"Porque no puedo comprarla?" Pregunta cada vez más irritado Edward frente a la responsable de la galería de arte. "Creo que estoy pagando un precio más elevado por esa pintura, así que quiero comprarla." La cara de Edward revela una evidente furia. Toda su actitud evidencia una clara tensión asesina. La responsable de la galería de arte le explica, de la forma más atenta y paciente, por décima ocasión, que es una instrucción específica de la artista y que ella, no podía hacer más. Sintiéndose insultado, Edward sale hecho una furia de ese lugar al no haber podido llevar a su nueva casa esa pintura en específico... O ninguna otra. Cuando Edward había entrado a la nueva galería de arte, para decorar él mismo las paredes de su casa, se había sentido terriblemente atraído por esa pintu