Me bajé del taxi y toqué el timbre unas cuantas veces para que me abriera la puerta, el tocar tantas veces el timbre fue solo para molestar, y conociéndole sé que ahora mismo tiene que estar echando humo. Oigo unos pasos provenir de dentro, estaba a unos cuantos de la puerta, por fin abrió la puerta, su cara fue un poema al verme ahí. —Parece que hayas visto un fantasma¿Tan mal estoy? —me reí. —Es que no te esperaba a estar horas y menos aquí¿Qué haces aquí? —No quería estar en la casa, quería pasar tiempo contigo, si no quieres puedo irme—dije rascándome la nuca, este alargó el brazo y me adentro en la casa, yo me subí encima de él, enrollé mis piernas en su cintura, este me agarró del culo y me llevo al sofá para sentarse, yo seguía encima de él.Me acerqué más y más a él hasta posar