El joven castaño se encontraba recostado sobre el sillón de su oficina.
Sus guardianes se encontraban en el hermoso jardín donde sus gritos no llegaban a los oídos del castaño y para su suerte su espartano tutor se encontraba con Nono, dejando al joven descansar después de pasar días haciendo papeleo por las constantes peleas de sus guardianes que destruían todo lo que estaba a su paso.
En la cabeza del castaño se encontraban varias imágenes, sus amigos, su tutor espartano, nono, extrañamente Xan y un chico de curioso cabello y ojos negros, era una copia de él solo más pequeño. El castaño sonreía al ver a ese joven.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste al igual que sus ojos.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste de ojos del mismo, su rostro se mantenía inexpresivo.
- Mikoto - dijo serio el castaño sorprendiendo a sus guardianes, nunca lo habían visto tan serio y con ese porte tan maduro, es verdad que él había cambiado bastante durante esos años desde su época de secundaría donde había sido elegido sucesor para ser décimo Vongola, era una cara completamente diferente para ellos.
- Yoshi-sama, ya es tiempo – le dijo el chico con respeto y haciendo una leve inclinación con su cabeza
Yoshi se acercó a él tocando su hombro y asintió dejándolo pasar a pesar de que los guardianes los veían confundidos.
- ¿Xero vino contigo? - pregunto el castaño al sentir como su intuición se relajaba, era como una sensación de familiaridad y eso solo pasaba con ciertas personas.
- Por supuesto, solo espere
En ese momento un joven de cabello azabache de ojos castaño llego corriendo a los brazos del otro.
- ¡Onii-san! - grito el chico
¿Onii-san? Pensaron todos los guardianes que se encontraban realmente preocupados por su jefe y confundidos. Hasta donde ellos sabían él era hijo único y no tenía ningún hermano, claro que no contaban a Fuuta, IPin y Lam, ellos habían llegado con toda esa locura pero no podían fijarse en el parecido de ese chico y su jefe, era su copia solo con el cabello de diferente color.
El joven castaño se encontraba recostado sobre el sillón de su oficina.
Sus guardianes se encontraban en el hermoso jardín donde sus gritos no llegaban a los oídos del castaño y para su suerte su espartano tutor se encontraba con Nono, dejando al joven descansar después de pasar días haciendo papeleo por las constantes peleas de sus guardianes que destruían todo lo que estaba a su paso.
En la cabeza del castaño se encontraban varias imágenes, sus amigos, su tutor espartano, nono, extrañamente Xan y un chico de curioso cabello y ojos negros, era una copia de él solo más pequeño. El castaño sonreía al ver a ese joven.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste al igual que sus ojos.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste de ojos del mismo, su rostro se mantenía inexpresivo.
- Mikoto - dijo serio el castaño sorprendiendo a sus guardianes, nunca lo habían visto tan serio y con ese porte tan maduro, es verdad que él había cambiado bastante durante esos años desde su época de secundaría donde había sido elegido sucesor para ser décimo Vongola, era una cara completamente diferente para ellos.
- Yoshi-sama, ya es tiempo – le dijo el chico con respeto y haciendo una leve inclinación con su cabeza
Yoshi se acercó a él tocando su hombro y asintió dejándolo pasar a pesar de que los guardianes los veían confundidos.
- ¿Xero vino contigo? - pregunto el castaño al sentir como su intuición se relajaba, era como una sensación de familiaridad y eso solo pasaba con ciertas personas.
- Por supuesto, solo espere
En ese momento un joven de cabello azabache de ojos castaño llego corriendo a los brazos del otro.
- ¡Onii-san! - grito el chico
¿Onii-san? Pensaron todos los guardianes que se encontraban realmente preocupados por su jefe y confundidos. Hasta donde ellos sabían él era hijo único y no tenía ningún hermano, claro que no contaban a Fuuta, IPin y Lam, ellos habían llegado con toda esa locura pero no podían fijarse en el parecido de ese chico y su jefe, era su copia solo con el cabello de diferente color.
El joven castaño se encontraba recostado sobre el sillón de su oficina.
Sus guardianes se encontraban en el hermoso jardín donde sus gritos no llegaban a los oídos del castaño y para su suerte su espartano tutor se encontraba con Nono, dejando al joven descansar después de pasar días haciendo papeleo por las constantes peleas de sus guardianes que destruían todo lo que estaba a su paso.
En la cabeza del castaño se encontraban varias imágenes, sus amigos, su tutor espartano, nono, extrañamente Xan y un chico de curioso cabello y ojos negros, era una copia de él solo más pequeño. El castaño sonreía al ver a ese joven.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste al igual que sus ojos.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste de ojos del mismo, su rostro se mantenía inexpresivo.
- Mikoto - dijo serio el castaño sorprendiendo a sus guardianes, nunca lo habían visto tan serio y con ese porte tan maduro, es verdad que él había cambiado bastante durante esos años desde su época de secundaría donde había sido elegido sucesor para ser décimo Vongola, era una cara completamente diferente para ellos.
- Yoshi-sama, ya es tiempo – le dijo el chico con respeto y haciendo una leve inclinación con su cabeza
Yoshi se acercó a él tocando su hombro y asintió dejándolo pasar a pesar de que los guardianes los veían confundidos.
