-Empezamos andar entre la selva, comienza amanecer y los pájaros empiezan a cantar, todo está tan sereno como si no ha pasado una terrible noche, se va el frío de la mañana, entra el calor del mediodía y él estómago ya me ruge, solo caminábamos nosotros dos, porqué los otros no los he visto desde la madrugada, pasamos un paso de río aprovechamos de tomar agua y de refrescarnos un poco, él solo me decía dónde pisar, que aprovechara de tomar agua y qué si tenía hambre, le decía que no a pesar de que rugía el estómago, comienza a despertarse las heridas, mi camisa se está manchando de sangre unas de las heridas se le fueron los puntos, él aún no se ha dado cuenta, también estoy manchada de varios que cayeron muertos a un lado y me salpicaban de su sangre, horas y horas vuelve a caer la noche
