ALINA — Mamá ¿crees que me puedas cuidar a Sarah este fin de semana? —le pregunté a mi mamá con el alma en un hilo, pues tenía que decirle acerca de mi nuevo hogar temporal. — Claro que sí hija. ¿La traes aquí a la casa? —Había decidido hablarle por teléfono para comenzar a prepararla, o mejor dicho prepararme mentalmente. — Me acabo de cambiar de casa. ¿Te importa si la cuidas aquí? —No sabía si era correcto llamar casa a la mansión de Mauricio. — ¿Te misaste de departamento? ¿Por qué no me avisaste hija? —Siempre había siso de avisarle ese tipo de cosas a mi mamá, ya que terminaba ayudándome. — Fue algo rápido que decidí de último minuto. —Le mentí, puesto que fue Mauricio quien había arreglado todo para que me mudarse con él. — ¿Pasó algo con Leandro? ¿Cómo está la niña? —Mi mamá