La atención de todos seguía en el firmamento oscuro y rojizo. Ambos hermanos mayores abrieron los ojos al ver a Zyrian y Dan Hamilton pasar por la entrada con total comodidad uno al lado del otro. Los paparazzi no dudaron en tomar sus fotos.
Dan Hamilton lleva puesta ropa sencilla: una camisa holgada en gris visón, con un pantalón oscuro y botas altas. A su lado Zyrian mantenía las manos en sus bolsillos. Marlon tragó en seco respirando del aroma que se impregnó en su nariz. Marlon recorrió con la mirada a Zyrian. ¿Cómo hacía para verse siempre tan bien? Al igual que Dan Hamilton, Zyrian llevaba un atuendo no muy planeado: consistía en un conjunto completamente n***o. Lleva un abrigo largo n***o, una chaqueta de traje negra de doble botonadura, un suéter de cuello alto n***o y pantalones negros.
Ambos sujetos parecían no haber planeado en asistir. Sus atuendos eran pocos formales comparados a los demás invitados.
Zyrian alzo la mirada hacia la luna carmesí entrecerrando la vista. Inhalo el aire y sus ojos se abrieron de golpe encontrando la figura de Marlon. Inclinó la cabeza hacia un lado sonriendo con sátira. El aroma de Marlon lo atraía como un radar.
Marlon sintió su pecho temblar. La mirada de Zyrian analizó cada parte de su cuerpo. Podía incluso adivinar su pensar sobre lo bien que se veía Marlon en traje. Entonces Virón apareció por detrás y deslizó su mano sobre el hombro de Marlon captando la atención del alfa.
—Todos esperan —le recordó —el eclipse no durará mucho tiempo.
Marlon suspiró aguantando el aliento y la sinfonía de su pecho acelerado. Se giró prestando su atención al número de personas. El sacerdote dio su discurso y Marlon se tensó al sentir como un cuerpo se paró detrás de él con completo sigilo.
—Es de mala educación no saludar.
Una mano se deslizó desde su antebrazo hasta sus manos. Se detuvo un momento y prosiguió, los largos dedos de Zyrian se abrieron paso en los guantes de cuero de Marlon. El aliento suave y seductor movió sus bellos. Se le erizó el cuerpo de inmediato y un cosquilleo le brotó en el estómago. Su cuerpo comenzó a calentarse y Marlon sabía que no era buena idea mantener a Zyrian cerca de él, aún más sabiendo sobre el lazo, sin mencionar su celo.
Dio un paso hacia un lado y Zyrian sonrió cubriendo sus labios para que nadie más viera su risa. Como si creyera que nadie de los presentes es digno de verlo sonreír. Se posó a su lado volviendo a esconder sus manos en los bolsillos.
El sacerdote jaló de la cinta blanca enrollando en ella, a Juno y Aixhad hasta crear un vínculo. Marlon vio como su hermano sonrió al ver a Aixhad. Se preguntó si alguna vez él llegaría a mirar a alguien con tanta intensidad.
El sacerdote movió las manos y todos aquellos que solo presenciaron se dieron la vuelta. En el vasto espacio se escuchó como Juno se quejó de dolor. Consiente del dolor de la mordida Aixhad le cubrió la boca con fuerza sin dejar que nadie escuchará sus gemidos y enteró los dientes en sus glándulas hasta impregnar por completo a su Omega en feromonas. Las personas alrededor se tensaron incómodas por las feromonas que en pocos segundos se volvieron intensas; el celo de ambas personas dio comienzo. Estaba prohibido mirar hacia ellos. El único testigo debería de ser el sacerdote que diera veredicto de la unión.
—Que cosa más extraña —juzgo Zyrian a su lado.
Marlon alzó la mirada hacia él.
—No es extraño es simbólico.
Zyrian agachó la mirada hacia Marlon con una ceja inclinada.
—Olvídalo, no espero que entiendas —se encogió Marlon de hombros. —No obstante, si no te gustan las tradiciones ajenas no debiste haber asistido.
—¿No querías que viniera?
Marlon abrió la boca para responder y la cerró de inmediato. No es que no quisiera verlo. Le avergonzaba tenerlo cerca. Aún más cuando paso casi una semana fantaseando con él.
El sacerdote volvió a proseguir con la siguiente pareja. Marlon sentía que vomitaría todo lo que había bebido. El único consuelo era el aroma embriagador de Zyrian a su lado, el problema es lo mucho que se veía tentando a prenderse de su cuello y respirar más cerca.
Para cuando la ceremonia acabó Marlon se sentía tenso e incómodo como nunca. No pudo prestar atención a la ceremonia de Noa y Logan. Bebió de golpe la copa de vino tinto que le ofreció el mesero. No soportaría ni un segundo más en la fiesta. Busco con la mirada a Rayan y no lo encontró por ningún lado.
