voy a dar unas indicaciones y nos vamos.
- Yo voy por el coche para irnos – dice Carlos, dejándome a solas con Nio.
- No le haga caso a los comentarios de Leandro, el es buena gente, pero es bastante gruñón, serio y amargado; a veces no se mide cuando dice las cosas.
- Al parecer los hermanos Koller saben jugar muy bien – respiro profundo y Nio me pone su chaleco encima.
- Para el frio – sonríe – no tiene porque estar triste por nadie.
- Gracias, es la tercera persona que me lo dice.
- Le queda muy bien el cabello suelto - ¿Qué? – resalta su belleza - ¿de verdad? Me toco mi cabello y no me lo he recogido; como puedo me hago una cola con un re-movedor que tenia el señor Nio en su saco – no debería recogerlo.
- Esta muy largo y no se ve bonito.
- Yo opino todo lo contrario. Creo que se ve más hermosa de lo que ya es.
- ¿Interrumpo? – miramos a un lado y es Elías o debo decir Koller – Nio. Aaron te está buscando para finiquitar algo con un cliente. – Nio me mira y luego a él.
- ¿Me necesitan ahora mismo? – Koller le responde mirándome
- Ve adentro ahora.
- Prefiero quedarme aquí en buena compañía – me guiña un ojo.
- Nio – lo mira tan frío y con un tono de voz que hasta a mi medio escalofríos – ve adentro, no me hagas repetirlo otra vez.
- El deber llama, recuerde lo que le dije. – afirmo sonríe mientras señor amargado se acerca, siento como me quita el chaleco.
- ¡Nio! – le da su saco – no lo necesita - ¿Quién se cree para decir si lo necesito o no? – me mira de forma molesta.
- Esta bien, cuidado con lo que haces y dices.
Leandro me mira enojado, yo soy quien debe estar molesta no él; apenas lo veo le volteo los ojos.
- ¿Estas huyendo de mi ahora? – levanto una ceja, este hombre además de amargado es vanidoso – no se quedo al final de mi discurso.
- No creo que fuera relevante lo que decía.
- Saliste corriendo, parecías molesta, estás roja como el color de tu cabello.
- El cual no es agradable y usted odia, por lo que sé. Además de eso se debe sentir bien, se burló muy bien de mí.
- ¿Burlarme? ¿en qué momento hice eso?
- Entro a mi casa y dijo que se llamaba Elías; buscaba a una tal Carlota que ni seguro existe; solo son mentiras. Además de eso se reía.
- No mentí. Me llamo Elías – me sigue viendo la cara de idiota – Leandro Elías, puedes preguntarle a mi abuelo.
- Pudo haberlo aclarado cuando se dio cuenta que no sabia que usted era un Koller en vez de burlarse.
- No me burle – se acerca molesto – no me gustan las mentiras señorita Meser; me parecen detestables, aunque de vez en cuando toca decir mentiras blancas; pero igual son mentiras.
- Las mentiras y las burlas parece que son el patrón de los Koller.
- No tanto como la de los Meser – no dijo eso.
- Mejor me voy antes de que la rabia se me suba a la cabeza y le arranque la suya – cuando me voy a ir me toma del brazo – suélteme.
- ¿Por qué siempre tienes estar a la defensiva conmigo? Eras más agradable cuando eras una niña - ¿nos conocíamos de niños? - ¿Por qué me miras así?
- No recuerdo que nos conociéramos de niños; tal vez me miente – sonríe con burla y veo que estira su mano a mi relicario y le doy una palmada – no lo toque.
- Parece que lo aprecias mucho.
- Es un regalo – lo observo y recuerdo lo que me dijo Demetry – aunque ha estas alturas no valga mucho.
- ¿Por qué no vale? Es muy bonito. – pregunta secamente, quien me lo dio resulto ser un poco hombre, sin honor y además ni se acuerda de habérmelo dado y comparte su sangre – debe tener un valor muy significativo para usted.
- Lo tenía, ya no. Espero no volverlo a ver, no me cae bien – cruza sus brazos.
- Eso está un poco difícil cuando te vas a casar con mi hermano - ¿bromea? – seremos familia, creo que no veremos muy seguido.
- No se si sé hace o le gusta jugar conmigo; pero no me agrada ser el juguete ni el hazme reír de nadie; mucho menos de un Koller – veo el coche de Emma y ya esta en el coche con Carlos.
- Con Nio no fue tan apática y grosera, pero conmigo es todo lo contrario ¿te gusta? No creo que a Demetry le guste que su futura esposa acepte halagos de otros hombres.
- Empezando por su hermano ¿cierto? – me aparta la mirada y se ve que le incomoda mi comentario - el señor Nio solo fue amable, nada más.
