Esta casa es muy linda la recordaba diferente, aunque le falta vida.
- Ayer me dijo que había ido a Bélgica, pero no me dijo si le gustó.
- Si, es un país hermoso. ¿Usted viaja mucho?
- Me gusta viajar, conocer y en el trabajo me ha tocado viajar.
- Que emocionante, a mí me encanta las diferentes culturas, las personas, el idioma.
- ¿Habla varios idiomas?
- Español y sueco porque viví mucho tiempo con mi prima en España, además de los que hablamos aquí, pero no más ¿Y usted?
- Habló los mismos que usted además de inglés.
- Ese idioma no me gusta, por eso nunca lo aprendí.
- Hay algo que sigo sin entender, ¿Por qué tú has podido viajar y Liah no, y porque ella tiene una carrera y tú no? ¿No sé interesó por nada? - la pregunta que no puede faltar.
- Resulta que papá nos dio una oportunidad a ambas de estudiar afuera del país, pero Liah no quiso, ella es una chica que no le gusta la aventura ni salir de su confort, es muy estricta con todo, y miedosa. Sin embargo, yo sí acepté estudiar en España, e hice diseño digital, eso me encanta.
- ¿En serio? - afirmó, me gustaba ver a Liah dibujar, hacía cosas hermosas. - eso es interesante, debes manejar muy bien el internet.
- Me gusta, soy una chica cibernética, aunque en este pueblo el internet se considera algo del diablo.
- Me he dado cuenta, ¿Por qué regresó? Normalmente las chicas que ven el mundo no se vuelven, usted lo hizo.
- ¿Por qué volvió usted? - sonríe - Extrañaba a mi familia, mi hogar y aunque he visto muchos países nada como mis raíces. Además, aunque no me crea soy una chica de tradición; algo que no hay fuera de este pueblo.
- Te entiendo, yo soy feliz en la capital, pero me gusta la mentalidad de las chicas de este pueblo.
- Somos únicas, aquí son caballeros, saben cortejar a una chica, no como los de la ciudad que creen que todas las mujeres somos iguales, y solo buscan una cosa. Usted debe saber a lo que me refiero.
- Te entiendo, en el mundo que vivimos es difícil no pensarlo, las chicas de aquí no son como las de allá. Son más liberales, atrevidas y la mayoría conoce bien a los hombres. La mujer ideal para mí está en este pueblo.
- Espero que la encuentre, y lo haga muy feliz. - mira a todos lados.
- Al final su hermana y su tía no vinieron.
- Ellas son así, no lo tome personal, mi tía está trabajando y se le puede disculpar, pero Liah si no saca provecho o es para ella no asiste.
- No se ve que sea una chica de esa forma. - claro que no, si sabe engañar a la gente.
- Mi hermana es muy seria, estricta, respetuosa, pero también es muy caprichosa y malcriada, aunque no lo crea. ¿Piensa viajar pronto?
- Por ahora me pienso quedar en el pueblo, mi abuelo me necesita, más adelante quien sabe. Lo que sí es seguro que regresaré a la ciudad.
- Nos va a privar de su grata presencia.
Terminamos de pasear por el jardín y vemos a mi tía y a la señora Bailey.
- ¿Se divirtieron?
- Si tía, la señorita Kira es una muy buena compañía.
- Gracias, lo mismo digo. ¿Mi papá?
- Esta en el despacho con el señor Nelio y Don Juan, hablando cosa de hombres.
- Los voy a acompañar, las dejo damas. – se retira dejándonos a nosotras tres en el jardín.
- Kira, no hemos podido conversar. Ayer estabas entretenida con la fiesta y hoy entre el almuerzo y el pase, apenas te he escuchado.
- Es cierto tía, ¿Cómo ha estado?
- Bien, en este pueblo no es mucho lo que se pueda hacer; pero cuéntame de tus viajes. ¿Qué hico que una niña de este pueblo conozca la ciudad y otros países y regresara? – esa pregunta se está volviendo fastidiosa.
- Estar con mi familia y ya era hora de regresar.
- Me dijo tu mamá que te quieres casar.