—No te ves bien —Virón lo sostuvo como si ese pequeño cuerpo suyo pudiera sostener a Marlon si llegara a colapsar. —Espera iré por Rayan o Mayer.
Virón se perdió entre la multitud y Marlon se mantuvo firme mientras muchos de los invitados se acercaron a él ajenos a su situación.
Marlon tenía el estómago revuelto.
—Escuche que es un prodigio en la medicina —hablo un marqués —Mi hija es también una doctora experimentada, apuesto a que se llevarían bien.
La chica hermosa y delicada bajo la mirada apenada. ¿En serio? Los nobles parecían un casete repetido. Siempre buscando una brecha para llevarlo al matrimonio. Solo eran avariciosos que iban detrás del renombre y fortuna de los Clerefth.
—Es una lástima que el príncipe ya esté comprometido —hablo la chica apenada y Marlon alzo la mirada hacia Zyrian. ¿Desde cuándo estaba a su lado?
—Escuche que su consorte espera un hijo y que será varón.
Marlon sintió arcadas más grandes. Hijo, prometida y una mierda. Esa espina en su pecho lo estaba ahogando. Le lanzó una mirada acusadora a Zyrian el cual solo se queda mirándolo incrédulo.
Estaba pálido y Zyrian rápidamente lo notó. Le puso la mano sobre la frente.
—¿Te sientes mal?
La pregunta era: ¿Por qué él no estaba mal? Esa incógnita lo estaba molestando. Marlon llevaba un mes en condiciones deplorables, mientras esté imbécil se aparece con prometida y un hijo. Lo hacía lucir como alguien débil. Marlon tenía ganas de golpearlo y hacer que se hiciera responsable.
Todos los presentes comenzaron a murmurar y un revoloteo se volvió más frustrante cuando todos los flashes se fundieron en una esquina del campo abierto. ¿Y ahora qué?
Mayer apareció de la nada junto a Virón y Alaric.
—Debemos irnos ahora —pidió el mayordomo.
—¿Qué pasa Mayer?
—Es difícil de hablar ahora.
Marlon comenzó a evacuar junto a los demás mientras las cámaras se esmeraban en fotografiar a todos.
—Alteza, usted también debería venir con nosotros.
La petición de Mayer hizo que Marlon lo girará a mirar confuso. ¿Qué tenía que ver esto con Zyrian? Marlon cayó en cuenta, creyendo que talvez se había filtrado la noticia del lazo.
Cada uno se fue por separado, no obstante llegaron al mismo lugar. La mansión de Marlon les dio la bienvenida a todos. Marlon se dejó caer en la silla cansado mientras analizaba en cómo explicar todo a sus hermanos si realmente se filtró la noticia. Rayan llegó seguido acompañado de dos personas, una era la cohibida princesa Vanessa y la otra persona se trataba de un malhumorado Dan Hamilton.
No había rastro de Juno y Noa y lo más probable es que no aparecerían hasta la siguiente mañana.
—¡Cómo pudiste decir esa estupidez! —el joven Hamilton se abalanzó sobre Rayan con furia.
La princesa Vanessa gritó preocupada intentando detener a Dan de seguir empujando a Rayan. Marlon no sabía siquiera lo que estaba pasando.
—Dan —habló Zyrian con la voz gruesa y autoritaria —Suelta al hombre y comienza a explicar que carajo pasa aquí.
¿Dan? Solo así. ¿Ellos se conocían de algo? Marlon negó, no era momento para dejar fluir los celos retenidos.
El joven Hamilton soltó a Rayan con exaspero. Camino de un lado a otro sobando su barbilla como si intentará buscar las mejores palabras para explicar lo sucedido.
—Yo lo explicaré —interrumpió la princesa Vanessa. Marlon ya tenía una vaga idea de que estaba pasando. Sabía que era malo, pero se alivió de que no fuera sobre él sino sobre la aventura que Rayan estaba teniendo con una princesa casada.
La puerta se abrió de golpe y el esposo de la princesa entro en la mansión a pasos fuertes. Se paró frente a la princesa y le soltó una bofetada que la tumbó en el suelo. Dan Hamilton se apresuró a rescatarla de la segunda golpiza que el esposo intentó darle. Dan Hamilton fue tomado por el cabello.
Rayan se puso alerta y alejo al joven Hamilton del enfurecido hombre.
—¡No me toques! —grito Dan hacia Rayan con asco. Ambos se tomaron un segundo para juzgarse con las miradas.
—¡De nada, gracias por ayudar! —habla con ironía Rayan ante el enojo de Dan Hamilton.
—¡¿Gracias de qué?!…
Dan Hamilton fue empujado hacia atrás por Rayan. El esposo de la princesa se lanzó sobre Rayan. Ambos cayeron de golpe al suelo. Rayan esquivo los golpes del esposo furioso. Marlon vio a Zyrian mirar todo como si se tratara de un show de televisión.
