MAURICIO Nunca confíes en un niño. Se convierten en los chismosos profesionales por experiencia, y pueden meterte en problemas. Como me estaba sucediendo a mí con Sarah, me había traicionado seriamente y eso que le había comprado su helado de chocolate, jugado con ella e incluso saltado en charcos de lodo mientras un ejército de mamás me estaba observando. Nunca me había sentido en tantos problemas y sobre todo tan apenado con una niña y una mujer. No sabía cómo disculparme eso era seguro. Lo importante es que ellas estaban juntas y estarían bien. Observé por unos minutos a Alina, que se veía tremendamente guapa aún con su short de mezclilla y una playera simple. Era la única mujer que aún estando desaliñada era bastante atractiva. Con lo que no contaba es que el don lentes de lupa