- De querer casarme, aun no; pero conozco la tradición y no me molesta ver candidatos, siempre y cuando sean de mi agrado; nada de obligarme a casarme con un viejo soltero; sin ofender.
- Kira, no hemos obligado a tu hermana que ya esta mayor no lo haremos contigo, esa es una decisión que ustedes pueden tomar sola, en eso no somos tan atrasados. – si tú lo dices.
- Te has vuelto una niña muy linda, seguro dejaste más de un corazón roto por el mundo.
- No sé si deje corazones rotos tía, no socializaba mucho con los caballeros, fuera de este pueblo los hombres son más atrevidos y poco caballeros; hasta el más guapo no sabe tratar a una chica como yo.
- ¿Cómo tú?
- Si, con las costumbres de este pueblo, lo consideran un chiste o algo antiguo; es incómodo; pero no me arrepiento de haber visitado todos esos países.
- ¿Estudiaste algo a parte de viajar? Muchas jóvenes se preparan y se van la mayoría no ha regresado.
- Si, estudio diseño digital.
- ¿En serio? – pregunta mi madre – creo que eso era un estudio pasajero no una profesión, no duraste mucho estudiándolo.
- Fue una carrera técnica duro un año y medio, pero es muy entretenido se puede hacer maravillas por internet.
- Que bien, tal vez puedas ayudar a tu padre con los diseños de la empresa - ¿Qué? Ay no que aburrido.
- No creo que a mi papá le agrade tener a una mujer dirigiendo su marca, ya saben cómo es él, tía.
- Si acepta opinión de tu hermana en los negocios no veo porque no aceptaría una de su hija consentida.
- Las dos son nuestras hijas y las consentimos iguales. – opina mi madre.
- Por supuesto, una fue a la escuela con los demás jóvenes del pueblo mientras que otra estudiaba en casa, una tiene la libertad de viajar y la otra a penas puede salir de la ciudad. Claro que las consiente igual. – otra vez con las comparaciones, que importa si yo viaje y ella no.
- Eso es porque Kira tuvo la oportunidad de viajar y que mi cuñado la aceptara mientras estudiaba y le hacía compañía Yudia.
- ¿Cuáles son tus planes? – la conversación vuelve a mí.
- Por ahora disfrutar de mi casa, salir con mi madre como hace mucho no hacíamos, desde la última vez que fue a la capital y después, voy a considerar hablar con mi papá a ver si me permite ayudarlo en la empresa.
- No está mal la idea, yo te ayudo – me dice mi madre guiñándome el ojo.
Duramos un buen rato conversando sobre los chismes de este pueblo, hasta que papá dijo que debíamos irnos, al fin. Nos despedimos y Demetry quedo en tomar la merienda con mañana en la casa idea de mi madre.
- La pase muy bien – escucho a mi padre mientras íbamos para la casa.
- Te lo he dicho no todo puede ser trabajo, cariño. Compartir con los amigos también es necesario.
- Tienes razón mujer, pero que no se te haga costumbre. – veo a mis amigas en el cafetín
- Mamá, papá ¿puedo ir con mis amigas? – le señalo el café – por favor, para ponernos al día de la fiesta, además no estado mucho tiempo en el pueblo y quiero saber que ha sucedido.
- Pero vienes de la calle hija, no está bien.
- Lois, cariño. Kira, esta llegando de un largo viaje no ha compartido con sus amigas además a si conoce sobre los chicos del pueblo para que vaya viendo un buen prospecto. - no está muy convencido.
- Vamos papá, Liah se la pasa todo el día la calle y no le dices nada.
- Tu hermana esta ayudando a tu tía en la tienda, no chismosiando con las del pueblo. – miro a mi mamá, esto si no lo extrañaba, en la ciudad salía cuantas veces quisiera y nadie me decía nada.
- Lois, Kira no va a llegar tarde, ¿Cómo pretendes que conozca a los chicos si acaba de llegar?
- Está bien – por fin – pero no llegues tarde y no te quedes sola con ningún joven de aquí, después pensaran mal de ti.
- Lo que tu digas, si lo piensas bien ¿quién podría meterse conmigo en este pueblo? Si algo me ha enseñado los viajes es a defenderme papá.
