POV Salvatore Las carcajadas de Sofía llenaban la habitación. La forma en que se cubría la boca al reír, mientras trataba de disimular su sonrojo, me parecía adorable. Aún estaba frente a mí en la tina, con su cabello mojado cayendo en mechones sobre sus hombros, y yo no podía evitar sonreírle, ella era una mezcla de ternura y sensualidad. —¿Qué tanto miras, señor carroñero? —preguntó, alzando una ceja, aunque sus mejillas ya estaban rojas. —Solo a mi pequeña Diosa, disfrutando de un momento en el paraíso. —Respondí, dejando un beso suave en su hombro. Ella apartó la mirada, aunque no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios. —¿Siempre eres tan descarado? —me preguntó, aunque no sonaba molesta. —Solo contigo, pequeña Diosa —Le contesté, apretando sus suaves muslo