-Sí me tomo otra, no respondo de los efectos que me pueda hacer. - Le digo entre risas. -Me encantaría conocer esos efectos. -Estás loco, ni yo sé cuáles son, porqué nunca los recuerdo. - Él se ríe. -Creo, que ya te está haciendo. - Se burla. -Dios aún no lo puedo creer, que te hayas comido esa cosa. - Hago una mueca. -Deberías de probarlo, no es tan malo. -Nooooo, me gustas mucho y haría muchas cosas que me pidas, pero de que me vaya a comer esa cosa, nooooo, nooo, noo. - Le doy mi copa que ya está vacía y vuelve a llenarla. - ¿Qué tanto harías por mí, Melanie? - Está serio. -Más de lo que te imaginas. - Me tapó la boca, por qué no debí decir eso. -No deberías. - Su voz se escuchó algo rudo. - ¿Por qué no? - Tomo mi vino de un sorbo, esto se está poniendo más fuerte.