La misma noche Texas, Dallas Adamis Cuando sostienes un bisturí es como tener el poder en tus manos, porque cortas el tejillo humano aumentando la adrenalina, sigues alucinando cuando puedes entrar en el cuerpo tanto que perdiste la noción del tiempo en el quirófano, te crees capaz de manejar cualquier circunstancia, pero olvidas que afuera es muy diferente, allí eres simplemente tú, tanto que las horas pueden ir despacio o acelerarse sin pedirte permiso, mucho más en una situación que contemplabas muy lejana, como yo, que quise engañarme repitiéndome, “Derek todavía está recuperándose, no sucederá nada más entre nosotros”. Sí, me estaba engañando pensando que cuando llegará ese momento estaría lista para ser su mujer, pero que equivocada estaba, porque vivo, siento, respiro, sufro, por