Aun deseando no hacerlo, al final Andrew llevaría a Valery a la fiesta, estaba de mal humor, tanto que solo quería huir de su mundo para dejar de sentirse atado a él.
— Tranquilo querido, te aseguro que vas a divertirte.
Decía Valery mientras iba colgada del brazo de Andrew, ella estaba feliz, lo había obligado a hacer lo que deseaba, se sentía ganadora en esa lucha que tenían en cada momento que se veían.
— A tu lado no lo creo, eres la persona mas mezquina, quisiera estar en cualquier lugar menos aquí.
Los padres de Andrew al verlo llegar del brazo de Valery estaban felices, Sofia mas que feliz estaba aliviada, su esposo no tendría que reprocharle nada a su hijo al menos por ahora.
Pero a ella no le interesaban las verdades de Andrew, había logrado lo que deseaba, convencer al hombre que la despreciaba tanto para
Llevarla a una fiesta donde por su puesto dejaría claro a todos que era su acompañante.
Andrew y ella estaban bebiendo una copa, aun con el antifaz se podía ver en el rostro de el lleno de molestia, estaba realmente furioso al saber que estaba en ese lugar obligado, la compañía de Valery no era precisamente lo mejor, pues además ella iba llevándolo de un lugar a otro saludando a todos los presentes.
Algo en ese lugar había captado la atención de todos los presentes, una preciosa rubia con un vestido rojo que no hacia mas que resaltar su belleza, la chica no parecía mayor que él y Valery, esa hermosa piel como la leche lo hacía al igual que a muchos que no le quitaban los ojos de encima desear acariciarla.
No la reconocía, no sabía si la había visto en algún momento, pero para su mala suerte Valery se ponía celosa, no tendría porque, no era su novia, mucho menos su mujer.
— Al menos ten algo de respeto, deja de observar a esa mujer, que no tienes pudor.
Pero Andrew sonriente supo que era su momento de vengarse de Valery, estaba irritada, y el aprovecharía ese momento.
— No me digas que la gran Valery esta preocupada por una chica hermosa, creí que tú eres como dices siempre, el mejor partido de la ciudad, pero tienes razón, me pregunto si tendrá novio, ¿será casada? ¿Quizá pruebe suerte con ella esta noche para no dormir solo?
Valery se enfureció y ambos discutían, estaba mas que claro que Val enloquecía al escucharle hablar así.
Esa noche Andrew cruzo miradas con la preciosa rubia en mas de una ocasión, no era solo la belleza, si no esa mirada dulce y hermosa que parecía envolverlo con solo cruzar mirada con la suya.
— Puedo saber que demonios sucede contigo, deja ya de jugar con mi paciencia de una vez por todas.
Pero Andrew había cumplido ya con llevar a Valery a la fiesta, su trato estaba cerrado y era hora de irse.
— Creo que ya te he hecho molestar bastante, así que ahora debo irme, sinceramente estas fiestas me aburren interminablemente.
Valery le reprendió.
— No te atrevas a dejarme sola, has venido conmigo y saldrás cuando yo lo diga.
Pero Andrew se negó.
— Cumplí con mi parte, no podrás quejarte con mis padres, vine a la fiesta, estuve a tu lado como el caballero que soy, así que no tendrás queja de mí, buenas noches.
Andrew camino hacia la salida, por suerte la rubia estaba junto a un hombre que parecía ser su padre, él cruzo miradas una vez mas con ella, pensó que bajaría la mirada avergonzada, pero no sucedió así, asombrándolo la chica le sostuvo la mirada unos segundos, ese porte, la presencia, todo en ella te hacía verla, desearla, si no estuviera la araña de Valery quizá lo hubiese intentado, además la chica no era dejada sola, su padre o el hombre a su lado no la dejaba en un solo momento, claro que si fuera su hija tampoco la dejaría sola, una mujer así vale mucho.
Andrew salió y subió a su auto, su móvil sonó, pero al ver que era su padre decidió ignorar la llamada, apago el móvil y fue a un lugar donde tendría paz, su apartamento.
Andrew tenía ese lugar privado que no tenía nada que ver con sus padres, su abuelo Andrew Senior, le había dejado una suma de dinero que él poseía y que había utilizado para hacer pequeñas inversiones, sin que su padre supiera Andrew hacía crecer su dinero poco a poco, al llegar lo recibió Taurus, un hermoso pastor Alemán que tenía hacía algunos meses, el perrito era adorable, aun que bastante protector con su dueño.
Los ladridos hicieron que Anita, la ama de llaves saliera de la habitación al lado de la cocina.
— Señor, no lo esperaba, pero alguien esta muy feliz de verlo.
Andrew se colocaba sobre sus rodillas, sus padres jamás lo dejaron tener un perro como mascota, así que cuando tuvo la oportunidad rescato a Taurus de la calle, estaba pequeño, muy delgado y enfermo, paso casi dos semanas en la veterinaria, hasta que el médico le dio las buenas nuevas, después de una cirugía, y de alimentarlo y colocar sus vacunas, Tau podía ir a casa, Andrew le daba la vida de un Rey, era su amigo, iban a correr por las mañanas, pues ese pequeño peludo era su paz en momentos de angustia, tristeza y frustración, se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, y en el caso de Taurus, se había convertido mas que en una amigo, en la familia de Andrew.
— Hola, amigo, ¿cómo te has portado con Anita? ¿Has sido bueno?
Como si Taurus comprendiera lo que su amo le decía, movía su cola de un lugar a otro.
