Capítulo III

2331 Words
Agustín por fin sale del cuarto y escucho pasos de otra persona, debe ser la chica que estaba con él, todos hablan muy bajito por ende no puedo descifrar que es lo que están diciendo, la señora Isabel esta afuera de casa, mi tía Kelly le pidió que saliera a tomar un café mientras 'solventaba un problema familiar', extrañamente me siento desprotegida y supongo que mamá se siente igual, decido salir de mi cuarto para cuidar de ella mientras no está la señora Isabel. Salgo de mi cuarto y me dirijo hacia el pasillo que da al que solía ser nuestro cuarto de juegos y ahora es el lugar donde vive mamá con la maquinita que le permite vivir su vida sin vida, como le llamo yo, voy pensando en eso cuando me detiene un tacón que acaba de pasar a escasos centímetros de mis ojos, lanzado con fuerza, me volteo con toda la impaciencia del mundo y me encuentro con los ojos rojos y llorosos de mi tía Kelly... —¡Estúpida niña no te pedí que te quedaras en tu cuarto, siempre quieres husmear y chismosear la vida de los demás, eres un completo estorbo!—exclama en voz alta y concisa, con intención de hacerme daño. Estoy harta de que ella siempre me maltrate y me diga palabrotas así que decido gritarle de vuelta: —¡Y yo te digo estúpida tía que puedes largarte de esta casa y no venir nunca más porque ya hasta Agustín prefiere compartir su tiempo con otras chicas en vez de estar en la sosa mesa con tu idiota cara ahí elogiandolo, no te necesitamos!—grité con euforia. Se acerca a mí como si no me viera como a una niña de siete años, me mira como miran las villanas a las protagonistas de las novelas mexicanas y me pega una cachetada que me hace sentir todo lo despreciable que se puede sentir por una persona en esta vida... Quisiera tener fuerza suficiente para devolversela pero solo actuo impulsivamente y me quito las zapatillas, las tiro en el pasillo y me voy corriendo llena de dolor, de impotencia, de ira, deseando dormir y despertar siendo mayor de una vez por todas y poder ser lo que se me de la gana y parar todos los abusos e injusticias que me suceden, si tan solo papá estuviese aquí y me defendiera, si tan solo papá decidiera responsabilizarse por nosotros, si tan sólo... Me quedo petrificada en mi cama, busco mi mp4 y coloco una de las canciones favoritas de mamá, se llama 'lo poco que tengo', de su amor eterno Ricardo Arjona, siempre mi madre en las tardes lo escuchaba a todo volumen y se ponía a hacer gestos y cosas extrañas mientras lo escuchaba, era realmente muy divertida. Pasa el resto de la tarde y escucho que están tocando mi puerta, no tengo deseos de ver a nadie pero supongo que es la señora Isabel para preguntarme si estoy bien, no quiero contarle que la bruja de Kelly me abofeteó con todo el odio del mundo, no quiero dar más lástima de la que ya doy. Decido y abro mi puerta, me sorprendo muchísimo cuando noto que es Agustín, él nunca me busca, y menos en mi cuarto, le pesa encontrarse conmigo en el comedor, en la sala, en la cocina, nunca imaginé que vendría a verme, me mira aún la cara marcada y no deja de mirarlo, rompo el hielo y le hablo: —¿Estás bien?, no luces con tu cara de presumido de siempre, ¿qué te sucede?—pregunté. Titubea un poco y luego suspira y me dice: —Sí, estoy bien, pues... —balbucea—Ava, la razón que me trajo aquí, ¿pudiste escuchar alguna de las barbaries que dijo la tía Kelly y por eso te pegó?—preguntó con nerviosismo. Me quedé un poco fuera de lugar, Agustín nunca cuestiona las opiniones de la tía Kelly, por ende me extraña un poco que considere como una barbarie el hecho de que la tía Kelly se sienta con derecho de la casa, él siempre afirmaba que debíamos estar 'agradecidos' con la tía Kelly porque 'se preocupa por el bienestar de nosotros' y ahora la acusa de barbaries, sinceramente empiezo a pensar que esta sucediendo algo extraño. Le digo: —Tranquilo cabeza de puerco, la tía Kelly me pegó porque le contesté igual de grosera que como ella me gritó, ella dijo que yo era un estorbo y yo le dije lo que es ella para mí y por eso me abofeteó en la cara, toda la situación se dió porque... Me pidió que no saliera de mi cuarto y yo me escabullí para estar en la sala de mamá ya que ella le dijo a la señora Isabel que se diera una vuelta porque habían problemas familiares...