Entre en la habitación suspirando. Volví a mirar la cama de mi compañera, espero que no sea ninguno de los populares, pero como la vida me odia, de seguro es Selin.
Me acosté en mi cama, tomando uno de los libros con los que mi mamá me soborno para venir.
Lo abrí y empecé mi lectura.
Al cabo de unos minutos, la novela se había puesto en su mejor momento, y eso que solo llevo tres capítulos. La puerta siendo abierta bruscamente hizo que dieron un pequeño salto en lugar, aparte los ojos del libro para posarlos en la puerta, encontrándome con Selin. A veces yo misma me sorprendo, debo ser clarividente, aun no sé por qué no eh ganado la lotería.
Me acomode en la cama quedándome sentada, recostada en el cabecero de esta. Ella rápidamente se acercó a mí y se sentó en una esquina de la cama. Empezó a observarme de arriba abajo, como si estuviese comprobando que fuera yo, o si en realidad estoy aquí.
—¿Cosmic? –Pregunto luego de acosarme con la mirada
Sonreí falsamente
—¿Tengo el honor de saber que me recuerdas?
Ella dio un pequeño grito de alegría, y se lanzó encima de mí abrazándome. Luego se separó, pero no se alejó.
—No puedo creer que seas tú –Empezó— Cuando te vi en la cafetería pensé que te parecías a esa niña gruñona, pero cuando vi como reaccionaste, no hubo duda. Te estuve buscando, bueno Eloy y yo te estuvimos buscando por el lugar. Me alegra tanto verte.
Aparte la mirada del libro, para verla. Fruncí el ceño al ver lo alegre que se veía, ¿Estaba hablando conmigo?
—¿Qué dijiste?
Selin abrió la boca para decir algo, pero una voz masculina la interrumpió. Ambas voleamos hacia la puerta a vierta para ver a Eloy con una sonrisa
—Hola— Saludo adentrándose en habitación
Los observe a los dos, ambos se ven como estrellas de una película de Hollywood. Carajo, yo parezco pordiosera.
Baje la vista a mi libro, con la poca autoestima que quedaba y seguí leyendo, pero no deje de sentirme observada. Levante la vista, ambos me observaban
—¿Qué?
—Nada –Dijeron al unísono.
(…)
Camine por los pasillos, buscando mi casillero. Bien pude hacer eso la semana pasada, pero como soy yo, preferí dejar todo a última hora. Aun no sé porque me va tan bien la vida.
108, 109, 110, ¡ja! 111. Mi casillero.
Tome la llave y lo abrí, metí los libros en el casillero. Escuche unos tacones cerca, mire de reojo para ver a Selin parada a lado de mí.
—Cosmic, ¿Por qué no me despertaste?— Me reprocho
—¿Soy tu alarma? Cara de zorra
—Sabes que no me gusta que me llames así, nerd.
—¿Y por eso dejo de llamarte así?
—Soy virgen
—Tan virgen como Eloy
—No metas a ese aquí, ¿Estas enamorada de él?
—Estoy tan enamorada de él, como tú eres tan pura. Oh cierto, eres una zorra
—Al menos, sé que es un orgasmo
—Es cuando estas en la parte más alta del éxtasis— Voltee a verla—Creo— Murmure
—Como sea —agito las manos— ¿Tienes un condón por ahí?
—Piérdete, rarita de mierda
Selin rio, y retomo su camino, posiblemente al prostíbulo. Me quede observándola hasta que se perdió en la vuelta de un pasillo, mira hacia al frente para encontrarme con Eloy, maldición.
—Hola
—¿Qué quieres?
—¿Empezamos tan rudo en la mañana? Ya sabes cómo me pone eso— Eloy obtuvo un pequeño rubor en su mejillas
Bueno, así es como pase la semana pasada, alado de una zorra y un playboy masoquista. Mátenme
—Deberías ir a perderte en el hueco de Selin, con lo profundo que debe ser.
Eloy rio, mostrando su dentadura perfecta.
—En realidad, si miras a tu alrededor. Los chicos de cabello n***o y que se ven bien son pocos, por lo tanto ella solo se ha acostado con unos siete.
Abrí los ojos un poco más y puse mi mejor cara de sorpresa.
—Es sorprendente la manera en la que no me importa.
— Sigue estado de mal humor, a este ritmo tendré una erección.
—Métela por tu trasero
Empecé a caminar hacia mi salón, Eloy venia atrás mío, lo supe por que no paraba de hablar sobre lo excitante que eso había sonado.
Mis días y meses serán así, tal vez pueda ignorarlos y seguir con mi vida tranquila, pero tomando en cuenta que Selin es mi compañera de cuarto, y que Eloy está en la mayoría de mis clases. Lo veo imposible.