Entraron en la casa en silencio, tomados de la mano. Isaias bostezó fuerte y gimió.
"Querida, vamos a la cama. Estoy agotado."
"Me parece bien." Caminó con él hacia arriba por las escaleras hasta su habitación y luego se lanzó sobre el colchón y estiró los brazos hacia afuera. Él lanzó su bolsa de noche al suelo al pie de la cama, y ella escuchó su teléfono zumbando desde dentro. "¿Quién demonios me está mandando mensajes ahora?"
"No estoy seguro, pero sea quien sea puede esperar hasta la mañana." Al ver su ceño fruncido, él rió y sacó el teléfono, "o te molestará toda la noche no saberlo." Miró la pantalla. "Sandy quiere saber dónde estás porque Merlin no está en casa."
"Tómate una selfie y mándasela."
Lo estaba diciéndolo entre dientes mientras hacía lo que ella dijo. Le