— —Ah, que alivio Ava, siento mucho que tengas que haber soportado a Kelly colerica y enfurecida, sinceramente lo siento, me voy a mi cuarto—me dice Agustín con los ojos llenos de confusión y pena. Le miro sus ojos azules y como esta de sudado su pelo castaño, y me siento un poco mal por él. Por fin llega la señora Isabel... Yo jadeaba de ansiedad esperando que sonara el pestillo de la puerta abriéndose, por ende corro a la sala y la abrazo, nunca había sentido tanto la necesidad de abrazar a alguien, de transmitir todo lo que siento en un contacto físico con una persona que ni siquiera es de mí familia pero me hace sentir muy bien, ella baja su mirada y me pregunta: —Querida, ¿qué es ese moretón que tienes en la cara?— Es la pregunta más fácil que me han hecho hoy, le respondo orgullosa con una sonrisa en la cara: —La tía Kelly me dio una bofetada porqué le dije cosas imprudentes que me causaron placer—dije con orgullo. Ella sube las manos a su cabeza con un gesto de susto. —¡Vaya, Ava, no me siento orgullosa de tus acciones, y al parecer tú no estas para nada apenada por lo sucedido!—exclamó. No me siento muy comprendida por la señora Isabel pero no me importa, no necesito su empatía por ahora, me muestro indiferente levantando mis hombros y le pregunto: —¿Crees que puedas empezar a traer a tu niña a partir de mañana, por favor?— Se confunde aún más, se da cuenta de que intento evadir lo concerniente a lo que sucedió... Pero sonríe, y dice: —Es inútil negarte algo a tí porque eres lo suficientemente cabezotas e insistente, lo suficiente para hacer cambiar de opinión hasta a un santo de pecar, así que no me perderé el tiempo negándome, mañana la traeré... Pero ya dejemos el tema— —Gracias señora Isabel, estaré agradecida de tener una compañera en casa. —le respondo y me voy corriendo bastante feliz a mi habitación. No veo rastros de Agustín en el camino, extrañamente me da mucha curiosidad saber que es lo que le pasa, siempre siento curiosidad por su vida en el colegio porqué se comporta completamente distinto a en casa... Allá es el chico más espontáneo, además de ser el muchacho mas guapo de todo el área de los chicos mayores, es amigo de todos, coquetea con todas las muchachas, incluso lo he visto haciendo cosas que a mi parecer invaden el espacio personal de una mujer, pero al parecer a esas chicas no les incomoda, al contrario, parecen encantadas de tener a Agustín tan cerca... Todo eso es lo contrario a como el se comporta aquí, en casa siempre está molesto, estresado, o lejano, y no deja de sermonear todo el día, repetir citas bíblicas que el no cumple cuando sale de casa, acusarnos a mí y a la señora Isabel de pecadoras por ver novelas, y el resto del tiempo está encerrado en su cuarto, aunque con lo sucedido hoy, empiezo a pensar que puede haber sucedido otras veces el hecho de que Agustín ponga chicas en su cuarto mientras pensamos que sólo está ahí existiendo... Realmente a mí no es que me importa mucho, me intrigan un tanto sus ruidos y jadeos pero no me molesta, mientras no le esté haciendo daño a ninguna mujer, y por lo poco que pude entender, la señorita que estaba ahí, lo estaba por su propia voluntad, debo dejar de distraerme pensando en que hacen con sus vidas los demás y empiezo a ordenar mis tareas del colegio para irme a dormir. Escucho un par de canciones, pienso en los pro y los contra de estar tatuada si existiese la posibilidad y la libertad de hacerlo cuando sea lo suficientemente mayor... Considero en que me parece que es mejor perforarse y usar un piercing bastante único y distintivo ya que podría usarlo y quitármelo sí lo deseara, sinceramente tengo muchos deseos de ser mayor, decido buscar la forma de conciliar el sueño... en una semana es mi cumpleaños número ocho, siempre leo que mientras uno duerme el tiempo pasa mucho más rápido y eso es lo que deseo con todo mi ser, además de que mamá despierte por supuesto. Me despierto con la mano llena de baba, y la mitad de mi cara, que curioso, mamá siempre me regañaba por dormir de lado, por el estado en que me despertaba, siempre que ella decía 'Ve el estado en el que estás' yo me reía muchísimo y exclamaba algo como —¡En Carabobo mamá! ¡En la ciudad de Valencia, la capital industrial de nuestro país!