Riley Cuando me levanto de la mesa, mariposas vuelan en mi pecho, realizando piruetas mientras miro a William. La comisura de sus labios se curva en una media sonrisa, y esos ojos azules están en los míos mientras lo observo. Lo hermoso es, la imagen del pecado y el deseo. El cabello n***o cae sobre sus ojos, y sus gruesas pestañas los enmarcan a la perfección, pero no puedo ceder a esos aleteos en mi pecho. El amor verdadero y eterno no existe en este mundo. Cuando confías en alguien y le das tu corazón, le das la capacidad de destrozarte. Mi corazón no quiere desmoronarse, ya está al borde por el trato de mi madre y de Linda. No habría vuelta atrás si me abriera a William y dejara que esto fuera más allá del sexo. No soy lo suficientemente fuerte. Sus ojos me desarmar. Soy un