CAPITULO 19 AMELIA Terminada la faena ,pretendo levantarme de mi estadía; desnuda encima del cuerpo del ministro, pero para mi sorpresa me hala de la mano, tirándome a su lado, dejándome acostada en su regazo. Me siento incomoda. El sofá cama es cómodo, lo incomodo es estar en su regazo, con su mirada puesta en mi detallándome, mientras pasa la palma de su mano por mi mejilla acariciándola. -quien diría..., que das una caricia luego de coger, señor dureza! -le digo, poniéndome de lado a un en su regazo para verlo mejor, atrapando con mi mano, la mano suya que acaricia mi mejilla. -quien diría que te encanto!!-responde, guiñándome un ojo, dibujando en su boca una risa maliciosa. Ha escuchado mi susurro, mientras me corría