Cuando las puertas se cierran detrás de Lorelay, Edward le indica a Ram, que tome asiento en una de las sillas. Después vuelve los ojos a la hermosa y estilizada chica que camina delante de él. Ella tiene algo que lo vuelve loco y a la vez le da paz. Demasiado contradictorio para una mujer que apenas conoce y que hasta el momento ha hecho todo lo posible por hacerlo enojar y pasar por encima de su autoridad. Sandra toca la puerta antes de entrar en la oficina con una botella de vino tinto y unas copas en la mano. Depositando todo sobre la mesa de centro de la enorme oficina de Edward, la secretaria se retira en silencio dandole ojitos coquetos a Ram quien se mantiene serio. Lorelay se acerca al escritorio para ver los papeles de la empresa de diseño, en los cuales el nombre de Carl