CAPÍTULO DIEZ Ceres se lanzaba frustrada contra las cadenas, luchando por liberarse de su cautividad. Cada grito y cada lloro de allí abajo era como si cada vez le apuñalaran en el corazón, para recordarle lo indefensa que estaba. No podía ayudar. Ya hacía casi un día que hombres y mujeres estaban muriendo y ella no podía pararlo. Estaban muriendo por ella y estaban muriendo de las formas más horribles que Ceres podía imaginar. Desde que Lucio asesinó a uno de los verdugos, casi parecía que estos estaban compitiendo para ver cuál de ellos podía encontrar el modo más cruel de matar a los rebeldes. Abajo, los guardias estaban metiendo a uno de los hombres de Lord West en una tina ardiendo mientras él gritaba y luchaba por escapar. Ceres hubiera apartado la vista si hubiera podido, pero la