POV Hermes —Aún sigo pensando que es muy arriesgado hacer lo que planeas. —De nada sirve que seas un cobarde. Por lo menos, por esta vez, ponte los pantalones —me respondió Dalila. Nos encontrábamos en el desayuno, sentados a la mesa. Una sola empleada, que habíamos contratado recientemente, se encargaba de limpiar y preparar los alimentos. —Llevas retrasada 15 minutos —argumentaba Dalila, cuando la mujer colocó el desayuno en la mesa. —Perdone, señora. Lo que pasa es que aún estaba terminando de limpiar la otra habitación de la casa. —Bueno, eso de cómo lo solucionas es tu problema, para eso te contratamos. —Lo sé, señora. El problema es que la casa es muy grande. —Cuando te contratamos, te especificamos las condiciones, ¿de acuerdo? Y tú aceptaste. Así que, si no estás conforme c