Lorelay sale de la oficina de Edward caminando de forma altiva llevando sus enormes lentes oscuros puestos. Ella pulsa el boton del ascensor privado y baja hasta el estacionamiento subterraneo. Lorelay se recarga en el ascensor del lado que está fuera de la visión de la cámara de vigilancia antes de dejar escapar un suspiro profundo. Ella oculta su rostro pues una traicionera lágrima recorre su mejilla. Edward la ama solo a ella. No ha estado con nadie en esos años. Edward aceptaría que Emily regresara aunque estuviera casada, con hijos o que sufriera el típico caso de amnesia... Levantando su cabeza, Lorelay tosió para retomar su compostura perfecta justo cuando las puertas del ascensor se abrieron y el frío del estacionamiento la envolvió. De camino al auto, Lorelay observa que