- Me alegra, a mi hermano no le gusta compartir. – pero tú buscas a su novia, que irónico.
- ¿Encontró a su amada Carlota? ¿Dónde me dijo que la conoció?
- ¿Para que quiere saber si me dijo que no la conoce?
- Curiosidad, se dice que los mentirosos caen por la boca – se acerca a mi que invade mi espacio.
- Le dije que a mi no me gustan las mentiras Liah.
- Y a mi no me gustan que se me acerquen tanto – lo empujo – espero no verlo jamás.
- Carlota era mi prometida – le escucho decir cuando me acerco al carro – nos conocimos en Argentina, descubrí que vivía en esa casa, por eso entre esa noche a su habitación; pensé que me la estaban negando.
Que demonios hizo Kira, no se atrevería a jugar con los hermanos Koller. Tal vez estoy pensando mal y es una de las jóvenes de servicio de la casa o amiga de Yudia y Kira, porque mi hermana es loca pero no tanto.
- Se quedo pensativa ¿recuerda algo?
- No hay nada que recordar, no conozco ninguna Carlota.
- Llevas su perfume.
- No puedo llevar el perfume de alguien que no conozco, mejor deje de mentirme. - se ríe, con gusto le quitaría esa sonrisa tan pecaminosa.
- Adiós cuñadita, nos vemos pronto – se acerca y me quita el re-movedor – te dije que así se te ve mejor.
- Yo decido si lo llevo suelto o recogido no usted, además odia a las pelirrojas.
- Las pelirrojas son un peligro, te embrujan sobre todo si tiene ojos verdes engatusadores.
- Tomo demás, eso es evidente – se ríe.
- Descansa cuñadita – le saco la lengua y le doy la espalda. Mentiroso.
Subo en el coche y vamos directo al pueblo, seguro debe haber una revolución en casa porque es tardísimo y no he llegado.
- ¿Qué te dijo? ¿Sabe quiénes somos?
- Me dijo que a Demetry no le gusta que su futura esposa hable con otros hombres a solas.
- Pues eso esta difícil porque Kira es experta en socializar con hombres.
- No creo que hable de Kira, sigue pensando que yo soy la prometida de su hermano o tal vez solo juega con mi mente.
- Eso lo sabremos pronto, pero sobre la empresa L&E ¿sabe quiénes somos?
- Creo que no o lo disimula bien, pero sus socios si lo saben es cuestión de atar cabos; que tonta fuimos, no debí aceptar este trabajo, nos puse la soga en el cuello.
- Con soga o no, fuimos un éxito y con la promoción que hizo en su discurso, los contratos nos caerán como lluvia.
- No lo halagues, que después se le sube el ego a la cabeza.
- Ya no vamos a tratar más con él, así que no debemos preocuparnos.
- Eso espero.
Después de unas horas de camino ya estaba en la puerta de mi casa.
- ¿No quieres que entre contigo? Mi padrino debe estar furioso.
- No te preocupes, yo lo manejo; descansen mañana; no los merecemos por el gran trabajo de esta noche.
- Avísame cualquier cosa, estaré pendiente.
- Y si necesita que la venga a buscar solo pídemelo que yo vengo, no importa la hora.
- Gracias Carlos, pero no será necesario, descansen.
Entro a la casa y veo a mi madre caminando de un lado para el otro, mi tía sentada comiendo y Kira en su celular como de costumbre; que raro verlas despierta a esta hora.
- ¿Dónde puede estar? Esto no es propio de su conducta – dice mi madre.
- Estas exagerando madre. Liah no es una niña y se sabe cuidar, seguro esta en una fiesta con la loca de Emma.
- Deja de decir estupideces niñas – le reprocha mi tía.
- ¿Cuál es el escándalo? – las interrumpo – deberían estar dormidas.
- Hija – mi madre corre donde estoy me abraza - ¿estas bien? – me empieza a revisar – me tenías con el corazón en la boca ¿Qué es ese comportamiento? – miro a mi tía, y sube sus brazos en forma de no sé.
- Mamá acompañe a Emma hacer unas vueltas que necesitábamos, no le veo nada de malo, además necesitaba distraerme.
- Pero debiste avisar, no decirle a tu tía que te ibas a quedar en casa de Emma y al llamar resulta que no están.
- Y por la vestimenta que traes, el maquillaje; estabas en una fiesta – opina Kira.
- Deja de decir bobadas – le reclama mamá.
- Es cierto – me miran las tres sorprendidas – teníamos una reunión que termino en fiesta ¿Qué tienen de malo?
- Eres una inconsciente – escucho la voz de mi padre – ese no es el comportamiento decente de una mujer de esta casa.
- El comportamiento decente de esta casa cambia de significado según la hija, por lo que veo.
- ¿Qué dijiste? – me pregunta papá muy molesto.
