Capítulo Dos - Tortura
760 Words
Capítulo Dos - Tortura.
Marzo 21 del 2021 Sicilia Italia.
Adrik Lombardi.
Más de un año. Más de un año soñando lo mismo. Más de un año extrañando su presencia. Más de un año sin poder dormir bien. Más de un año sin su sonrisa aunque no siempre la viera. Más de un año sin poder contemplar su rostro. Más de un año sin el calor de su piel. Más de un año extrañando a la mujer que me enseñó a sentir, con la que entendí que todo ser humano por más despreciable que sea merece ser amado. Más de un año extrañando a mi esposa.
Más de un año extrañándote, Caeli...
Pero no tiene sentido que me lamente por algo que ya pasó y que desgraciadamente no pude evitar. Pero, ¿qué podía hacer yo? Por primera vez en la vida me sentí indefenso y sentía que me habían arrebatado algo demasiado valioso. Solo, con un disparo dejándome al borde del desmayo y de morir desangrado, era poco lo que podría hacer, en realidad solo había una cosa que podía hacer: Luchar por no morir, esperar que la ayuda llegase.
Y así fue exactamente como todo pasó aquel día.
Después de eso, mi reputación como el Boss más fuerte y despiadado se puso en duda. Aun siendo el más joven de todos, a mi corta edad desarrolle una reputación intachable y por culpa del hijo de puta de Ivanov los miembros de la Organización me creen débil e inexperto. Pero no soy ninguna de las dos. Incluso el mismísimo Capo di tutti Capi está enterado de cosas que solo yo sé. ¿Entonces realmente podría decir que soy débil? No, solo están tratando de sacarme de la jugada, para que sea un blanco fácil para aquellos que desean mi cabeza o de alguno de los miembros de mi familia, Akim por ejemplo.
Ahora ni todo el poder del mundo me sirve. Aunque sea uno de los hombres más poderosos de toda Italia no importa porque no me ayuda en nada a encontrar a mi esposa. Ese es mi más fuerte deseo, desde que la llevó Yakov hasta hoy, no pierdo las fuerzas y las esperanzas de tenerla conmigo nuevamente.
Cada uno de los hombres que irrumpieron en mi mansión el día del secuestro de Caeli fueron asesinados. Pero primero me divertí torturándolos, los dos meses que pasé en recuperación fueron condenados por atreverse a atacar a mi familia, obviamente Cain fue el encargado de eso y aunque odia asesinar fue participe igual que Marcello... Dos meses después de incidente en el que perdí a Caeli por fin pudieron descansar en paz en el infierno como las almas en desgracia que eran.
Los últimos en morir solo nos dijeron tres cosas:
Primera, aseguraron que Yakov sacaría a Caeli del país, lo cual era lógico.
Segundo, dijeron que Yakov había cometido delitos que si encontrábamos podíamos utilizar en su contra.
Tercero, confesaron que quiere a Caeli más que todo por dinero.
No obstante, Caeli no contaba con mucho dinero, ni siquiera porque fuera mi esposa. Sí, su padre era una hombre de dinero, pero no tanto como el mío. Aun así, no dejaban de repetir que Yakov solo por dinero, amor no es lo que le interesa.
Esto me lleva a pensar que hay algo que no sé de mi esposa. Algo que debe tener que ver con su origen o como la ladrona de su difunta madre. Ya que su padre está muerto... Algo que Ivanov debe saber y ambiciona.
A pesar de llevo más de un año intentado averiguar que es eso, no logramos hacerlo y eso se ha vuelto una verdadera tortura para mí. Cain siempre esta al pendiente de mi salud mental, al igual que una de mis hermanas. De verdad se los agradezco sin ellos tal vez ya me hubiera vuelto loco.
Escucho la puerta de mi centro privado de investigación abrirse, no tengo que voltearme para saber que se trata de Caín. Solo él tiene una llave extra de este lugar.
-Buen día... -saluda -, ¿cómo estás?
-No tiene nada de bueno, igual que siempre Caín. Pero gracias por preguntar -él asiente.
-No es problema, Adrik -se sienta frente a mí -. ¿Algo nuevo? Vienes todos los días aquí, no importa lo que tengas que hacer, nunca faltas -me conoce muy bien. Debería matarlo, sabe demasiado de mí, sin embargo sé que es incapaz de traicionarme. Somos familia.
-Tengo que hacerlo, Caín.
-Lo comprendo, pero no necesitas matarte para encontrar algo, Adrik.
-...
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