El hombre pellizcó las mejillas de la mujer, y la mirò con ojos severos, solo en ese instante, Lydia supo que ese hombre era peligroso. —¡No puedes decir nada sobre esto! ¡Nadie puede saber que la tal Luna es la mujer con la que Elio pasó la noche y por ende, la niña esa es hija de sangre de Elio! ¿Entendiste? Lydia asintió. —¿Vas a ayudarme a recuperar a Elio Francelli? El hombre sonrió. —Si tú me ayudas a hacer la vida de Elio, un infierno, entonces, te daré mucho dinero. Lydia sonrió. —Lo que màs quiero es que Luna esté destruida. El viejo sonrió, y besó a Lydia, ella sintió asco. *** En la boda. Elio apartó a Aly, y secó sus lágrimas. —No pasa nada, cariño. —¿No me voy a ir papito? —No, mi amor, mamá estaba bromeando, no te angusties, mami y yo iremos de Luna de miel. —