Capítulo 14 Los celos nunca son una buena compañía

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Estaba en sus brazos  y me tenía presionada a su pecho con fuerza, podía aspirar su aroma entre sudor y aroma a madera, era intoxicante lo mire y él me respondió con una sonrisa, seguida por la pregunta más estúpida que pudo haberme hecho. “Tú y ese tal Kenzo, ¿tuvieron alguna relación en el paso?”. “Porque lo preguntas, eso que importancia tiene, si es en el pasado” le dije tratando de que viera , que eso había quedado en el pasado y que no era importante para mí. “Solo quiero saber, me imagino que fue algo importante por la manera en la que no quiso dejarte ir y estoy seguro, de que de no ser por la forma en la que lo rete, él hubiera empezado una pelea que  le hubiera costado algunas costillas rotas” dijo con una voz bastante sarcástica. Lo último que necesitaba en este momento es q

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