- ¿Xero vino contigo? - pregunto el castaño al sentir como su intuición se relajaba, era como una sensación de familiaridad y eso solo pasaba con ciertas personas.
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¿Onii-san? Pensaron todos los guardianes que se encontraban realmente preocupados por su jefe y confundidos. Hasta donde ellos sabían él era hijo único y no tenía ningún hermano, claro que no contaban a Fuuta, IPin y Lam, ellos habían llegado con toda esa locura pero no podían fijarse en el parecido de ese chico y su jefe, era su copia solo con el cabello de diferente color.
El joven castaño se encontraba recostado sobre el sillón de su oficina.
Sus guardianes se encontraban en el hermoso jardín donde sus gritos no llegaban a los oídos del castaño y para su suerte su espartano tutor se encontraba con Nono, dejando al joven descansar después de pasar días haciendo papeleo por las constantes peleas de sus guardianes que destruían todo lo que estaba a su paso.
En la cabeza del castaño se encontraban varias imágenes, sus amigos, su tutor espartano, nono, extrañamente Xan y un chico de curioso cabello y ojos negros, era una copia de él solo más pequeño. El castaño sonreía al ver a ese joven.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste al igual que sus ojos.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste de ojos del mismo, su rostro se mantenía inexpresivo.
- Mikoto - dijo serio el castaño sorprendiendo a sus guardianes, nunca lo habían visto tan serio y con ese porte tan maduro, es verdad que él había cambiado bastante durante esos años desde su época de secundaría donde había sido elegido sucesor para ser décimo Vongola, era una cara completamente diferente para ellos.
- Yoshi-sama, ya es tiempo – le dijo el chico con respeto y haciendo una leve inclinación con su cabeza
Yoshi se acercó a él tocando su hombro y asintió dejándolo pasar a pesar de que los guardianes los veían confundidos.
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El joven castaño se encontraba recostado sobre el sillón de su oficina.
Sus guardianes se encontraban en el hermoso jardín donde sus gritos no llegaban a los oídos del castaño y para su suerte su espartano tutor se encontraba con Nono, dejando al joven descansar después de pasar días haciendo papeleo por las constantes peleas de sus guardianes que destruían todo lo que estaba a su paso.
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La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste al igual que sus ojos.
La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste de ojos del mismo, su rostro se mantenía inexpresivo.
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- Yoshi-sama, ya es tiempo – le dijo el chico con respeto y haciendo una leve inclinación con su cabeza
Yoshi se acercó a él tocando su hombro y asintió dejándolo pasar a pesar de que los guardianes los veían confundidos.
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¿Onii-san? Pensaron todos los guardianes que se encontraban realmente preocupados por su jefe y confundidos. Hasta donde ellos sabían él era hijo único y no tenía ningún hermano, claro que no contaban a Fuuta, IPin y Lam, ellos habían llegado con toda esa locura pero no podían fijarse en el parecido de ese chico y su jefe, era su copia solo con el cabello de diferente color.
El joven castaño se encontraba recostado sobre el sillón de su oficina.
Sus guardianes se encontraban en el hermoso jardín donde sus gritos no llegaban a los oídos del castaño y para su suerte su espartano tutor se encontraba con Nono, dejando al joven descansar después de pasar días haciendo papeleo por las constantes peleas de sus guardianes que destruían todo lo que estaba a su paso.
En la cabeza del castaño se encontraban varias imágenes, sus amigos, su tutor espartano, nono, extrañamente Xan y un chico de curioso cabello y ojos negros, era una copia de él solo más pequeño. El castaño sonreía al ver a ese joven.
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La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste de ojos del mismo, su rostro se mantenía inexpresivo.
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¿Onii-san? Pensaron todos los guardianes que se encontraban realmente preocupados por su jefe y confundidos. Hasta donde ellos sabían él era hijo único y no tenía ningún hermano, claro que no contaban a Fuuta, IPin y Lam, ellos habían llegado con toda esa locura pero no podían fijarse en el parecido de ese chico y su jefe, era su copia solo con el cabello de diferente color.
El joven castaño se encontraba recostado sobre el sillón de su oficina.
Sus guardianes se encontraban en el hermoso jardín donde sus gritos no llegaban a los oídos del castaño y para su suerte su espartano tutor se encontraba con Nono, dejando al joven descansar después de pasar días haciendo papeleo por las constantes peleas de sus guardianes que destruían todo lo que estaba a su paso.
En la cabeza del castaño se encontraban varias imágenes, sus amigos, su tutor espartano, nono, extrañamente Xan y un chico de curioso cabello y ojos negros, era una copia de él solo más pequeño. El castaño sonreía al ver a ese joven.
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La sonrisa del castaño se borró, se levantó con cuidado del sofá para ir al vestíbulo, paso en frente de sus guardianes son mirarlos dirigiéndose a la gran puerta, justo cuando el joven llego la puerta fue abierta mostrando a un joven de cabello celeste de ojos del mismo, su rostro se mantenía inexpresivo.
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- Yoshi-sama, ya es tiempo – le dijo el chico con respeto y haciendo una leve inclinación con su cabeza
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