Capítulo 9

504 Words
Adam Al día siguiente fui a la escuela y estaba pensando en las cosas de las que necesitaba hablar con Keira. Ella estaría en mi casa durante dos semanas. Necesitaba hablar con ella, cuanto antes mejor. —Hey, Adam, ¿qué tal? —me dijo Colt cuando me vio entrando a la escuela. —No muy bien, ¿has visto a Kevin o a Keira? —le pregunté. —No, creo que todavía no han llegado. ¿Por qué quieres saber? —Colt me preguntó. Dios mío, este chico estaba empezando a ponerme nervioso. Si dependiera de mí, ni siquiera lo tendría en el equipo de fútbol, pero su papá era un gran patrocinador de la escuela, así que teníamos que aguantarlo. —Mira, no tengo mucho tiempo esta mañana, hazme un favor: si ves a Keira, dile que necesito hablar con ella después de la primera clase. Es importante, ¿vale? —le dije. —Claro, amigo, se lo diré —Colt me respondió con una sonrisita. ¿Qué estaría planeando? Sabía que Kevin y yo molestábamos y hacíamos bromas a Keira, pero Colt era un poco más malicioso en sus bromas y burlas. Después de la primera clase, tendría que encontrarla rápidamente para hablar con ella. No confiaba en él. Keira Sonó la campana, mientras el profesor les decía a todos que la primera clase había terminado y era hora de la segunda clase. Mientras salía del aula y caminaba hacia mi siguiente clase, lo vi. Ahí estaba Adam, parado junto al salón de clases. —Tenemos que hablar —dijo Adam mientras sujetaba mi codo y me llevaba a un salón vacío cercano. —¿Qué estás haciendo? ¿De qué podríamos posiblemente necesitar hablar? —Bufé. —Mira, sé que esta noche te quedarás a dormir —comenzó a decir Adam. —Es más que quedarme a dormir, Adam —respondí con enfado. —Si me dejas terminar, sé que es más que quedarte a dormir. Sé que estaré cuidando de ti durante dos semanas —dijo. —¿Cuidando de mí? —le pregunté. —¿Cómo lo llamarías? De todos modos, solo para que sepas y quede claro, no quiero que nadie te vea cerca de mí en las próximas dos semanas. No necesito que arruines mi estatus aquí porque tu madre no tenía otro lugar donde dejarte durante su viaje de negocios —me dijo sin rodeos. Las lágrimas empezaron a acumularse en mi interior. Hacía lo posible por contenerlas. —No te preocupes, solo quiero que estas semanas pasen rápido. Lo último que quiero es ser vista contigo —le dije. —Bueno, estamos de acuerdo entonces. Ah y, por cierto, ya que estarás en mi casa, supongo que no tienes excusa para no ayudarme con mi trabajo ahora. —Sonrió y se dio la vuelta para marcharse por la puerta. Me quedé parada, mirando al suelo. Creo que me usó para que le terminara su trabajo. Respiré profundamente para calmarme y caminé hacia mi clase.
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