★ Jenny. Corría desesperada por el viejo bosque, con el corazón latiéndome a mil por hora. No importaba cuánto me esforzara, no lograba escapar. Finalmente, la bestia alcanzó a su presa y la devoró sin piedad... Me desperté sobresaltada, con el corazón a punto de salirseme del pecho y un dolor punzante en la cabeza. Me levanté rápidamente y me dirigí al baño. Me sumergí en la bañera, pasando más de una hora intentando borrar cualquier rastro de lo que ese hombre dejó en mí. Aunque esa horrible noche ocurrió hace tres años, la sensación sigue ahí. Por más que frotaba mi piel, la suciedad no desaparecía. Aún puedo sentir sus manos asquerosas sobre mi cuerpo, la devastación en mi corazón y cómo todas mis esperanzas, sueños e ilusiones se esfumaron en un instante. Todavía puedo sentir su al