- Creo que escucharon bien, aclaremos algo; no hecho nada malo, estaba con mi mejor amiga la cual ya conocen, tenia a mi sombra detrás de mí la cual me pusiste y no se me aparta ¿no veo cual es el drama?
- Mira lo que dices y el tono que usas – increíble – ese no es tú comportamiento.
- ¿Qué esperaban? ¿Qué me encerrara en mi habitación a llorar por algo que no me interesa, aunque no estuvo bien?
- Si no te importara no tomarías esa actitud – opina Kira.
- Es la misma que tú tomas, excepto que yo no lo oculto porque no tengo porque, estaba con mi amiga en un evento y ustedes están exagerando.
- ¡¿Te parece que exageramos?! Mira la hora que es – si papá sigue gritando lo va a oír hasta el gruñón Koller en la ciudad.
- ¿Podrías dejar de gritar? No estoy sorda; además he llegado más tarde lo que les molesta es que no les pedí permiso, eso te irrita el ego – papá se acerca furioso y mamá se interpone entre los dos.
- Ese tipo de comportamiento no lo tolerare en esta casa.
- ¿Qué comportamiento? No hice nada malo, solo salí con mi amiga.
- Pues ya no la veras más, te lo prohíbo así que como no volverás a la tienda y a salir de esta casa – me rio de lo que dice y más molesto se pone.
- Liah... – me susurra mi mamá.
- ¿Escuchaste a tu esposo? Le afecto el whisky o el vino.
- No seas irrespetuosa – interviene Kira.
- Aunque vivimos en un pueblo con ideas atrasadas, y en una casa donde hay un padre que piensa que la mujer solo sirve para cocinar y bordar, una madre que obedece todo lo que se le dice aun si no está de acuerdo y una hermana con actitud de paloma inocente y disfraz de ángel no significa que el mundo sea así y que yo deba tolerarlo; se me acabo la resistencia; así que olvídate de esa absurda idea padre.
- ¡Liah! No te atrevas a desobedecerme.
- Y tu no te atrevas a tratarme como una niña de seis años.
- ¡No te sabes cuidar sola! Hay demasiados peligros en la calle y tu eres tan... ¡no me desobedezcas si no quieres que te encierre!
- Eso no te ha funcionado nunca papá, ni cuando era niña – me mira sin creer lo que digo - ¿Quién te dijo que no se me cuidar? Si lo dices por la vez que me caí del árbol del balcón de mi habitación, es hora de que lo superes, tenía seis años; ya crecí. Los peligros de la calle están en todos lados, así como Kira es libre para enfrentarse a ellos yo igual.
- No te compares conmigo, este pueblo no es como la ciudad; aquí los peligros son menos, pero los valores y la reputación son lo que cuenta; tu comportamiento va a deshonrar esta familia – me rio con burla.
- Si no la deshonro el hecho que mi hermana se le metió por los ojos a mi prometido y mis padres lo aceptaron, no la va a deshonrar el hecho que haya ido a una reunión con mis amigos.
- ¡¿Cómo te atreves hablarme así?! – me grita mi padre y mi madre se interpone porque parece que me fuera a pegar, pero no creo que se atreva.
- No digo algo que no sea verdad, y como ya es muy tarde para seguir con una discusión tonta, me voy a mi habitación; madre duerme tranquila estoy bien, tía disculpa por hacerte pasar un mal rato, papá olvídate de tus ordenes absurdas porque eso no va a ocurrir y en cuanto a ti – miro a Kira – disfruta mucho el momento. Buenas noches.
- ¡No te atrevas a dejarme con la palabra en la boca jovencita! – me grita papá mientras voy a mi habitación.
- Buenas noches, señor Meser, descanse que lo necesita.
Entro a mi habitación y respiro apoyada a la puerta. Estoy loca, no se cómo pude hablarle de esa manera a mi padre, pero ya dichas las palabras no hay como retroceder.
“¿Aun estás viva?” – leo un mensaje de Emma
“¿Voy a encontrar tu cadáver en la plaza?”
“Por favor respóndeme, me va a dar algo, ¿mi padrino está planeando como matarte?”
“Estoy viva, mi cuerpo esta intacto y no lo sé. Probablemente después de que le dije ciertas verdades”
“¡Gracias a Dios me respondes! ya iba salir a buscarte ¿Qué le dijiste?”
“Que mi comportamiento no deshonra esta casa si Kira no lo hizo al meterse con mi prometido y yo lo aceptaron, además de que no soy una niña para que me estén manejando a su antojo”
“¿Tomaste algo en el evento? ¿De dónde sacaste ese valor?”