Los beso y me voy con las muchachas, un minuto más encerrada en la casa y me tiraba por la ventana. Definitivamente este pueblo no deja de ser aburrido y a la antigua, extraño la ciudad en mala hora a mi tío se le ocurrió viajar en familia y mandarme de regreso a este pueblucho.
- Hola, chicas ¿Cómo están? - saludo a Erika, Fabiana y Ruth.
- Hola, no se te veía la cara ¿Dónde estabas?
- En la casa de los Koller, nos invitaron almorzar. – pido algo de beber a la joven del local.
- Que suertuda, el nieto Koller apenas ha podido cruzar palabra con nosotras cuando estaba con Liah, y anoche lo acaparaste. – dice Erika con sarcasmo, si supiera que soy experta en tratar con personas como ellas.
- Te voy a decir algo que probablemente nadie te ha dicho y si no has salido de este pueblo menos, a los hombres no se les acapara, ellos llegan solo a buscarte porque lo que odian es a una chica de rogona, detrás de ellos.
- Lo dices muy segura – menciona Ruth.
- Por supuesto. En la ciudad los hombres te persiguen como si fueras un dulce fresco o una buena botella de alcohol, así que debes aprender hacer sociable, graciosa, pero hacerles ver que no eres una mujer fácil y mucho menos necesitada de un caballero.
- ¿Tenias muchos amigos en la ciudad? – interviene Fabiana.
- No tanto, uno o dos como mucho y era porque estudiaban con mi prima o conmigo.
- ¿Estudiaste? pero si en el colegio lo odiabas Soleth era quien hacia tus tareas.
- Para que veas, las cosas cambian. Cuando sales de este pueblo, la manera que ves la vida es muy distinta.
- Soleth a viajado a la capital, aunque siempre va con sus padres. Dice que tanto hombres como mujeres de nuestra edad e incluso mayores, van a lugares a bailar, y beben alcohol como los hombres sin supervisión. Algunos hasta hacen cosas indebidas y nadie les dice nada. – menciona Fabiana.
- Así es, y no solo en la ciudad eso ocurre en todo el mundo. Incluso pueden vivir juntos sin estar casados, si no se llevan bien se separan y listo; no pasa nada. No es como aquí que un hombre no te puede agarrar la mano sin que mañana estes en boca de todos.
- ¿Tu has ido a esos lugares? – pregunta Erika.
- Dos veces, y no me agrado nada; los hombres son muy atrevidos puedes a llegarte decir cosas que sus inocentes oídos les pueden ofender. Te pueden tratar como si fueras una mujer de esas de la caverna donde van los caballeros a saciar sus necesidades más oscuras.
- ¡Por Dios! – se alarma Ruth y trato de no reírme - ¿Cómo pueden vivir así?
- Si sabes darte tú lugar te dejan tranquila otras veces hay hombres que trabajan para cuidarte.
- ¿Y no dejaste algún hombre llorando por ti?
- ¿Por quien me tomas, Erika? He viajado, pero me sé a dar a respetar y nunca falte a las costumbres que nos han enseñado, no permitir que ningún hombre me hablara sin presencia de alguien y mucho menos que se propasara.
- Liah ayer estaba paseando con el señor Koller y ahora tú almuerza con él, ¿quieren ver quien, de las dos, lo atrapa primero? – Erika no ha perdido su lengua venenosa
- Te recuerdo que los Koller y los Meser además de ser buenos amigos, son socios y familia; por lo tanto, es normal que nos frecuentemos; así que cuida rus palabras porque si llegan a oído de mi papá o el señor Nelio te vas a meter en problemas.
Seguimos disfrutando de la tarde mientras les contaba de mis aventuras en los diferentes países, obviamente omitía algunos detalles porque conociéndolas, se escandalizan. Unas horas después llego a casa y mi papá esta con mi madre hablando de sabrá diablos que cosa, pero conociéndolos seguro es de mi o de la perfecta hermana que tengo.
- Hola familia.
- Hola, hija, pensé que llegarías más tarde – mi madre me hace que me siente a su lado.
- ¿Qué más tarde puede llegar? Estar perdiendo el tiempo cotilleando en este pueblo.
