-Vamos despierta. -Después hace siete días aquí encerrada sin hablar, reír, ni comer, hoy me he quedado dormida por fin de tantos días de insomnio, abro mis ojos y es Maicao, viene con un plato en sus manos me está observando de arriba abajo con una mirada de sádico de esos que me tiene ganas, no me puede tocar, me siento con algo de dificultad no tengo muchas fuerzas ni para respirar, me entrega el plato que es con un líquido espeso blanco frío. -Espero que hoy si comas, porqué si no morirás y no es que me importe, no quiero que lo hagas antes de poner mis manos, en ese hermoso cuerpo. - Dice tan asqueroso pasando sus manos por mi cuello, me alejo un poco para quitar sus manos encima de mí. -Vamos muchacha tienes que comer algo. - Me dice unas de las señoras, al ver que vuelvo a dejar m