Capítulo 6.

1141 Words
-¡TIENES QUE IR!- gritó Susumu frente de todo su equipo.   -¡ERES UN MALDITO EGOÍSTA!   -Nunca creí verlos pelear. - los vio avergonzado y con un toqué de emoción Adrián. -desde que los conozco nunca los había visto pelear, sabía que se enojaban y que duraban días enojados, pero esto es cosa de otro mundo.   -¿Pasa frecuentemente?- le preguntaron a Rimu, a lo que este negó.   -¿Qué haces cuando pelean?- hablo Darel viéndolos desaprobatoriamente.   -Me alejó y protejo todo lo caro. - hablo Rimu con el pecho inflado causando la mirada de incredulidad de sus compañeros. - Pero aquí no hay nada que pueda proteger. - habló antes de ver como sus hermanos comenzaban a lanzarse las pelotas del gimnasio. - porqué puede pasar algo como eso y a mamá le gusta coleccionar cosas.   -¿Y luego? ¿dejas que se maten?   -Llega mi mamá.   -¡No podemos ir por tu mamá!- gritó Adrián desesperado.- Rimu, haz algo.- el mencionado negó con la cabeza.   -Si me meto me van a matar, casi pasa una vez y ese día papá fue el que los tuvo que separar. Algunas veces me recuerdan a algún animal callejero.   -¡USTEDES DOS!- gritó Darel causando escalofríos de parte de todos. Ambos hermanos sabían quién había gritado, y porqué lo habían hecho. Pero al igual que cuándo lo hacía su madre no hicieron caso a la primera llamada y continuaron con lo suyo mientras se seguían gritando blasfemias y maldiciones. Continuaron hasta que sintieron un golpe en su cabeza de parte del capitán. Darel era el tipo de chico serio y que decía las palabras adecuadas en el momento adecuado. Era un chico que se hacía respetar y que respetaba todo lo que estaba a su alrededor sin importar su procedencia. Muchos lo tomaban como un chico pasivo ya que le gustaba el orden y la calma, pero cuando ese orden y calma se veía perturbada él hacia todo lo posible para luchar contra la corriente y hacer que era calma volviera a sus oídos.   -Eso es lo que hace mamá. - señaló Rimu.   -¡PUDISTE HABERLO DICHO ANTES!- gritaron sus compañeros de equipo.   -Algunas veces les lanza agua. - continuó. - aunque conmigo también lo hace.   -Darel, creí que teníamos algo especial. -lloriqueo falsamente la femenina.   -Los dos dejen de pelear.   -¿la puede hacer entrar en razón? -pidió el hermano mayor con una de sus técnicas de manipulación, la falsa amabilidad que muestra en situaciones como esta además de ponerse del lado de quién los está regañando. –yo no entiendo por qué no nos quiere ayudar, ¿por qué no ve que es importante para nosotros? Yo sé que usted entiende, es alguien inteligente y sereno.   -No tengo ni voz ni voto sobre tu hermana. - lo miró severamente. - Así que ella va a hacer lo que quiera.   -Ayumu. -habló Adrián. - Sé que las intenciones de tu hermano son egoístas, pero si vas nos puedes ayudar para ganar las nacionales.   -Pero...   -Serás nuestro agente súper espía secreto. - habló emocionado el líbero de primero. - Agente AT. – le sonrió emocionado. - Su misión ultra secreta es ir a ver el partido en el que Korusasa te invitó y recolectar datos de ellos y del instituto superior Washizato.   -¡Y no solo de ellos! -gritó otro de los chicos igual que emocionado que el  anterior.- De todos los que puedan ser competencia para nosotros.   -Ustedes son los seres más despreciables del universo. - dijo entrecerrando los ojos. -Eso es trampa, mejor preocúpense en mejorar por cuenta propia.   -Podrás ver a chicos más lindoooos. -continuó molestándola su hermano.   -Como si quiera ver al chico "seamos novios y estudiemos en la misma escuela." -recordó Ayumu todos sus encuentros con ese chico y lo irritada que se solía poner con solo pensar en él. -Además nosotros también tenemos partido ese día y me necesitan.   -¡Darel se hará cargo de todo!- Hablo Rimu.- Por algo es el capitán.   -¿Ósea que no soy de ayuda?- comenzó a hacerse la victima la menor de los Tsutsumi causando pánico de sus compañeros. Nunca la habían visto de esa forma, siempre había sido la domadora de bestias, una Diosa intocable ¿Por qué hoy veía este lado de ella? ¿acaso era el fin del mundo o por qué tenían la necesidad de cumplirle todos sus caprichos? La razón era sencilla. No importaba cuanto se esforzará en ser mejor cada día, de forma inconsciente copiaba algunos comportamientos de sus hermanos. -Porque si es así creo que tienen razón. - murmuró cabizbaja. -Y debería dejar de molestarlos y dejar el equipo... tal vez pueda ir a casa de mi abuela con más frecuencia y ayudarla en algo en lugar de ser una molestia.   -¡NO!- gritaron todos asustados a excepción de sus hermanos y del capitán, quién se había dado cuenta que tenía tendencia de comportarse manipuladoramente como su hermano mayor. Esta clase de comportamientos iba a dejar de surgir efectos en algún momento, y cuando se daba cuenta de lo que hacía intentaba cambiar. -¡NO LO HAGAS TE NECESITAMOS!   -Pero...- sus ojos se cristalizaron y antes de poder continuar sus demás compañeros estaban al borde de las lágrimas, suplicando un perdón que nadie merecía.   -¿QUIÉN MÁS VA A SOPORTAR A ESAS DOS BESTIAS SIN TI? ¡ERES LA TSUTSUMI MÁS VALIOSA!   -Lo que quieren decir. - interrumpió el capitán con total calma. -Es que yo me encargaré de que todo esté bien si es que decides ir a ver a tus novios.   -Pero si usted también es su novio. -El mayor desvío la mirada sonrojada y girando su cuerpo para darles la espalda a todos y poder salir del gimnasio. - Infórmame si piensas ir. - fue lo único que dijo antes de dejar a todos con la boca abierta.   -Eso fue...   -¿Un sonrojo?   El corazón de la femenina latía con tanta fuerza, tanta que sentía que se le iba a salir. La había respetado, le había dicho que estaba bien cualquier cosa que decidiera. Sus hermanos no eran así. Eran posesivos y al ser los mayores los debía de "obedecer". Los novios de sus compañeras eran muy similares a sus hermanos, ¿Por qué debía de obedecer a alguien igual de pendejo que ella? Eso era cosa de otro siglo, ahora había un mundo lleno de posibilidades para ella y toda chica que quisiera cumplir sus sueños. Y Darel a pesar de querer ganar las nacionales dejó que ella hiciera lo que quisiera. Tal vez no dudaba de las habilidades de su equipo. Pero esa no era la primera vez donde estaba de su lado, donde regañaba a sus hermanos por no respetar sus opiniones.
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