- No seas así papá, son chicas encerradas en este pueblo, de buena familia que solo tienen permiso de estar paseando por aquí ¿Qué daño pueden hacer? – les digo y me observa riéndose.
- Buenas tardes casi noche – entra mi tía.
- Vaya cuñada por fin llegas, te quedamos esperando en el almuerzo de los Koller.
- ¿Eso era hoy? – pude notar el sarcasmo en su voz.
- Te lo dije esta mañana cuando saliste.
- Se me olvido con tanto trabajo en la tienda, se me paso; no creo que mi presencia haya hecho falta. Hola, hermano, muñequita de porcelana.
- Hola, tía – ese es el nombre que desde niña me puso porque según ella mis papás me tratan como porcelana, y es verdad, no me molesta eso me ha dado ventaja de conseguir lo que siempre he querido. - ¿Liah no vino contigo?
- ¿La ves? Déjame ver si se me salió del bolsillo – siempre con su humor.
- Miriam no seas pesada -la regaña mi papá - ¿Dónde está Liah?
- Se quedo con Emma y Myla atendiendo unas clientas, este pueblo parece que se desbordo con la llegada del nieto Koller.
- Pero no esta bien que se quede tan tarde en la calle – menciono y mamá me da la razón.
- Liah se conoce muy bien el pueblo y nadie aquí se atrevería hacerle algo; la conocen muy bien. - dice mi tía. – no te tienes que preocupar.
- No quiero que por estar tan tarde en la calle piensen mal de nosotros, ¿Qué dirá la gente?
- No dirán nada, no lo han hecho durante este tiempo ¿por qué lo harán ahora? Mejor dime ¿ya tu madre te comprometió con Demetry?
- ¡Miriam! – la interrumpe mi madre.
- ¿A caso no es verdad? Dijiste que querías buscarle pretendiente y solo Demetry cumple con las expectativas - eso es cierto, es lo único bueno y a mi nivel en este pueblo.
- Ellos elegirán por voluntad propia, no hay que presionar; apenas se conocen y siendo nieto de un buen amigo, compadre y socio no hay que forzar las cosas – opina mi papá.
- Buenas noches – por fin llega la malcriada de la casa.
- Hija estábamos preguntando por ti. – dice mi madre y Liah saluda a mi padre. – estábamos preocupados.
- ¿Por qué? Ni que fuera la primera vez que llego a esta hora.
- Al parecer a tu hermana le dio un ataque de preocupación por el qué dirán de la familia si te ven en la calle a esta hora – le menciona mi tia de manera sarcástica.
- Gracias por la preocupación Kira, pero no te preocupes, todos saben que Emma y yo salimos tarde de la tienda, y siempre hay alguien que nos cuida.
- No fuiste a la reunión a casa de los Koller, Liah – le reclama papá y parece sorprendida ve a mi tia.
- Lo siento, no lo recordé ¿Por qué no me llamaron? – rayos.
- Kira te llamo para recordarte – menciona mi madre y Liah me ve.
- Te llame, pero tu celular salía fuera de señal, en este pueblo no me extraña.
- Que raro, nunca me he quedado sin señal ¿Cómo la pasaron?
- Muy bien, Demetry yo paseamos por el jardín, es un hombre interesante, inteligente y se ve que ha viajado mucho – le digo.
- Mañana viene a merendar, procura estar en casa – dice mi madre.
- Otra reunión, mamá debes preguntar antes, tenemos cosas que hacer – yo no tengo nada que hacer, pero esta vez la apoyo, quería salir a pasear por el pueblo, no encerrada en estas paredes tomando té.
- Tú tia puede encargarse de la tienda mañana con Emma y Myla, además debes pasar tiempo con Kira, acaba de llegar. – menciona mi papá.
- Podemos pasear por el pueblo, Liah. Así me vas poniendo al día de los detalles – algo es algo, con tal de no estar encerrada aquí.
- Por supuesto, pero creí que preferirías pasear con tus amigas que estar conmigo.
- Eres mi hermana, tu eres mejor que cualquiera. – aunque me aburriría el doble.
- Mejor pasemos a la mesa.