“No tengo idea, simplemente me vi expulsando las palabras y no podía detenerme”
“Rayos”
“Mejor descansa, tuvimos un gran día, aunque yo haya pasado un mal día”
“Descansa”
Me voy a bañar y me alisto para dormir, al salir del baño reviso los comentarios y la reseña de las empresas; y veo una nota con una foto “El hombre de hielo e intocable, cae bajo los encantos de una pelirroja”
- ¡Ah, Válgame Dios! ¿Cómo diablos tomaron esa foto? – llamo a Emma.
- Aló, ¿mi padrino te quiso matar?
- No, pero lo hará después de ver el periódico o las r************* .
- Mi padrino no ve r************* ,pero ¿Por qué?
- Mira las reseñas del evento de hoy – le mando el enlace y al minuto escucho su grito - ¿viste?
- Liah, eres tu con Leandro y debo decir que te ves extraordinariamente hermosa y sexy, con ese cabello suelto pareces diosa griega.
- Emma ponle seriedad al asunto; mi papá ahora si me va a matar.
- No lo va a hacer porque no ve redes a menos que sea negocios.
- Esto es negocio, su socio lanzo un nuevo whisky, soy mujer muerta.
- No se te ve la cara, pareces que tienes enterrada la cabeza en su cuello y él se ríe.
- Mañana seré la comidilla del país.
- Al parecer engatusaste al serio, amargado e intocable hombre de hielo, según la prensa.
- ¿Te parece gracioso? Te recuerdo que según el soy la prometida de su hermano, odia las pelirrojas ahora salgo en revistas con él. Esto es un caos. – me llega un mensaje – espera que me acaba de llagar un mensaje.
“Me fallo, no la vi y tampoco a Emma. Me tuve que conformar con lo que decían mis amigos, ese no fue el trato.
- Es él, me esta escribiendo. – le digo.
- ¿Te está reclamando por las fotos?
- No, me reclama porque no nos vio en el evento como L&E.
- Eso es bueno, significa que no sabe que tú eres tú.
- Te dejo, déjame ver que quieres este hombre y hablamos mañana.
- Claro pelirroja misteriosa. – me cuelga, ella nada lo toma en serio.
“Yo fui, trate a su personal e incluso escuche su discurso. Gracias por darnos el crédito”
“Es lo justo, debo admitir que su trabajo es bueno”
“Se lo dije, que iba hacer un evento a la altura”
“No se equivocó, igual me hubiera gustado conocer a la mujer que me creo una ulcera” – ya la conoces mentiroso.
“Estábamos ocupado, cada uno haciendo lo que le correspondía. Me alegra que le haya gustado”
“No estuvo mal, los clientes estaban felices con los detalles del llavero. No me dijo que eso iba ir”
“Fue una acotación, siempre es bueno que se lleven un detalle”
“Mañana a más tardar se le cancelara sus honorarios. Me sorprendió con todo”
“Ese es mi deber”
“¿Ya se le quito la tristeza?”
“Si, ahora estoy enojada; el mundo está lleno de mentirosos”
“Esos es lo que más abundan, debe ponerse un escudo. Yo tengo el mío por eso evito mentir a toda costa, siempre se te devuelve en el rostro” – eso es verdad, pero tú me mentiste.
“¿Su actitud de hombre frio, amargado y gruñón es su escudo? No todas las personas son así, de diez en una se puede confiar”
“Y aun así a veces te sorprenden enterrándote un puñal en la espalda” – quien lo habrá traicionado para que piense así. – “Los mentirosos y traidores existen hasta en la misma familia”
“Eso ya lo comprobé, se supone que son en los que debes confiar y son los peores”
“Es mejor confiar solo en ti mismo, pero con un voto de fe en una persona” – pienso en Emma y mi tía.
“Tal vez en unas cuantas más, pero con la lealtad que me merece”
“Tiene razón. Lo bueno es que tuvo una gran noche, disfrútelo y recuerde que tal vez quien la hizo llorar no podría lograr lo que usted hizo hoy” – lo dudo, Demetry se ve muy bueno en su trabajo.
Miro la foto y se meda por preguntar algo que no debería.
“Para odiar a las pelirrojas se le ve muy cómodo bailando con ella, hasta la prensa lo capturo”
“¿La prensa? ¿a que se refiere?” – rayos no ha visto la noticias, le envió el enlace. No recibo respuesta, creo que no le agrado nada la noticia.
Eso era de esperarse, apago mi celular y me pongo a pensar. Leandro es el prometido de Carlota, una Carlota que nadie conoce, pero sus características son como las de Kira, sale en una foto con él, y ella se puso muy nerviosa cuando se lo mencione, sin embargo, dice que no lo conoce. A eso, le sumas que es un Koller y ahora esta de novia con su hermano. Nada tiene sentido en este enredo.
¿Quién es Carlota? ¿Quién dice la verdad? ¿Qué tiene que ver Kira con él?