— Siempre esta observando por el ventanal de su habitación, entra y sube al sofá esperando verlo, hace unos minutos ladraba con fuerza, supe que alguien había llegado.
Andrew amaba a su amigo, y en ese momento lo llevaría a dar un paseo.
— Me lo llevaré, mañana regresaremos Anita, necesito ir a pasear por carretera, fue una noche algo difícil.
Anita comprendía, sabía que Andrew siempre había sido obligado por sus padres a asistir a esos terribles eventos a los que odiaba ir, pero como único hijo era su responsabilidad según Roberto su padre.
— Claro señor, ahora le preparo las cosas de Taurus, ¿quiere que le ponga ropa cómoda para usted?
Anita era la mejor empleada, pero para el era como una madre, Anita tenía un hijo, era madre soltera, Pade trabajaba también en el apartamento en vacaciones, porque gracias al apoyo de Andrew, Pade podía irse a un internado muy reconocido, donde recibía la mejor educación.
— Gracias Anita, te lo agradezco, déjame dar un baño rápido y nos iremos a dar un paseo.
Como si Taurus lo supiera se quedó en el sofá paciente esperando a su dueño, lo veía sin perder un solo momento de como Andrew se preparaba para salir, en el momento que vio tomar la cuerda con la que salían a pasear por seguridad, salto del sofá y juntos bajaron las escaleras.
Esa noche Andrew viajo en carretera por un par de horas con rumbo a una zona boscosa donde alquilaba un lugar para descansar.
Algo que no lo dejaba descansar era que en su cabeza se había quedado aquella imagen, esa rubia que había llamado tanto su atención.
— ¿Quién eres muchacha? ¿Por qué demonios pienso en ti?
Unas lamidas en el rostro lo sacaron de sus pensamientos, Taurus se subía a la cama para molestar a Andrew, se recostaba sobre su dueño, era como un bebe que buscaba los brazos de su padre.
— No Taurus, no eres mi tipo.
Decía acariciando a su querido amigo, alejado de todo, imaginando que su vida era otra, Andrew termino quedándose dormido de manera tan tranquila y relajante.
Un par de días mas tarde, Andrew llego a su despacho, alguien estaba ahí y no de muy buen humor al parecer.
— No me digas que te has quedado sin móvil, tengo varios días intentando localizarte, ¿por qué demonios dejaste a Valery sola en la fiesta? ¿qué sucede contigo? ¿A caso no te da pena la pobre chica?
Pero Valery tenía de pobre chica, lo que el tenía de astronauta.
— Por favor, ¿pobre chica? Valery es una pesadilla papá, y solo tú te crees ese papel de víctima que tiene, ¿por qué en lugar de apoyar a esa mujer no apoyas a tu propio hijo, trabajo duro para demostrarte quien soy, que puedes confiar en mí, y ¿vienes a molestarme por esa mujer?
Pero Roberto no estaba en ese lugar para darle explicaciones a Andrew, siempre había logrado lo que quería, y ese matrimonio de su hijo con Valery no seria la excepción.
— Como te lo dije, necesito que te unas a ella, es la única mujer que puede ocupar el espacio de ser tu esposa, esta preparada, interesada en ti, proviene de una buena familia, es la chica indicada.
— ¿De verdad piensas que voy a casarme con una mujer como ella? Valery es una pesadilla papá, me amenazo para llevarla a esa fiesta, ¿Crees que yo la llevaría por gusto? Cumplí con mi parte y me fui, tenía cosas que hacer.
Pero Roberto le reprendía.
— Estoy cansado de pedirte que hagas lo que es tu obligación, mas vale que la llames y te disculpes, invítala a cenar, vete de viaje, tomate unos días, y regresa con ella de tu prometida oficialmente, has lo que te corresponde Andrew.
Decía el hombre furioso al recibir negativas de su hijo, Andrew cada vez era mas difícil de convencer, cuando era un niño buscaba el amor de su padre, hacia lo que él pedía, pero con el paso del tiempo comprendió que ese amor jamás seria como él esperaba, que su padre veía en él solo a su sucesor, no a un hijo, no a su sangre, solo al tipo que se parecía a él físicamente y del que presumía con orgullo a sus amigos solo para demostrar que su familia era perfecta.
— Bueno, si me ofreces unos días lo tomaré, pero no para viajar con ella, llevaría a cualquier mujer del mundo, incluso a la chica de intendencia, cualquiera es mejor que ella, si quieres a tu hijo unido en matrimonio, puedo conseguir esposa ahora mismo, Valery solo busca quedar bien ante su sociedad, pero sobre todo pescar al único hombre que no se lanza a sus pies, no pienso casarme con ella, ya te lo he dejado claro, me obligas a estar junto a una mujer con la que no seré feliz jamás, ¿a caso no te sientes mal por ello?
Pero el hombre sonreía y de manera cínica contestaba sin temor.
— ¿Crees que yo amo a tu madre? Por Dios, esas son solo estupideces, no la amo, así como tú no amaras a Valery, has como yo, lo que se espera de ti, consigue a una hermosa secretaria que complazca tus deseos y me haces feliz a mí y seré gentil contigo hijo, pero de otra manera, si sigues desobedeciendo, solo obtendrás que la pobre de tu madre sufra por nuestros conflictos.
Su padre era un desalmado, Sofia era una buena mujer, que siempre había hecho todo por complacerlo, mientras el tenía a su amante para satisfacerlo, no amaba a Sofia, solo la utilizaba, Andrew lo odiaba cuando le hablaba de esa manera, jamás seria como él, encontraría a la mujer correcta el mismo, pero no seria Valery.