Una vez dichas las palabas de mi madre pasamos al comedor mientras los ponía al día de lo que me dijeron mis amigas del pueblo, algunas las confirme otras mi madre quedo en averiguar, Liah se mantenía callada como si su mente estuviera muy lejos de aquí ¿en que estará?
- Tu madre me dijo que querías ayudarme en la empresa – menciona mi papá y me sorprende que ya mamá le haya contado, aun lo pensaba.
- Si, pero sé que no te gusta que estemos entrometidas en tus negocios. – por favor di que no.
- ¿Qué harías en la empresa? – pregunto Liah.
- Resulta que tu hermana termino el curso de diseño digital. – Liah y mi tía se quedan sorprendidas.
- ¿En serio, lo terminaste? ¿Cuándo lo empezaste? – me pregunta.
- Cuando me fui a España todo se manejaba de forma digital asi que me gusto la idea y lo estudie.
- ¿Los cinco años?
- No, hice un técnico de un año y medio, pero es entretenido papá creo que eso te puede ayudar mucho en la empresa.
- Así es, ayuda mucho. No me gusta el internet, pero tu hermana con Liam me hizo entender hace ya unos años que la tecnología es necesaria en el negocio, hemos crecido el doble. – quien diría que mi hermana conoce la tecnología.
- Te puedo ayudar a las nuevas actualizaciones, vengo muchos países y se lo que le puede gustar para poder expandirnos. - le digo.
- Además, puede ayudarte con los nuevos logos o publicidad de la empresa – menciona mamá y Liah casi se ahoga con el agua - hija ¿estas bien?
- Si. Lo siento, es que casi me ahogo con el agua – Liah me mira, esta que se trae.
- Bueno, lo voy a pensar porque ya hay una agencia contratada para eso y son muy buenas se llaman L&E.
- Son muy buenos – menciono – he visto su trabajo en varias partes, no solo con nuestra marca sino también con los Koller, grandes empresarios los buscan, aunque dicen que son muy difícil llegar a conocer a sus dueños.
- O dueñas – nos dice Liah – digo, que afuera de este pueblo es normal ver a una mujer dueña de grandes empresas
- Eso es verdad hermanita, pero conociendo a mi papá y a los Koller no creo que contraten mujeres son machistas natos, sin ofender papá.
- No ofendes, pero es cierto que las mujeres ahora se han superado mucho, algo que no veo mal siempre y cuando en esta familia se mantenga las costumbres.
- Lois debes cambiar esa manera de pensar, tus hijas son estudiosas y si quieren superarse debes dejarla, Liah estudio administración de empresa para algún día manejar los negocios familiares y ahora Kira nos sorprende con que es diseñadora digital, ambas de seguro quieren ejercer su profesión a lo grande como las demás mujeres fuera de este pueblo – apoya mi tía.
- A mi no me molesta seguir las costumbres del pueblo, todo para ver feliz a mmi papá. - eso es verdad no me molesta no trabajar, quedarme en casa y disfrutar de la vida al lado de un hombre rico e importante, que me lleve a conocer muchos países más.
Terminamos de cenar y subo a mi habitación, que día tan agitado. Recuerdo el paseo con Demetry, ahora que lo pienso bien, es un hombre guapo, con unos ojos hermosos, facciones delicadas, una sonrisa encantadora, es gracioso, le encanta viajar; es rico; sería un buen partido. Aunque le falta ese fuego y esa pasión dominante de cierto hombre.
- ¿Qué será de él? Estará en la cárcel, como dijeron a Yudia. – pensándolo bien, fue lo mejor, así me ahorro la pena de inventarle algo para no casarnos.
Me voy a cambiar y veo la botella de perfume que me regalo hecha por él mismo, es muy dulce solo a él se le ocurriría que una mujer como yo podría usar algo tan barato. Escucho la puerta e invito a pasar a quien sea.
- Liah ¿Qué deseas?
- Mamá me pidió que te trajera esto, llegaron en la tarde y se le olvido dártelos – es unos papeles.
- Gracias, ahora los leo. Seguro es algo que le pedí a nuestra prima. ¿algo más?
- Quería preguntarte algo – la observo mientras camina de u lado al otro en mi habitación.