— A mamá siempre le causaba gracia y dejaba de regañarme por estar llena de baba. Salgo de mi nostálgico recuerdo, me baño rápidamente y me coloco mi uniforme y mis zapatos, me corto las uñas porque la semana pasada se burlaron de Samantha por llevar mugre en las uñas, que difícil es cada vez mas ser chica, los estúpidos chicos pueden tener hasta la ropa sucia y nadie opina nada al respecto, pero si es una chica... Todo el mundo arma un revuelo como si de el fin del mundo se tratase, pero bien, ni siquiera puedo realizar cambios significativos en mi vida, menos podré con cambiar una sociedad entera, por ahora tendré que conformarme. Cuando por fin estoy lista para asistir a clases, salgo de mi cuarto y esta Agustín esperándome, me dice: —Buen día Ava, espero no olvides nada—sonríe. Le respondo: —Hola Agus, no olvide nada relajate un poco, cada vez estas mas viejo— Me responde levantando una ceja: —Ava todos vamos a ser viejos, porqué lo ves como algo malo, es el designio de nuestro señor... —dice con seriedad. Me da un poco de vergüenza que Agustín siempre mencione a su Dios todo el día en casa pero fuera de ella se vuelve otra persona que lo olvida completamente, pero no pienso decírselo, eso por ahora no es mí asunto. Llega nuestro transporte, el señor Omar igual de puntual que siempre, estoy un poco ansiosa el día de hoy, ya que nos fuimos al colegio y aún la señora Isabel no llegaba, así que sigo sin saber si pudo decidir sí llevar a su hija consigo, espero de todo corazón que sí, no debe ser para nada fácil salir a trabajar y tener que dejar los hijos en casa, ¿quién sabe a cargo de quién?, no quise ser fisgona, así que no se quien vela por su hija mientras ella está cuidando de nosotros y de mamá, además, su hija estaría todo el día dibujando conmigo, leyendo, y hasta podría enseñarle las canciones que me gusten y los póster que tengo en mí pared, la pasaríamos genial. Dejo de pensar en si pudo la señora Isabel o no, y me quedo tranquila, no demora mucho rato en acercarse a mi Sebastián, solo me da los buenos días y se sienta muy cerca de mí, pero no lo suficiente como para incomodarme. Visualizo a Eliana lejos de mí asiento, sé que es ella porqué es la única chica con el cabello excesivamente rizado del transporte, espero a que se acerque a nosotros. Sebastián pocas veces cuando estamos solos emite alguna palabra o sonido, llevamos desde niños conociéndonos y no deja de comportarse de la misma manera, me parece muy inmadura su actitud. Por fin llega Eliana, nos saluda a cada uno con un beso en el cachete, decido comentarle para romper el hielo de la mañana. —Eliana, tu cabello hoy luce con más estilo que nunca, ya quisiera yo tener un cabello tan original como el tuyo. — Se sonríe y me dice: —Gracias Ava, que modesta amaneciste hoy, sinceramente, pero al contrario, yo soy la que desearía tener ese pedazo de pelo tuyo, lacio y castaño, combina a la perfección con tu color de ojos, ¡es una bomba amiga! —dice con entusiasmo. Me quedo por segundos imaginando como seríamos Eliana y yo cuando seamos adolescentes, imagino a Eliana intentando tener toda la atención masculina posible, y a mí discutiendo con todos los chicos todo lo que se me antoje y con todos los mayores que se atraviesen, sí, Eliana tiene razón, será una gran bomba, debo dejar de pensar tanto en el futuro venidero porque acabamos de llegar al colegio y hoy tenemos que discutir nuestra tarea sobre el medio ambiente, será un día muy rudo para la maestra, también para los más tímidos del salón, por supuesto también para los más brutos del salón, y no puedo dejar por fuera a los más flojos del salón, son unos idiotas, llenan todo el patio del recreo lleno de latas, compotas, bolsas plásticas de sus snack, solo porqué les da flojera acercarse a su papelera más cercana, son literalmente unas bestias, a veces quisiera exterminarlos, esos vándalos no tienen empatía ni amor por absolutamente nada.
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