Entonces Rayan se quitó de encima al fastidio de hombre y comenzó a golpear con fuerza. La princesa Vanessa lloraba desconsolada y el joven Hamilton abrió los ojos asombrados por la violencia incontrolable de Rayan.
—Si eres un alfa, debes proteger no golpear —estrello su puño con fuerza sobre el tabique del esposo de la princesa.
—¡Que haces! —grito Dan Hamilton —¡Detente, solo empeoras las cosas!
Marlon se lanzó hacia Rayan intentando detenerlo, sería malo si este príncipe extranjero quedará en el hospital. Ahora los Clerefth son familia cercana a la monarquía y este suceso podría provocar conflictos políticos.
Rayan seguía empecinado en destrozar el rostro de aquel despreciable hombre.
—¡Eres un bruto, un animal sin cerebro! —comenzó a insultar Dan al ver que Rayan no tenía intención de soltar a su despreciable primo—¡Lo vas a matar, bestia! Eres igual de violento que él.
Entonces, Rayan se detuvo con el aliento perdido, había furia en sus ojos. Marlon se alivió cuando su hermano soltó al príncipe extranjero, tanteo su pulso notando que solo se había desmayado.
Rayan se puso de pie y camino a pasos fuertes hacia Dan Hamilton acorralándolo contra la mesa.
—¿Y que si lo mató? —cuestionó dando pasos más fuertes apretando al beta aún más contra la mesa—Es un acosador, un maltratador ¿Acaso merece vivir?
—Eso no lo decides tú.
La ira fue en incremento y Rayan presiono su cuerpo sobre el cuerpo de Dan hasta que sus frentes se tocaron.
—¿Quién lo decide, entonces? Debo ver cómo todo sucede. ¿Soy igual que él por defender lo correcto? Responde —pidió con la voz áspera —Soy una bestia, un animal ¿Soy peor que él? —señalo hasta el sujeto en el suelo —¿Lo soy?
—¿Rayan? —hablo Marlon confuso. Jamás había visto ese semblante en Rayan. Con sus ojos puestos en Dan Hamilton. Se notaba lo mucho que Rayan lo estaba intimidado.
—¿Lo soy? —volvió a preguntar Rayan.
—Eres aún peor —respondió Dan Hamilton.
Rayan suavizó la mirada, retrocedió y camino hacia la princesa Vanessa, la observo con cero paciencia, de un tirón la puso de pie. Miro a su hermano y dejo escapar el aire.
—¿Puedes encargarte de esto? —pregunto Rayan y Marlon asintió. Sea lo que sea, Marlon estaba seguro de que estaba afectando de más a Rayan.
Rayan se perdió saliendo de la mansión. El príncipe extranjero comenzó a despertar con furia.
—¿Dónde está esa escoria?
Marlon aun sintiéndose enfermo se pasó la mano por la cara. El mismo tenía ganas de golpearlo, se convenció de que debía mantener la calma.
—Será mejor que se marche princesa —se dirigió hacia Vanessa —Joven Hamilton —le hablo está vez a Dan que aún parecía en shock. —Llévese a la princesa.
Dan reaccionó tomo el brazo de la princesa y la arrastró hasta la salida. Sin embargo, el rey extranjero tomo a la princesa por el brazo con fuerza evitando que se marchara.
—¡Ya vasta! —grito Marlon fúrico —¡Llévesela ahora! —le grito a Dan.
Cuando el lobby ya estaba vacío solo quedaron tres personas entre ellas Zyrian.
—¿Quién se cree? —reclamo el príncipe extranjero —Soy…
—Me importa poco lo que seas —exclamó Marlon —Lárguese ahora mismo y más le vale no seguir al joven Hamilton.
—Es mi primo y mi esposa, hago lo que me plazca con ellos.
Se plantó cara a cara con Marlon y es entonces cuando Zyrian intervino. Lo aparto interponiéndose entre ellos. La diferencia de tamaño era enorme. Antes de que pudiera decir algo Zyrian lo tomó por el cuello con fuerza haciendo que retrocediera.
—Zyrian, ¡Suéltalo! —pidió Marlon sabiendo lo destructivo que podría llegar a ser Zyrian.
—Ten cuidado con tus acciones, —amenazó Zyrian con la voz ronca y presionando más su agarre —No me interesa si golpeas a tu mujer, pero si vuelves a golpear a Dan —el rostro de Zyrian quedó a centímetros del rostro morado a falta de oxígeno —Te mataré escoria. ¿Comprendes?
Aun después de terminar su amenaza Zyrian siguió apretando su cuello y Marlon se preocupó.
—Zyrian —Marlon llamó su nombre con voz baja —Necesito que lo sueltes por favor.
Los orbes color bosque se clavaron en Marlon y rápidamente se suavizaron antes de soltar al hombre que empezó a vomitar sangre y saliva mientras tosía y respiraba cortadamente. Zyrian llamó a sus guardias y pidió que sacarán a la escoria.
CONTINUARÁ…