No es la primera vez que me quedó observándolo con detenimiento, lo había hecho desde que lo conocí. Como si fuese mi hobby favorito, me había dedicado a mirarlo con detenimiento día tras día esperando que en algún momento me viera rogando, que en algún momento sus ojos dieron con los míos para encontrar aquello que quizás podía llegar a sentir por mí, había deseado durante tanto tiempo que me besara que ahora que lo hacía, me negaba a dejarlo pasar. A que llegara a más. — En realidad, todo. Eso podía abarcar tantas cosas. — No sé, la verdad es que temo hacer las cosas mal, me preocupa que me pongan y no rendir como ellos quieran, no poder hacerlo bien y al final terminar de desilusionando a un montón de personas. Vaya eso si que era complejo. — Se suponía que mis padres iban