-Hubo una persona que me invito a una cena y fue comidas exóticas. - Recuerdo a quién me parece esos ojos. - ¿Y te la comiste? - Es curioso. -No. - Como puede ser tan parecidos su voz, sus ojos, no Melanie no puede ser él, debe de estar en su mansión en Nueva York con otra chica, cayendo en sus redes de buen amante. - ¿Todo bien? -Sí, ¿Por qué? -Tus mejillas se sonrojaron. -Es que me acorde de una persona. - Le digo apenada. - ¿Tú novio? - Su tono de voz es áspero. -Quisiera que fuera mi novio. -Ha cierto, ya no es tú novio es tú prometido. -Con ese hombre no quiero ni las gracias. - Melanie creó que se me está yendo el yoyó, como dice mi primis cuándo estoy hablando más de la cuenta. - ¿No era tú fiesta de compromiso, en dónde te sacamos? - Dice intrigado, vuelve a