- Pregunta en vez de dar vueltas Liah
- ¿Por qué estudiaste diseño digital? Nunca te gusto estudiar y la ultima vez que nos vimos, te dije que estudiaras algo que aprovecharas la suerte que te habían dado mis padres de conocer el mundo y recuerdo que me dijiste que los estudios se hicieron para mi no para ti. Que eso no te ayudaría para nada y eso fue el año pasado.
- Cambie de opinión.
- Últimamente cambiaste de opinión con todo – ella y su curiosidad, siempre desconfiando de todo.
- Lo pensé mejor, algo tenia que hacer y me gusta las r************* , el internet te abre muchas puertas y es entretenido; algo que tu no entiendes encerrada en este pueblo es de esperarse; pero me gusta además de que me gusta dibujar.
- Ni siquiera dibujabas las tareas del colegio, me pedias que yo lo hiciera.
- Es diferente, en internet ya todo este hecho solo debes jugar con la imaginación, los coleres y listo.
- Vez todo muy fácil, espero que si papá te da la oportunidad lo aproveches, la empresa es importante Kira es nuestro futuro; si algo sale mal pones en riesgo todas nuestras comodidades y los viajes que tanto te gustan.
- Eso no va a pasar porque papá maneja muy bien los negocios y en todo caso eres tu la que va a asumirla así que es tu responsabilidad. – ni loca asumo yo las empresas, no nací para eso.
- ¿Qué es esto? – veo que tiene en la mano el perfume que medio Elías.
- Es un perfume, mejor dicho, un intento de perfume.
- No es de lo que estas acostumbrada a utilizar, no es de marca.
- Fue un regalo de uno de mis viajes a Argentina, un joven estaba regalando esencias en la calle para hacerse conocer y nos dio a Yudia y a mi uno.
- Mmm, me alegra que haya personas que quieran surgir, pero está completo ¿no lo piensas usar?
- ¿Estas loca? Eso debe oler horrible – solo imaginarlo ni lo he abierto, aunque me traiga lindos recuerdos – lo hizo un mesonero, sabrá que materiales habrá usado, eso jamás tocara mi piel.
- ¿Por qué eres así? No seas tan prejuiciosa, la gente humilde es la razón de porque existen los ricos como nosotros.
- Te escuhas Liah, como se te ocurre compararnos con esa gente.
- Kira, que tengamos la suerte de nacer en una buena familia y con comodidades no significa que no debas apreciar y agradecer a las personas que hicieron y hacen posible que tú disfrutes la vida que tienes – ella y sus ideas de igualdad.
- Papá es el que trabaja y esas personas se les paga para que hagan justo eso.
- Papá trabaja porque es el dueño de una gran empresa, pero esa gran empresa se mantiene gracias a la gente humilde que trabaja con él.
- Como sea, no dejan de ser gente sin clase, sin educación y sin un apellido prestigiado, yo jamás me mezclaría con ellos, se el lugar que tengo y donde quiero estar.
- Es pero que no te arrepientas de lo que dices; piensa en lo que te dije de la empresa y guarda este perfume, quizás un día se muy famoso y te lleves la dicha de ser la primera que lo uso. – me rio, no me imagino a Elías haciendo perfumes a mucho llega a cajero de un restaurante, por muy educado que pareciera. - no te rías la vida da vueltas.
- Si tanto te gusta, te lo regalo yo jamás lo voy a usar, seguro te irrita la piel o hueles peor que un perro mojado de la calle. Llévatelo.
- Las cosas que se regalan no se desprecian.
- Si no lo quieres bótalo a la basura. – se lo quito de las manos y lo boto por la ventana.
- ¿Había necesidad de hacer eso? – si, ya debo sacar a Elías de mi cabeza y de mi corazón.
- Tal vez alguien lo consiga y le saque provecho. – me dobla los ojos y sale de mi habitación.
Si fastidia, puede que sea un lindo regalo y muy tierno de Elias en hacerlo para mí, pero ni muerta me pongo eso; si hubiera sido un hombre rico y de buena familia no hubiera dudado ni un minuto en casarme con él y olvidarme de este pueblo, de mi familia y de todos.