NARRADOR 16 años atrás... — ¡Sostén esa espada con fuerza! —Gritó Iblis a su sobrino quien aún era pequeño sin embargo el guerrero y brujo tenía en cuenta que este era el mejor momento para quitarle lo blando a cualquier ser viviente, su niñez. A las espaldas del pequeño aguardaba un hombre, era un simple hombre cualquiera sin embargo había cometido un crimen que a los ojos de los inmortales era abominable. La infidelidad. —Un hombre que no respeta a su esposa no merece el respeto de los dioses por lo tanto si antes poseía una buena fortuna le será arrebatada por la traición del matrimonio, es tu momento pequeño príncipe cóbrale el precio de la deshonra—La instrucción era clara, sin embargo las manos del pequeño niño no dejaban de temblar, nunca pensó en asesinar a nadie mucho menos de